Embarazada de una noche con el Alfa
Capítulo 118

Capítulo 118:

Cuando los abrí de nuevo, el sol había terminado de ocultarse, pero el lugar no estaba oscuro.

Las flores de la luna azul brillaban con suaves tonos como los de las estrellas.

Me sorprendí ante la belleza de lo que estaba ocurriendo, y al voltear a ver a Marco, descubrí que él me estaba mirando.

«¿Cómo es esto posible?» pregunté.

Él apartó la mirada y volteó a ver los brillantes pétalos.

«Flores bioluminiscentes. Solo crecen aquí. No hay otro lugar en el mundo que las tenga».

Era extraordinario.

Estaba de pie, rodeada de las esperanzas y los deseos de muchas generaciones de parejas.

Los listones de cada una de ellas se movían al ritmo del viento.

En ese momento, estuve completamente segura de que atesoraría aquel instante por el resto de mi vida.

Al día siguiente, Marco y yo estábamos de vuelta en la capital.

Pasé la mañana trabajando en la casa de Lady Vivian, y mientras terminábamos el último lote de fragancias en el que habíamos estado…

Trabajando, ella me llevó a un lugar más privado y me entregó un pedazo de papel con entusiasmo.

«¿Qué es esto?», le pregunté mientras leía lo que estaba escrito.

«Es la forma de inscripción para el concurso nacional de perfumes de este año. Es una competencia muy prestigiosa y bien conocida en todo el reino. Este año es especialmente importante porque cambiaron el premio.

Anteriormente, los ganadores simplemente recibían elogios por ganar, pero a partir de este año, el mejor perfumista recibirá una oportunidad única.

El perfume del ganador será publicitado en todo el reino y se le dará la oportunidad de asociarse con tiendas de renombre que le permitirán vender su trabajo a una escala sin precedentes».

«Esta competencia es perfecta para ti. Es una oportunidad maravillosa para que tu trabajo obtenga la exposición que merece y comiences a hacer que tu marca crezca. Esta clase de reconocimiento podría hacer que tu carrera se dispare».

Pude sentir mariposas en mi estómago a causa de la emoción y los nervios.

«¿En serio crees que debería participar? ¿Tengo siquiera una oportunidad de ganar?».

Vivian me sonrió con calidez y cariño.

«Por supuesto que sí, jovencita. Si no lo creyera, no te lo habría dicho. Después de todo, eres mi aprendiz y no ha habido alguien con un talento como el tuyo en mucho tiempo. Ni siquiera mi hija posee tu habilidad natural».

Comencé a leer el formulario con atención.

«Aquí dice que necesito una referencia para poder postularme».

Entonces, Vivian me tomó de la barbilla con ternura.

«Si decides participar, estaré más que feliz de patrocinarte. Solo dilo y yo misma escribiré la carta de referencia. ¿Me prometes que lo pensarás?»

«Está bien, lo prometo».

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