El destino de Tiana -
Capítulo 58
Capítulo 58:
POV: Tiana
Muchos corrieron en diferentes direcciones, pero me comuniqué con otros guerreros a través del enlace mental para asegurarme de que ninguno de ellos escapara.
Quería los cadáveres de todos, así como una maldita explicación.
Necesitaba saber quién los había enviado aquí y por qué. Podríamos perdonar a tres o cuatro de ellos para interrogarlos, pero me aseguraría de matarlos después. Lo bueno era que estos Renegados todavía tenían sus lenguas, a diferencia del hombre que habíamos encontrado en la escena del crimen hace muchos días.
No era común que un gran número de Renegados como este saliera sin su líder, así que estaba seguro de que debía estar aquí en alguna parte. Dejé que Louis y los demás acabaran con el resto mientras seguía mi instinto y me adentraba en el bosque.
Me encontraba cubierto de mucha sangre de mis enemigos, pero no me importaba.
La noche era oscura, pero gracias a mi extraordinaria vista de lobo y mis sentidos aumentados, sentí unos rastros en medio del bosque y los seguí.
Las personas que se estaban escondiendo ya se habían dado cuenta de que me estaba acercando porque no podía hacer mucho para tranquilizar a mi bestia o reprimir mi ira. Perdí la cuenta de cuántos árboles pequeños derribé a mi paso mientras corría.
Habían hecho algo para ocultar su aroma, pero como un lobo Alfa, sobre uno en este estado, no fue difícil para mí seguirlos.
Estaba a punto de encontrarlos, pero comencé a escuchar pasos que iban a toda prisa. Estaban tratando de alejarse de mí, pero sería casi imposible. Incluso si hubieran estado en sus formas de lobo, no podrían correr más rápido que mi bestia, mucho menos en su forma humana.
Los intercepté sin ninguna dificultad y dos personas cayeron de rodillas aterradas de inmediato. Incluso estaban temblando. Me acerqué a paso lento, aunque lo que mi bestia quería era destrozarlos hasta dejarlos irreconocibles.
“Por favor, perdónenos, Príncipe todopoderoso”, dijo el más grande con el rostro en el suelo.
El segundo tan solo se frotó las palmas de las manos con una expresión de súplica. Supuse que le habían cortado la lengua.
Al parecer, estos dos estaban a cargo del ataque. Gruñí de ira y ellos soltaron quejidos de miedo. Escuché pisadas detrás de mí y Morgan, el líder de mis guerreros, llegó a mi lado en segundos.
“Los necesitamos vivos”, me dijo a través del enlace mental, como si supiera que me hubiera causado placer terminar con sus vidas aquí y ahora mismo.
“Llévalos al almacén”, le ordené antes de darme la vuelta.
Habíamos construido un pequeño almacén no muy lejos de la escena, donde manteníamos a los sospechosos para futuras investigaciones.
Habíamos llevado ahí a varios Renegados, al igual que a este par de miserables en la Manada Eclipse, pero no quería que perdieran de al Alfa Simeon y a su Beta
POV: Tiana
No había podido ver a Elsie en todo el día porque no podía salir de la casa y estaba comenzando a preocuparme. La Elsie que conocía ya habría encontrado una manera de comunicarse conmigo.
Le gustaba hacer travesuras y, algunas veces, disfrutaba haciendo cosas que una Princesa normal no haría, razón por la cual tenía un disfraz para salir a escondidas del palacio en primer lugar.
Layla no tenía nada que hacer, por lo que se quedó conmigo la mayor parte del tiempo y disfrutamos de la compañía de la otra. Incluso sugirió que hiciéramos algunas tareas escolares juntas, lo cual no era propio de ella. Mi tutora privada nos dio algunas clases y nos mantuvo ocupadas.
Cuando llegó la hora de apagar las luces, ella tuvo que irse. Una vez más, me encontraba sola en la enorme habitación del Príncipe Alfa con pensamientos profundos sobre él. Lo echaba mucho de menos, así que decidí dormir en su lado de la cama esta noche con su camisa puesta.
Envolverme en su aroma me daba una especie de consuelo.
De repente, comencé a sentirme preocupada, como si él estuviera en peligro. Este sentimiento me puso nerviosa.
Me recordé a mí misma que se trataba del Príncipe Alfa y que no existía ningún peligro que él no pudiera manejar, pero esto no evitó que me sintiera ansiosa. Mi preocupación me dificultaba conciliar el sueño y le rogué a la Diosa de la Luna que lo mantuviera a salvo.
