El innombrable vive en New York -
Capítulo 58
Capítulo 58:
“Envejecerás y cuando tengas 90 años dirás: ´Tuve que haberle hecho caso a Jared`”, dijo haciendo que ambos empezáramos a estallar a carcajadas.
Las personas al escuchar reírnos a carcajadas nos empezaron a mirar curiosas.
“Qué vergüenza, todos nos miran”, dije, pero todavía no paraba de reír.
“Ellos nos miran curiosos por que no entienden de lo que hablamos”, dijo.
“Te imaginas que piensan que nos estamos burlando de ellos y por eso nos estamos riendo”, dije.
“De ser así no nos volverán a invitar a una boda”, dijo Jared riendo.
“¿Deberíamos de disculparnos?”, dije haciendo un puchero.
“No, será más divertido seguir jugando con sus mentes y que piensen que nos burlamos de ellos”, dijo guiñándome un ojo.
Jared y yo nos fuimos un poco tarde la fiesta, había algunas personas que conocían a Jared y le pedían que se tomaran fotos con ellos, al principio era yo quien tomaba las fotos.
Pero de repente las personas también pedían tomarse fotos conmigo porque les había gustado como había tocado.
En el momento que los novios se fueron a su luna de miel Jared y yo nos fuimos, el camino de regreso a casa se sintió un poco más largo.
La casa a la que habíamos ido estaba un poco alejado de la cuidad, era hermoso ver a lo lejos las luces de la cuidad.
Este momento se sentía muy relajante, es como aquel loco sueño que siempre tuve de manejar en medio de la noche en una carretera vacía solamente sintiendo como el aire recorre a través de mis mejillas.
“Me gustó la fiesta”, dije mientras Jared seguía conduciendo.
“La embajadora siempre organiza buenas fiestas, su boda no sería una excepción”, dijo Jared sonriéndome de lado.
Toda la carretera estaba vacía, en todo el tiempo que Jared llevaba manejando en esta carretera no habíamos visto ningún auto.
“Está carretera parece que no es muy transitada”, dije y él asintió.
“Se podría decir que este camino es un poco viejo y la mayoría de las personas prefieren la carretera nueva, solo pocas personas conocen este camino, me gusta porque así puedes evitar un poco el tráfico”.
“Creo que es un poco relajante”, dije recostando mi cabeza por la ventanilla.
“Pensé que ibas a decir tenebrosa”, dijo Jared riendo un poco.
“Ni siquiera dije nada respecto a las catacumbas ¿Cómo me podría asustar este lugar?”, dije riendo.
Nos quedamos en silencio nuevamente y yo seguí viendo las luces de la cuidad que todavía se veían a lo lejos, de repente se escuchó un gran sonido en el motor del auto.
Jared fue reduciendo la velocidad, yo lo miré y él parecía un poco preocupado. Cuando el auto ya casi no avanzo no le quedo de otra más que orillar el auto.
“¿Qué sucede?”, pregunte preocupada.
“No lo sé, escuche un ruido en el motor, iré a ver”, dijo abriendo la puerta del auto para bajarse.
Jared se fue al frente del auto y abrió el capo del auto, encendió la linterna de su celular para ver el motor, vi que tenía problemas para iluminar el auto así que me bajé para ayudarlo.
“¿Te ayudo?”, pregunté y él asintió.
“Por favor”, dijo dándome su celular con la linterna.
Saque también mi celular y alumbre con ambos celulares, del motor salía bastante humo, él empezó a revisar algunas cosas del motor.
“Puedes ir al auto y tratar de encenderlo”, me dijo y yo asentí.
Fui al auto y traté de encenderlo, pero no funcionaba, al contrario, salió más humo y Jared me dijo que me detuviera.
El cielo comenzaba a ponerse muy nublando y se veían algunos relámpagos como si fuera a llover.
“Creo que el motor se fundió”, dijo
“Llamaré una grúa”, dijo y yo asentí.
Me acerque un poco a la orilla de la carretera para ver si venía algún auto, pero nada, al contrario, lo único que venía era una gran tormenta.
