El destino de Tiana -
Capítulo 64
Capítulo 64:
POV: Tiana
Si bien ser la compañera del Príncipe Alfa contribuyó a que mi loba fuera así de fuerte, yo no era ninguna tonta y me había dado cuenta de que mi loba era especial.
Era una especie rara.
Si hubiera podido volver a ver a mi padre, le habría exigido alguna explicación, pero ese tipo me había abandonado.
Por mucho que hubiera deseado que las cosas hubieran sido diferentes, no podía hacer nada al respecto.
Odiaba que no hubiera estado conmigo para cuidarme durante unas horas más.
Mi loba todavía no decía lo contrario.
POV: Ryder
Solo un tonto se atrevería a meterse con el hombre lobo más poderoso de la tierra y pensaría que saldría ileso, y Leo acababa de demostrar lo tonto que era.
Fue una pérdida de tiempo que se hubiera esforzado para conseguir el hechizo más poderoso que pudiera convertirlo en esa bestia y tampoco le sirvió de nada convocar a todos esos Renegados. Escupí sobre su cadáver antes de subir a mi vehículo para comenzar nuestro viaje de regreso a casa.
Estaba exhausto y todavía de muy mal humor porque nadie tenía ni idea de dónde estaba el estúpido de Simeon. No podía haber llegado tan lejos y estaba seguro de que no pasaría mucho tiempo antes de que lo encontrara.
Aun así, estaba enojado porque los hombres que había asignado para que lo vigilaran lo habían perdido de vista. Eran unos imbéciles. Parecía que estos malditos guerreros no podían hacer nada bien en estos días.
Si Leo no hubiera sido tan tonto como para intentar vencerme, habría huido como su hermano. Él había asesinado a Jayce porque pensaba que el puesto de Alfa de la Manada Eclipse le pertenecía y, en lugar de probarlo a través de una pelea con Simeon, decidió matar a su hijo y hacerlo sentir miserable.
También había planeado matar a Jordan, pero ese tipo había tenido suerte esa noche.
El solo pensar en Jordan fue suficiente para hacer que mi lobo gruñera dentro de mí. Debería haber muerto junto a su hermano en lugar de hacer que mi compañera sufriera tanto.
Sin contar que había querido desahogar su frustración conmigo.
Louis estaba a mi lado perdido en sus propios pensamientos. Habían pasado muchas cosas en muy poco tiempo, pero la mejor parte era que por fin habíamos resuelto este caso. Sin embargo, el perpetrador aún estaba prófugo. Se habían perdido vidas inocentes por culpa de esos dos imb*ciles.
Si Simeon hubiera sido tan inteligente como para darse cuenta de que su hermano estaba detrás del asesinato, todos esos Alfas seguirían con vida.
Lo que no me sorprendió para nada fue la revelación de que Tiana no era una mujer lobo ordinaria. Incluso antes de ver a su loba, ya sabía que era especial, pero no sabía hasta qué punto.
Se creía que las razas especiales de hombres lobo se habían extinguido hace muchos años.
Su sangre era sagrada y podía usarse para causar el mal si caía en las manos equivocadas.
Si los lobos occidentales hubieran sabido que Tiana no era una loba ordinaria, habrían podido expandir su poder sobre el reino de los hombros lobo.
Sin embargo, Simeon la había mandado lejos en la primera oportunidad que tuvo a pesar de que sabía la verdad. ¿No había sido estúpido?
Tal vez lo había hecho porque ella no se había transformado a una edad temprana. Un hombre lobo especial podía transformarse por primera vez a los quince o incluso catorce años, pero Tiana no se había transformado hasta muchos meses después de haber cumplido los dieciocho.
Además, la amargura en su corazón después de la muerte de su hijo hizo que Simeon quisiera deshacerse de ella y también se aseguró de sacar a su padre de su camino.
¡Mi compañera había tenido que enfrentar muchos desafíos desde pequeña!
Ese imbécil sabía que alguien había asesinado a su hijo, pero la culpó por lo que había pasado. Su esposa tampoco sabía dónde estaba, pero la llevábamos en un camión detrás de nosotros escoltada por algunos de mis guardias. Lo más probable era que sufriera el mismo destino que su hijo, pudriéndose en mi prisión.
