El presidente tuvo gemelos
Capítulo 19

Capítulo 19:

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Harrison pronunció todos sus requisitos en sólo dos frases.

«Entonces, buscas una mujer cuya apariencia, personalidad y capacidad sean buenas, además preferiblemente del tipo que es muy buena cuidando a la gente, ¿Verdad?».

Stella estiró los dedos y resumió las cosas que acababa de oír a unas pocas palabras clave con seriedad, como una pequeña adulta.

«Según lo que has dicho, creo que mi madre está cualificada. Yo necesito encontrar un esposo para mi mami mientras que tú necesitas encontrar una esposa para tu hijo. Por lo tanto, ambos tenemos el mismo propósito. Además, soy muy obediente y seguramente no estorbaré. Mírame y sabrás que a mi mami se le da muy bien cuidar de la gente».

Cuando Stella pronunció ‘cuidar de la gente, se sintió un poco tímida. Era realmente un milagro que pudiera crecer sana por sí sola. Su mamá tenía una capacidad de trabajo de primera clase, pero su capacidad de autocuidado era apenas satisfactoria.

Cuanto más miraba Harrison a aquella niña tan lógica y clara al hablar, más le gustaba. ¿Qué clase de mujer podría haber criado y enseñado a una hija tan agraciada?

«¿Trajiste una foto de tu mamá?».

«¡Sí, la he traído!». Stella abrió al instante su bolso y le entregó la foto preparada por ella. «Mi mami es muy guapa».

Harrison miró a la mujer de la foto y asintió al cabo de un momento. Luego se la entregó al mayordomo que estaba a su lado. «Échale tú también un vistazo».

El mayordomo observó la foto durante un rato: «Su estructura facial está bien formada, sus ojos y cejas son claros y parece algo tenaz. Señor, esta mujer tiene una apariencia decente».

«De acuerdo, entonces». Harrison miró a la niña con una sonrisa: «Déjame conocer a tu mami algún día si es posible».

«¡De verdad!». Stella no esperaba llegar a un consenso tan fácilmente. En ese momento, se le iluminaron los ojos y dijo emocionada: «Si mi mami y tu hijo realmente consiguen tener una relación, definitivamente te trataré con respeto en el futuro.»

«Qué buena chica».

Después de llegar a un consenso, conversaron sobre los hábitos de las dos personas. Joseph era naturalmente una persona tranquila e impermeable a los deseos y las pasiones, mientras que Hayden, por el contrario, había experimentado muchas cosas interesantes. Después de escuchar a Stella, Harrison inexplicablemente tenía ganas de ver a esta mujer.

Después, Harrison envió personalmente a Stella a la entrada de la zona residencial y la vio saltar alegremente para entrar antes de dejar que el chófer se pusiera en marcha.

El mayordomo se quedó un poco perplejo: «Señor, según la condición del Joven Amo, ¿No se vería en gran desventaja si encontrara a una madre soltera con una hija?».

«Entonces, ¿Por qué no busca una mujer compatible con antecedentes familiares limpios? Las mujeres de hoy en día se crían todas en casa, ¿Esperas que cuiden de Noah? ¿Qué tienen de malo las madres solteras? Creo que esto es una ganga». Harrison miró al mayordomo y pareció disgustarle sus prejuicios.

Tras ser ilustrado, el mayordomo comprendió de inmediato: «Oh, cierto».

Harrison buscaba principalmente una madrastra para el pequeño Noah, mientras que la cuestión de encontrar una esposa para el Joven Amo era de importancia secundaria.

«Stella está bien educada. Si Joseph puede conocer pronto a una mujer así, Noah podrá ser cuidado mucho mejor, y tal vez el asunto de hace tres años no ocurra de nuevo».

En el auto se escuchó un suspiro por parte de Harrison, aparentemente muy compungido.

El mayordomo lo consoló. «Señor, no fue culpa suya. Han pasado tres años, lo pasado, pasado está. No se culpe por eso, el señorito tampoco le culpa a usted».

La expresión de Harrison parecía complicada y su voz era un poco ronca. «Si él no me culpara, durante los últimos tres años, él no hubiera preferido tener a Noah con él mientras estaba en viajes de negocios. Esto se debe a que no confía en mi con Noah».

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