Embarazada de una noche con el Alfa -
Capítulo 26
Capítulo 26:
«Ya te dije que no puedo, cachorrita», gruñó.
«Tú misma causaste esto, al irte a la cama con él y quedar embarazada.
Deberíamos estar agradecidos de que sea lo suficientemente generoso como para aceptarte, con todo y la trampa que le tendiste».
«¡Pero yo no hice nada!», exclamé, desesperada por contarle a mi padre mi versión de la historia, con la esperanza de que pudiera cambiar de opinión cuando se enterara de la verdad. «Brandon fue quien me engañó con mi hermana.
Se han estado viendo a mis espaldas durante un par de semanas.
Por favor, créeme, papá, Alina me drogó con un fuerte afrodisíaco y me tendió una trampa con Rick.
Papá, yo…».
Un agudo golpe en mi mejilla cortó mi discurso.
Maya me abofeteó con tal fuerza que mil estrellas bailaron alrededor de mi cabeza.
Estaba tan concentrada en Richard que no la vi venir.
«¿Cómo te atreves a acusar a mi hija y a tu novio de una traición?», chilló la mujer de papá. «Sabíamos que intentarías mentir para salir del apuro en el que te metiste».
«Papá, por favor», la bofetada de Maya me había provocado un tremendo ardor en la mejilla, pero lo ignoré y continué suplicándole a mi padre que tuviera compasión.
Aunque sabía que existían muy pocas posibilidades de que él cambiara de opinión, esa era mi última esperanza. «Por favor, créanme».
«No, cachorra», insistió Richard con su misma voz indiferente. «Estás mintiendo».
Sus palabras tenían un tono tan firme que me agobiaba. Él estaba emitiendo su veredicto y era condenatorio.
«No llores, princesa», dijo Rick riéndose, al tiempo que se me acercaba.
De repente, sentí sus manos ásperas y escamosas sobre mi cara.
La terrible sensación que su piel grasosa me producía hizo que cerrara los ojos y retrocediera.
En ese momento, sentí que me acababan de arrojar a un pozo profundo e ineludible de desesperanza.
A pesar de todas las dificultades que había enfrentado en la vida, siempre había tenido una perspectiva positiva.
Creía que saldría adelante, solo necesitaba encontrar el provecho que podría sacar de la situación.
Pero mientras Rick acariciaba mis mejillas, no podía hallar el lado bueno de esa sentencia de muerte.
Me convertiría en una esclava sexual y moriría de…
La manera más miserable posible.
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