Después de todo, ella sabía que Tiana no podía haber tenido nada que ver con la muerte de Jayce, mucho menos a esa edad.
Sin embargo, había confabulado con su esposo para hacerle la vida un infierno a esa pobre niña. ¿Dónde estaba su esposo ahora? La había abandonado a su suerte y había corrido para salvar su propia vida.
Los incompetentes que habían perdido de vista a Simeon creían que había escapado con la ayuda de magia porque era la única explicación lógica. Aunque no era del todo imposible, no podía ignorar su torpeza.
Acabamos con el resto de los Renegados antes de iros y me aseguré de que mi padre estuviera al tanto de todos nuestros hallazgos más recientes y de cómo iba la operación. Se sentía complacido y orgulloso como siempre.
Este caso también lo había agobiado durante mucho tiempo y, ahora que por fin lo había resuelto, significaba que podíamos pasar a otros asuntos.
Volví al mundo real cuando mi móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo. Casi había olvidado que todavía lo tenía.
“Adrian”, dije tan pronto como contesté.
“¿Cuánto falta para que llegues?”.
“Entre cinco a seis horas, ¿Por qué?”.
“El Rey de los Renegados solicitó una reunión contigo”.
Apreté los dientes molesto. Nunca nos comunicábamos con los Renegados, ni siquiera con su Rey. Después del papel que él había desempeñado en todo esto, debería haber sabido que no le convenía verme.
Nunca mostraba su rostro en público porque sabía que lo hubiéramos matado en cuanto descubriéramos al monstruo que había invadido todas esas manadas desprevenidas y había causado tantos estragos al matar a todos esos hombres lobos inocentes.
“Debe estar loco”. Resoplé y Louis me miró con curiosidad.
“Creo que quiere la paz”, sugirió Adrian.
Me reí con sarcasmo.
¿Paz? Los Renegados no eran conocidos por ser pacíficos y mucho menos su Rey.
“Dile que, si lo veo, con mucho gusto le arrancaré la cabeza y me aseguraré de exhibirla en todas las manadas para que todos puedan ver lo débil que es en realidad”.
“Matar al Rey de los Renegados significaría la guerra, Ryder”, respondió con duda.
“Eso es justo lo que quiero, Adrian. ¿Qué quiere él? ¿Intercambiar saludos formales y sonreírme en el rostro como si su ejército no hubiera intentado matarme a mí y a mi equipo?”.
“Cálmate”. Adrian suspiró, pero no había forma que me tranquilizara.
“Los Renegados nunca podrán estar en paz con nosotros y lo sabes. Incluso si lo intentaran, nunca podrán revivir a los que asesinaron, así que no tiene sentido”. Resoplé.
“Bueno, nosotros también matamos a los suyos. Murieron más Renegados..”..
No lo dejé terminar.
“Ellos eligieron ese camino, Adrian. ¿De qué se trata todo esto? ¿Cuál es tu punto?”.
Estaba enojado y, si lo hubiera tenido frente a mí en este momento, lo más probable era que lo habría sujetado del cuello por siquiera sugerir que había alguna posibilidad de que pudiéramos estar en paz con el Rey de los Renegados.
Cientos de Renegados acababan de atacarnos usando magia y yo sabía muy bien que su Rey apoyaba este movimiento. Entonces, ¿Qué trataba de hacer ahora? ¿Jugar a la política después de haber ayudado a Simeon a asesinar Alfas inocentes?
“Podría haber alguna explicación”, dijo Adrian con voz temblorosa.
Al parecer, había perdido su confianza debido a mi ira.
“Si el Rey de los Renegados quiere explicarme algo, que me busque en el campo de batalla. Podrá dar todas las explicaciones que quiera ahí. Tal vez ya es hora de que terminemos con esto de una vez para siempre”. Hice una pausa y me masajeé las sienes.
“Dale mi mensaje, Adrian. Si quiere una reunión conmigo para explicarme lo que sea, entonces debe venir preparado, a menos que no sea tan hombre”.
Terminé de hablar y colgué.
“¿El Rey de los Renegados quiere una reunión?”, Louis preguntó sorprendido y asentí.
“Ya viste todo con tus propios ojos, Louis. En lo que a mí respecta, bien podría ser otra trampa”.
Suspiré.
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