Capítulo 28:

“¿Dónde está mi pareja favorita?”, dijo entrando a la oficina.

“¡Bradley!” lo regañe, él solo se empezó a reír

“Te puede escuchar Carolina”.

“¿Enserio crees que no se ha dado cuenta de que ambos están saliendo?”, dijo riendo.

“No lo creo, hemos sido bastante cuidadosos”, dijo Leonardo.

“Ya lo sabe”, dijo Bradley.

“¿Qué?”, dije asustada.

“Lo sabe desde hace semanas, ella misma me lo dijo”, dijo encogiéndose de hombros

“Ha guardado su secreto por semanas así que no deberían de esconderse aquí en la oficina para venir y darse mucho amor”, dijo subiendo y bajando las cejas.

“Ahora me siento tan mal por no haberle dicho yo misma”, dije triste.

“Supongo que debe entender que no querías correr riesgos”, dijo Bradley

“Por cierto, conseguí la información”, dijo esta vez dirigiéndose a Leonardo, te lo mandé por mensaje.

“Lo vi”, dijo Leonardo serio.

“Estamos muy decepcionados de ti Olivia”, dijo Bradley mirándome con el ceño fruncido.

“¿Por qué?”, dije mirándolo confundida.

“¿Cómo pudiste mentirnos y decirnos que tu cumpleaños ya había pasado cuando realmente es mañana?” – dijo Leonardo mirándome con el ceño fruncido mientras cruzaba los brazos, mordí mi labio inferior nerviosa

“Tuve que volver a buscar esto”, dijo sacando mi curriculum que había enviado, yo empecé a reír.

“¿Enserio buscaron mi curriculum solo para saber mi fecha de cumpleaños?”, dije riendo.

“Yo le pregunté a Carolina, pero Leonardo busco tu curriculum para estar más seguro”, dijo Bradley riendo.

“¿Tienes planes para mañana?”, preguntó Leonardo, estaba a punto de hablar cuando él me interrumpió

“Trabajar no cuenta como un plan”.

“Entonces no tengo planes”, dije encogiéndome de hombros.

“Perfecto”, dijo Leonardo

“Porque pasaras el resto de la tarde con nosotros”, dijo guiñándome un ojo.

“Dime que quieres de regalo en tu día tan especial”, dijo Bradley sentándose a mi lado.

“Son tan atentos ambos, pero no hace falta que me compren algo…” Bradley me interrumpió.

“No hace falta, igual ya lo tengo”, dijo sonriéndome.

Al final del día Leonardo me fue a dejar a mi departamento tal y como siempre lo hacía, cada vez que veía su auto rojo me causaba mucha gracia ver el gran rasguño que tenían ambas puertas del lado del copiloto.

“¿Por qué nunca le quitaste los rayones al auto?”, dije riendo.

“¿Y olvidar el hermoso momento en el que una linda chica me rayo el coche? Jamás”, dijo riendo.

“No fue un hermoso momento”, dije cubriéndome el rostro de la vergüenza.

“Pensé que eras consciente de que era mi auto y por eso lo habías rayado”, dijo riendo.

“¿Cómo arruinaría el auto de mi jefe?”, dije riendo.

“No lo sé, vi tanto odio en tu mirada cuando lo hacías que pensé eso, la mejor parte de todo fue escucharte reír diciendo ´¿Quién ríe ahora maldito loco?`” dijo haciendo que ambos empezáramos a reírnos.

“Lo hice por lo que habías hecho días antes de mojarme con todo el charco en la calle”, dije.

“Jamás me imagine que lo habías hecho por eso”, dijo riendo.

“¿Por qué no te enfadaste ese día?”, pregunté.

“Si me enfade”, dijo sonriendo.

“Pero no lo hiciste como lo haría una persona normal al ver que alguien le rayó el auto”, dije.

“Tengo mis razones para no hacerlo”, dijo mientras seguía viendo al frente de la carretera, ya faltaban pocas calles para llegar a mi departamento.

“¿Cuáles?”, dije curiosa.

“Algún día lo sabrás”, dijo antes de estacionarse frente a mi auto.

Me baje del auto no sin antes recibir un beso de Leonardo como despedida, subí a mi departamento, me desvestí y me puse un pijama, arregle la agenda de Leonardo para el día de mañana y luego me fui a dormir.

Al día siguiente me desperté por la llamada entrante en mi celular, miré la pantalla de mi celular para ver quién era, pero no conocía en número, decidí ignorarlo y ver los otros mensajes que había recibido.

Había recibido mensajes felicitándome por mi cumpleaños sonreí al leer cada uno de los mensajes la primera persona que me había felicitado fue Jessica.

La razón por la que no les decía la fecha de mi cumpleaños a las personas era porque desde que me había enfadado con Jessica nadie me volvió a felicitar el día de mi cumpleaños.

Mis padres y mi hermano siempre olvidaban mi cumpleaños a excepción de Jessica, después de que deje de hablarle realmente me sentía muy triste cada vez que era mi cumpleaños porque no recibía las felicitaciones de ella y de mi familia, pero ahora tenía mensajes de ella, Carolina, Gabriel, Bradley y Leonardo en mi celular.

Me fui a duchar y cuando salí empecé a buscar un atuendo lindo para ponerme este día, en ese momento mi celular empezó a sonar y era de nuevo ese número de antes, fruncí el ceño tratando de pensar quien podría ser, pero no se me ocurrió nadie, después de esa llamada recibí un mensaje a WhatsApp de ese número:

[Soy Iván tu hermano]

Rodé los ojos al leer el mensaje, recibí nuevamente una llamada de él, dude por unos segundos si responder o no, al final termine contestando.

“¿Qué quieres?”, dije de mala gana, escuché la risa de él.

“Yo también te quiero mucho hermanita”, dijo sarcásticamente, no le respondí y él bufo

“Feliz cumpleaños”, dijo serio.

Me sorprendí mucho, jamás me habría imaginado que después de tantos años él me llamara en mi cumpleaños número 23.

“Gracias”, dije seria.

“Me encantaría estar contigo este día, pero no puedo, sin embargo, te envié un pequeño regalo de mi parte”, dijo.

“Iván deja de jugar”, dije rodando los ojos.

“Es enserio”, dijo riendo

“¿Tienes una laptop cerca?”, preguntó y yo camine hasta mi mesa de noche para tomar mi laptop.

“Sí”, dije encendiéndola.

“Mira tú cuenta bancaria”, dijo, yo fruncí el ceño, pero le hice caso y revise mi cuenta bancaria, abrí los ojos como platos al ver todo el dinero que tenía

“¿Ya la viste?”, dijo, podría jurar que por el tono de su voz estaba sonriendo.

“Iván estas bromeando ¿Verdad?”, dije sin todavía poder creerlo.

“No estoy bromeando, feliz cumpleaños”, dijo riendo.

“¿Enserio? Son $50,000 dólares, con eso puedo pagar los gastos de la estúpida boda”, dije emocionada.

“De hecho, ya no necesitas hacerlo, ya lo hice por ti”, dijo.

“¿Qué?”, dije sorprendida.

“Pagué los $50,000 de la estúpida boda, ese dinero es tuyo y puedes hacer lo que quieras con él”, dijo.

“Iván te juro que si esto es una estúpida broma te asesinaré, dije haciendo que él estallara a carcajadas.

“¡No es una broma mujer!”, dijo todavía riendo.

“¿Iván que hiciste con el dinero de papá?”, dije sorprendida.

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