“¿Tienes señal en tu celular?”, preguntó, yo saque mi celular, pero ni siquiera me dejaba hacer una llamada.
“No”, dije un poco preocupada.
De repente empezó a llover fuertemente, Jared cerró el capo del auto rápidamente y entramos de nuevo al auto, casi en 15 segundos empezó a llover fuertemente, Jared y yo nos mojamos un poco.
“Creo que Martin nos asesinara cuando vea que sus atuendos se mojaron”, dije y Jared rio un poco.
Podía ver la expresión de Jared que parecía muy preocupado.
“Lo siento mucho por lo que acaba de ocurrir, no quiero que estés preocupada, lograremos salir de aquí”, dijo Jared viéndome.
“No tengas miedo, aquí dentro no nos sucederá nada”, dijo y yo le sonreí.
“No tengo miedo”, dije sonriéndole
“Solo estoy preocupada por tu auto, ¿Crees que tenga reparación?”
“No me importa el auto, me importa que estés bien tú”, dijo viéndome preocupado.
“Estoy bien”, dije sonriéndole para darle confianza.
Ni siquiera podíamos encender la calefacción del auto y yo ya empezaba a sentir un poco de frio, él pareció notarlo y se quitó su saco y me lo dio.
“Gracias”, dije poniéndome su saco.
Por la tormenta ni siquiera se veía nada de la carretera, Jared decidió dejar los faros del auto encendidos por si venía algún auto podría vernos.
“Creo que habría sido mejor quedarnos en la fiesta”, dijo Jared.
“¿Sabes? Creo que esto es una maldición, creo que nos trajimos alguna maldición de las catacumbas”, dije lo más seria posible, pero a los pocos segundos ambos empezamos a reírnos a carcajadas.
“Primero casi nos perdemos en las catacumbas y ahora esto… Creo que tienes razón”, dijo mirándome con una sonrisa burlona.
“¿Cómo te comenzó a interesar la música?”, pregunte.
“Mi padre sabía tocar muchos instrumentos y él me enseño, cuando se dio cuenta de que tenía talento me mando a una academia y con el tiempo empecé a sobresalir y algunas personas se comenzaron a interesar en mí y me empezaron a contratar para diferentes cosas, con el tiempo funde mi propia academia y bueno… Aquí estoy. ¿Y tú?”, pregunto interesado.
“La verdad es que no se tocar muchos instrumentos, solo toco la guitarra y el piano, aprendí a tocar ambos desde muy pequeña en la escuela, en mi familia tuvimos algunos problemas económicos entonces tocaba en diferentes lugares como cafeterías o pequeños bares, luego…”, mi mente empezó a hacer algunos flashbacks del viaje a Bora Bora en donde conocimos a la Joyce y sus padres
“Durante un viaje conocí a Edward y fui a uno de sus recitales, uno de sus pianistas había tenido un problema y no iba a poder llegar, entonces me pidió ayuda a mí. En total toque dos veces en sus recitales, el último fue cuando me conociste”, dije y él me miro sorprendido.
“Pensé que ya llevabas mucho tiempo tocando, la primera vez que te vi tocar pensé que llevábamos muchos años haciendo eso”, dijo y yo negué con la cabeza.
“Esa era mi segunda vez”, dije encogiéndome de hombros.
“Si te soy sincero, no pensaba ir a Nueva York, había recibido la invitación de Edward, pero tenía algunos asuntos pendientes, un día antes del recital por cosas del destino mis planes se cancelaron entonces decidí ir a Nueva York”, dijo Jared.
“Que suerte la mía que hayas decidido ir”, dije.
“Quedé muy cautivado de tu forma de tocar que no pude evitar decirle a Edward que quería conocerte en persona y al parecer no fui el único porque había más personas esa noche que también pidieron conocerte”, dijo Jared sonriendo de lado.
“Si, lo recuerdo”.
“Entonces… ¿Eres originaria de Nueva York?”, pregunto, pero yo negué con la cabeza
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