El innombrable vive en New York -
Capítulo 48
Capítulo 48:
“¿Vives cerca?”, pregunte después de unos minutos de silencio.
“Si, a unas pocas calles de aquí”, dijo
“¿Y tú?”
“Tal vez a unos 30 minutos en taxi”, dije y él asintió.
Unos minutos después un auto se estaciono frente a la tienda, alguien se bajó con una sombrilla y toco la puerta del café, James abrió y era Iván.
“Olivia por Dios me preocupaste mucho”, dijo Iván corriendo a abrazarme
“¿Estás bien?”, dijo tomando mi rostro para verme, yo solo asentí.
“Gracias por todo James”, dije sonriéndole de lado, me quite su abrigo y se lo entregue.
Después de despedirme de James, mi hermano tomó mi maleta y la subió al baúl de su auto, luego ambos subimos al auto. Iván estaba a punto de hablar, pero yo lo interrumpí.
“Por favor no preguntes nada, te prometo que te lo explicaré todo mañana”, dije, él me miro preocupado por unos segundos,
Pero solo se inmuto en asentir, él siguió concentrado en la carretera mientras manejaba.
Después de unos minutos de viaje llegamos a un gran edificio con apartamentos, él entro al sótano en donde estaba el estacionamiento, él se estaciono y después ambos nos bajamos.
Entramos al ascensor e Iván me miro de pies a cabeza, se sorprendió mucho al verme sin zapatos.
“¿Qué les sucedió a tus zapatos?”, dijo.
“Se arruinaron”, dije encogiéndome de brazos.
Las puertas del ascensor se abrieron, Iván empezó a caminar hasta llegar a la puerta de su departamento, luego abrió la puerta y ambos entramos.
“Aquí está el baño, puedes cambiarte allí”, dijo abriendo una puerta, yo asentí y entre allí
“¿Esta mojada toda tu ropa? Si no puedo prestarte algo para dormir”, dijo Iván desde afuera.
Abrí mi maleta y gracias a que la maleta no era de tela no se había mojado mi ropa.
“Está seca, gracias”, dije.
Me quité toda la ropa mojada y la deje tendida en el baño, me puse la ropa seca y salí del baño.
“Puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá”, dijo tomando una cobija de la cama.
“La cama es grande, podemos dormir ambos”, dije.
“Bueno yo quería ser un caballero, pero por mí no hay ningún problema si compartimos la cama”, dijo riendo
“Jamás me imagine que después de tantos años volveríamos a compartir cama como en los viejos tiempos”, dijo mientras ambos nos acomodábamos sobre la cama
“¿Todavía roncas?”, pregunto.
“Jamás ronqué, tú lo hacías”, dije riendo.
“Buenas noches hermanita”, dijo apagando la luz de la lámpara que estaba en su mesa de noche.
“Buenas noches”.
…
“Adiós Leonardo, espero no volver a verte nunca en mi vida”, dijo Olivia tomando su maleta y alejándose de mí.
Quería correr y abrazarla, decirle cuanto lo sentía, quería tomarla de la mano y huir juntos a donde nadie nunca nos volviera a encontrar, quería decirle tantas cosas, pero en vez de eso solo la vi desaparecer en medio de la lluvia.
“Maldita sea”, dije dándole una patada a la llanta del auto.
Subí al auto y empecé a manejar rápidamente hacia la dirección en donde había ido Olivia, pero no la encontré, di al menos unas cinco vueltas en la misma cuadra tratando de buscarla, pero no la vi. Me resigné y conduje hasta mi departamento.
Cuando llegué al departamento abrí la puerta y lo primero que su cruzo en mi vista fueron unos zapatos que Olivia dejo en mi casa, la mayoría de las cosas de ella estaban en mi departamento, en medio de la sala había una foto de ambos del viaje que hicimos a Bora Bora.
“Como desearía volver a ese día”, dije tomando la foto.
Camine hasta el bar del departamento y agarre la botella de Whisky, me serví una copa y después otra, al final seguí tomando desde la botella.
Mi mente no paraba de pensar en todos los momentos que pasamos juntos. Empecé a recibir llamadas de Bradley, mi padre y mi mamá, pero no le conteste a ninguno, probablemente era para preguntarme de la noticia que había salido esta tarde sobre mi compromiso con Selena.
Después de que aceptara el trato de Thomas él se encargó de llamar a Selena en el momento y unas horas después nos tomaron una foto para hacer oficial la noticia.
Abrí una de las gavetas del bar y saqué otra botella de Whisky, la abrí y empecé a beber de ella.
Después de casi acabarme la segunda botella de Whisky sentí como mi cabeza empezaba a dar vueltas y poco a poco mi vista se fue nublando hasta que ya no fui capaz de ver algo.
“Levántate maldito b$stardo”, dijo una voz conocida despertándome.
“¿Mm?”, dije entrecerrando los ojos, la luz que entraba por la ventana me daba dolor de cabeza.
“¿Qué hiciste?”, dijo Bradley, cuando ya no me sentí tan mareado pude ver su figura perfectamente parado frente a mí.
“¿Qué haces aquí?”, pregunte tratando de levantarme del sillón en donde había dormido toda la noche.
“Te estuve llamando todo el día de ayer pero no contestaste”, dijo Bradley frunciendo el ceño.
“Estuve ocupado”, dije entrando al baño para lavarme el rostro.
Cerré la puerta del baño para que Bradley no me siguiera molestando, tomé una ducha y luego me volví a vestir con ropa para estar en casa.
Cuando salí del baño no vi a mi hermano por ningún lado, tomé un café que estaba en la mesa.
“Eso era mío”, dijo Bradley a mis espaldas.
“Yo lo necesito más”, dije bebiendo el café.
“No te entiendo Leonardo”, dijo frunciendo el ceño y sentándose frente a mí.
“¿A qué te refieres?”, dije.
“¿Acaso no recuerdas lo que sucedió?”, dijo alzando una ceja.
De repente una gran ola de flashbacks de lo que había sucedido ayer empezó a invadir toda mi mente y por último recordé a Olivia.
“Enserio que no te comprendo, sé que siempre buscas lo mejor para la empresa y te has sacrificado mucho para llegar al lugar en donde estas ahora, pero… ¿Jugar con los sentimientos de una pobre chica? Olivia de verdad te quiere”, dijo Bradley.
“Lo sé”, dije serio.
“¿Entonces por qué te comprometes con Selena?”, dijo alzando un poco la voz
“Pensé que la habías dejado por las intenciones que tenían sus padres y los nuestros en que ambos se casaran y ayer descubro que se casaras con ella ¿Estás bien de la cabeza?”
“¡Yo tampoco quería hacerlo!”, dije.
“¿Entonces por qué aceptaste la oferta?”, dijo alzando la voz.
“Para salvar la empresa”, dije mirándolo.
“Sabes perfectamente que había otras formas de salvar la empresa”, dijo Bradley.
“¡Perderíamos millones de dólares por las empresas de Inglaterra, jamás nos habríamos levantado!”, dije.
“Estoy seguro de que, aunque hubiéramos perdido todo ese dinero la empresa no habría quebrado, probablemente ya no seriamos una gran potencia, pero poco a poco nos habríamos levantado, lo sabes perfectamente”, dijo mirándome serio
“¿Acaso has hecho esto solamente por el título del mejor empresario de Nueva York?”
“No”.
“¿Entonces por qué? ¡Explícame porque no encuentro otra razón!”, dijo Bradley.
“Creo que ha sido lo mejor para la empresa”, dije.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar