Capítulo 181:

«Lo que sucede es que no sabía que Tanya estaba embarazada.

Si Marco pensaba que la había abandonado por dinero cuando más la necesitaba, nunca la perdonaría.

Pero ahora que sé que está encinta, la situación ha tomado otro cariz; si da a luz, el vínculo entre ambos será perenne.

Y tengo que impedirlo a toda costa.

Si Marco se percata de su desaparición, la buscará frenéticamente.

A mi modo de ver, la mejor manera de evitar que vaya tras ella es hacer que olvide todos los momentos que pasaron juntos», expliqué.

Se encogió de hombros, aburrido, y luego me arrojó el frasco con aire desenfadado.

Nerviosa, lo atrapé en el aire y lo sostuve contra mi pecho en un ademán protector.

Con actitud juguetona, saltó de la mesa en la que estaba sentado.

“No vuelvas a recurrir a mí.

Ya le he retribuido a tu madre su bondad hacia mí.

Pero si insistes en que te preste mis servicios, deberemos hacer un trato», me advirtió.

Se dirigió hacia la puerta y, al llegar a ella, se burló de mí una última vez.

«Te has mostrado despiadada con la criatura con la que cambiaste de lugar. Primero la privas de su familia y de su privilegiada condición social, y ahora la despojas de su pareja predestinada. Vaya, vaya, eres verdaderamente despreciable.»

Abrí los ojos desmesuradamente cuando me sonrió maliciosamente.

«No me dijiste que Tanya era la niña con la que cambiaste de lugar ese año», me dijo.

Traté de mantener la compostura, pero no pude evitar parecer sorprendida y un poco nerviosa.

«¿Cómo te enteraste de eso?», le pregunté.

Ladeó la cabeza.

«Se bien cómo arreglármelas para conseguir averiguar lo que me interesa, Flor Lily», repuso con una sonrisa misteriosa. Luego, se dio vuelta y salió de la habitación antes de que tuviera la oportunidad de indagar más al respecto.

Punto de vista de Tanya

Ocho meses después de aquello,

Estaba reorganizando uno de los estantes de perfumes, clasificándolos en silencio de acuerdo con sus aromas mientras pensaba en el vuelco que había dado mi vida.

Caspian me había salvado la vida y me había permitido formar parte de la manada Blue Moon.

Me permitió incluso abrir una pequeña tienda de perfumes para ganar algo de dinero.

He permanecido allí desde entonces, y entretanto, mi bebé ha crecido en mi vientre, el cual ha alcanzado un tamaño considerable.

La puerta de la perfumería emitió un sonido que me avisaba de la llegada de un cliente.

Sonriendo, me volví para encararlo, pero la sonrisa en mis labios se desvaneció de golpe cuando sentí un dolor agudo en las entrañas.

Tropecé y observé sorprendida cómo un líquido tibio escurría por mi pierna.

Súbitamente, me di cuenta de que había roto la fuente. ¡Estaba a punto de dar a luz!

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