Embarazada de una noche con el Alfa
Capítulo 236

Capítulo 236:

La mujer no tenía idea de que él ya estaba descubriendo la verdad poco a poco.

Mientras tanto, en la capital, Lily estaba recordando todo lo que había ocurrido en los últimos cinco años.

A pesar de que sus planes con Marco iban bien, Joseph se desmayó repentinamente antes de declararlo heredero, arruinándolo todo.

Debido a eso, fue Eric quien terminó convirtiéndose en el gobernante temporal y ella no tuvo más opción que seguir siendo su prometida.

Para su sorpresa, ese hombre ni siquiera había fijado una fecha para la boda, lo cual había generado rumores sobre el por qué.

De hecho, ni siquiera ella lo sabía. ¿Por qué no la hacía su esposa?

Por otro lado, desde que Marco había perdido sus recuerdos, había dejado de comportarse agresivo con ella.

Sin embargo, cuando descubrió que era la prometida de su hermano, comenzó a distanciarse, lo que la enfureció.

El único resultado positivo de todo eso había sido que, por fin, se había deshecho de Tanya.

Además, Joseph había logrado que el plagio al trabajo de aquella mujer pasara desapercibido, lo cual era otro requisito para poder curar la maldición de Marco.

Por supuesto, dado que la familia real se había enterado de la verdad, a Lily ya no se le permitió trabajar como diseñadora de perfumes.

La declaración oficial que hicieron fue que su sentido del olfato se había dañado y que ya no podría continuar trabajando.

Con eso, al menos su reputación había permanecido intacta y le había dado la oportunidad de engañar a Marco, haciéndole creer que había sido Tanya quien había destruido su sentido del olfato.

Sin embargo, a Lily no le agradó la idea de que Marco se fuera de viaje a la manada Blue Moon.

Había pasado mucho tiempo en ese lugar, y cuando volvió, lo hizo solo para llevarse un ingrediente especial y luego se fue nuevamente sin dar ninguna explicación.

Su forma de actuar le había parecido muy extraña.

Mientras la mujer jugaba con su collar, también pensaba y trataba de entender por qué sentía que algo andaba mal.

Fue entonces que decidió confiar en sus instintos y llamó a Marco:

«Hola, ¿está todo bien?».

Lily se sorprendió al escuchar la tranquilidad en la voz del hombre.

«Sí, estoy bien, ¿por qué? ¿Qué pasa?».

«Nada. Solo quería saber si todos estaban bien».

«Sí, no te preocupes. Fue bueno poder hablar de nuevo contigo, Lily, pero tengo que irme. Hablaremos después, ¿de acuerdo?».

«Sí, seguro», respondió ella, ahora completamente tranquila.

Lo que no sabía era que todo había sido actuado, y no todo estaba bien para Marco.

Cuando el hombre colgó el teléfono, caminó hasta colocarse debajo del árbol de la luna azul.

De alguna manera, ya había logrado recuperar muchos de sus recuerdos.

Su mirada estaba fija en un listón que colgaba de una de las ramas.

Entonces, estiró su brazo para bajarlo poco a poco.

.

.

.