No podía odiarlo sin importar lo mal que me había hecho sentir a veces, como cuando se fue después de que le había confesado mi amor.
¿Cómo alguien podría odiar a un hombre como él?
Cerré los ojos y los recuerdos de esa noche inundaron mis pensamientos, lo que despertó mi deseo por él.
Le pedí a la Diosa de la Luna que me ayudara a mantenerlo fuera de mi cabeza durante al menos un segundo. Suspiré. Me sentía agradecida de que Susan ya se hubiera ido cuando regresé.
No me molesté en preguntar por ella porque no quería escuchar nada que pudiera lastimarme. El solo pensar en ella y en nuestra única conversación todavía me hacía sentir insegura; sobre todo, porque Ryder aún no se había abierto conmigo.
Le había dejado ver todas mis facetas y le había contado sobre mi pasado, pero él no se había abierto conmigo sobre Adeline o lo que había sucedido entre ellos. Mi antiguo compañero se estaba congelando en su prisión, mientras que yo no sabía nada sobre su primera compañera o dónde estaba ella en este momento.
No me gustaba pensar demasiado en este tema, pero ¿y si seguía enamorado de ella? ¡Ah!
Necesitaba concentrarme y dejar de pensar demasiado, pero era difícil no hacerlo cuando se trataba de Ryder. Si tan solo no hubiera sido tan terco y arrogante.
Pasé mucho tiempo dando vueltas en la cama, pensando en él. Deseaba que estuviera aquí y esperaba que se encontrara bien.
Como no logré quedarme dormida después de un tiempo, me levanté y comencé a caminar de un lado a otro en la habitación. Sabía que la razón principal por la que no podía dormir era porque tenía la desagradable sensación de que Ryder estaba en problemas y mi loba no podía tranquilizarse.
Si hubiera podido poner un pie fuera de esta habitación, me habría encantado salir a correr en mi forma de loba, pero era más o menos una prisionera, así que nadie me dejaría ir, mucho menos a esta hora de la noche.
Otra cosa que me habría gustado hacer era ver a Jordan.
No sabía por qué, pero sentía la necesidad de hablar con él. Tal vez para pedirle una explicación de por qué él, de entre todas las personas, me había tratado tan mal, solo para al final tratar de luchar contra el Príncipe Alfa para recuperarme. ¿Qué veía en mí ahora que no había visto meses atrás cuando me rechazó?
¿Qué había cambiado? ¿Por qué había tenido que recurrir a la magia para pelear contra el Príncipe?
Una parte de mí se sentía culpable por lo que le estaba pasando. No era como si hubiera podido salvarlo, pero había terminado así solo porque había tratado de recuperarme. Después de lo que le había pasado a Jayce, me preguntaba por lo que estaría pasando su familia ahora.
Sus padres no habían tenido más hijos después de sus gemelos y ahora ninguno de ellos sería el Alfa de su manada debido a diferentes situaciones en las que yo estaba involucrada de manera indirecta.
“Ya basta”. Escuché a mi loba quejarse en mi cabeza.
No me iba a culpar a mí misma de nuevo por esto.
Lo había estado haciendo toda mi vida, pero necesitaba dejarlo en el pasado y la única forma en que podría llegar a un Cierre era si hablaba con Jordan. No había tenido ninguna conversación real con él después de que Jayce muriera o después de que me rechazara. Nos hacía falta desde hace mucho tiempo, pero no sabía cómo comunicarme con él en este momento.
Una cosa era segura, Ryder nunca me permitiría verlo.
Caminé de un lado a otro dentro de la habitación durante varios minutos sin poder dormir. Estaba pensando demasiado otra vez, pero no podía evitarlo. Ryder podía cuidarse
Solo, pero parecía que yo era la que no podía hacerlo. No podía controlar mis pensamientos ni mis emociones. Debí haberme quedado callada y no haberme dejado llevar por el momento. En realidad, no me había dejado llevar por la situación en la que estábamos.
Me sentía muy segura de mis sentimientos por él y tal vez fui una est*pida al pensar que él sentiría lo mismo por mí.
Me di varias palmaditas en el rostro y regresé a la cama, decidida a dormir esta vez. Sin embargo, cuando cerré los ojos, todo lo que podía ver eran sus ojos verdes mirándome con un brillo malicioso y sus labios torcidos en una sonrisa malévola.
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