El destino de Tiana -
Capítulo 47
Capítulo 47:
POV: Tiana
“Me interesa que seas feliz, ese es mi punto. Quiero que seas feliz, y eso significa estar con tu pareja. Te mereces tanta felicidad como la que yo tuve con tu madre; y si tu pareja te da eso, no voy a interponerme”
No me importaba si a él le gustaba o no, porque seguiría estando con quien quisiera. No obstante, sus palabras significaban mucho para mí, y aunque no me gustaba admitirlo, si Tee sería una reina Luna, necesitaría a mi padre para hacerlo posible.
Solo él podría aprobar la transferencia de poder, y yo deseaba que ella fuera la reina de los licántropos.
Solo necesitaba que Tiana se volviera más fuerte.
Después de mi primera experiencia, había mentalizado no mantener las esperanzas. Pero mientras más intentaba alejarla, más se convertía ella en una parte integral de mí.
Me encogí de hombros y volví a mirar por la ventana.
Conocía a mi padre, y tal vez ahora me estaba dando ese discurso porque se sentía preocupado, pero estaba seguro de que todo cambiaría por la mañana.
“Ya sea si se interpones en mi camino o no, Susan jamás fue una opción. Tuvimos una aventura, pero nada más. Todo ha terminado, y no aprecio que la invites sin mi consentimiento, sobre todo porque ahora sabes que he encontrado a mi pareja”.
Mi padre se rio entre dientes.
“Susan no solo se quedará más tiempo por ti, sino porque le prometí a sus padres que la cuidaría hasta fin de mes, así que acostúmbrate a verla”. Dijo y luego, salió majestuosamente.
A veces, me daba ganas de estrangular a ese hombre. Susan no era una niña, por lo que sabía muy bien cuidarse a sí misma.
No obstante, debido a su trato con sus padres, él queria hacerles creer que yo aún tenía una relación con ella. Desgraciado político
Pero Susan era el menor de mis problemas. Volví a revisar mi teléfono y mi registro de llamadas. Aparte de cuestiones laborales, no había nada sobre Tiana.
M!erda.
Apagué el teléfono y regresé a mi casa. Ahora su aroma se había desvanecido por completo, y me estremecí al darme cuenta.
Me acerqué a su armario, busqué frenéticamente un vestido y aspiré el olor con fuerza, Luego, lo apreté contra mi pecho y maldije.
“Te encontraré, Tee”, prometí.
“Y cuando lo haga, no perderé más tiempo”.
Me tambalee mientras regresaba a la cama y caí de espaldas, aun sosteniendo su vestido con desesperación en mis manos. Mañana por la mañana, la búsqueda continuaría, pero no lograba conciliar el sueño.
En lugar de vagar furiosamente por las calles, como lo había hecho la noche anterior, pasé horas imaginando que ella estaba conmigo. Imaginé sus ojos inocentes y nuestros pequeños besos.
No hacía que fuera más fácil lidiar con su ausencia, pero tampoco quería que fuera fácil
POV: Tiana
Nadie se atrevería a abandonar al Príncipe licántropo, pero yo lo había hecho y, debía añadir, con éxito. Me fui.
Pero ¿Podía decir que ya me estaba arrepintiendo? ¿En qué estaba pensando? ¿Cuánto tiempo podría seguir con esto? ¿Me extrañaba tanto como yo lo extrañaba? ¿Se arrepentía? ¿Se arrepentía de haber permitido que la p%rra de Susan se acercara a él?
¿O de haberme ocultado información sobre su antigua amante? ¿Habrían mejorado las cosas si se hubiera abierto a mí desde el principio? ¿Había alguna posibilidad de que pudiera ser feliz conmigo? ¿Que yo fuera más que una prisionera para él?
¿Había hecho bien al escapar o solo arruiné todo por completo? ¿Y si planeaba castigarme para siempre por haberme ido? ¿Y si no me buscaba porque le importaba, sino porque se sentía tan insultado que estaba dispuesto a pagarle a quien me encontrara?
Tenía muchas preguntas, pero ninguna respuesta.
Quería regresar con él, pero no sabía lo que me estaba esperando. Era poderoso, por lo que tal vez había lastimado su orgullo al huir. Incluso podía estar esperándome para ejecutarme.
Parpadeé varias veces.
¿Ejecutarme? ¿Por qué pensaba eso? Ryder era muchas cosas, pero nunca me lastimaría. Estaba convencida.
“¡Tiana!”, exclamó Layla, sacudiéndome con ligera brusquedad.
Me giré para mirarla perezosamente. Había estado conduciendo durante algunas horas, ya que decidimos irnos a otra manada. Descartamos el territorio humano porque los pondríamos en peligro.
No sabíamos qué podía hacer Ryder cuando me encontrara: y considerando que los humanos desconocían nuestra existencia, lo mejor era mantenerlos alejados de todo este drama.
Layla parecía estar asustada, pero no estaba segura del motivo. De repente, detuvo el coche junto a la carretera y se volvió completamente hacia mí.
“¿Me toca conducir?”, pregunté distraídamente.
“¿Desde cuándo sabes conducir?”, cuestionó ella con preocupación.
Si bien no era buena conductora, había tomado lecciones y ahora tenía la oportunidad de ponerlas en práctica.
“Podría intentarlo”. respondí encogiéndome de hombros.
Layla exhaló un suspiro.
“¿Te escuchas siquiera a ti misma?” preguntó burlonamente.
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