El regreso de la heredera adorada -
Capítulo 660
Capítulo 660:
¡Ella lo sabía! Esteban sólo tenía a Susana en su corazón. No le importaba nadie más, y menos ella.
Pensar en la parcialidad de Esteban hacia Susan sólo avivó aún más la ira de Jada.
Decidida, se preparó para pisar a fondo el acelerador, deseando atropellarlos.
Pero, de repente, la ventanilla del coche se rompió con un estruendo ensordecedor. Los fragmentos de cristal volaron en todas direcciones y algunos le atravesaron la piel. Se estremeció de dolor. Al segundo siguiente, la puerta se abrió de golpe y una mano fuerte la sacó de un tirón.
Era Madisyn, que había roto la ventana con la mano. Aunque estaba cubierta de sangre, mostraba una fuerza notable.
Sus fríos ojos ardían de furia mientras levantaba la mano y abofeteaba a Jada con fuerza en la cara. La cabeza de Jada se ladeó por el impacto. La fuerza de la bofetada apagó al instante su ardiente actitud, dejándola con una mirada de pánico y miedo.
«Tú… ¿Qué vas a hacer? ¿Quieres matarme? Adelante. Mátame si puedes!» Jada gritó desafiante.
«¡Bien! Te mataré entonces».
Mientras hablaba, Madisyn levantó el puño.
Aunque Jada se había mostrado desafiante momentos antes, ahora el terror la abrumaba. Por la frialdad en los ojos de Madisyn, se dio cuenta de que Madisyn hablaba en serio sobre quitarle la vida.
Tembló de miedo. «Madisyn, sabes que el asesinato es un crimen».
Madisyn no pudo evitar soltar una carcajada. Hacía unos momentos, Jada había querido matar a Susan, ¿pero ahora le preocupaba que el asesinato fuera un crimen?
En ese momento, Elaine se interpuso rápidamente entre ellas, diciendo: «Madisyn, cálmate. Primero llevemos a Esteban al hospital».
Madisyn miró detrás de ella. Esteban yacía en el suelo, cubierto de sangre, mientras Susan estaba a su lado, llorando y llamándolo.
Madisyn miró a Elaine, respiró hondo y asintió. Sin decir nada más, agarró a Jada por el brazo y la arrastró hasta su coche.
Cuando llegaron al hospital, Esteban fue llevado inmediatamente al quirófano.
Fuera del quirófano, Madisyn pateó la parte posterior de la rodilla de Jada, obligándola a arrodillarse bruscamente en el frío suelo.
Susan, con los ojos enrojecidos, vio cómo se encendía la luz del quirófano. Le recordaba el incierto destino de Esteban en el interior.
Las lágrimas corrían por su rostro sin control.
¿Estaría bien Esteban?
El corazón le latía con fuerza.
Juntando las manos, Susan cerró los ojos y rezó.
«Dios, por favor, salva a mi padre».
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Nota de Tac-K: Pasen un lindo lindo fin de semana queridas personitas, el primero del año. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho (ɔO‿=)ɔ ♥
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