El destino de Tiana
Capítulo 42

Capítulo 42:

POV: Ryder

Podía afirmar a ciencia cierta que estaba a salvo. De lo contrario, lo habría sentido. Tiana se había ido sola.

¿Cómo pudo hacer esto? ¿Cómo? Sentía que enloquecería en cualquier momento si no tenía noticias de ella. Estaba furioso y asustado al mismo tiempo. Esto no podía estar pasándome a mí, no después de Adeline.

¿Qué pasaría si volvía a los brazos de su antigua pareja? Mataría a ese hombre sin pensarlo dos veces. Hacía mucho que no sentía tanto miedo. No podía perderla. Pasara lo que pasara, tenía que encontrarla.

Le ordené al jefe de seguridad que cerrara las puertas y que hiciera una búsqueda exhaustiva alrededor del palacio y las propiedades. Sin embargo, algo me decía que ella no estaba aquí. No la sentía cerca y me estaba volviendo loco.

“¿Dónde estás, pequeña loba?”, me susurré a mí mismo.

Quería gritar y golpear algo, pero resistí el impulso. Si no la veía para mañana, enviaría un mensaje a todas las manadas para que la encontraran.

Y si terminaba estando en el territorio de una manada, entonces se ganarían un enemigo. Ya era hora de que todo el mundo supiera que ella era mía.

Mía y de nadie más. Me pertenecía a mí, ahora y siempre.

Estaba conduciendo sin rumbo fijo, con la esperanza de captar un rastro de ella. Pero era extraño que no pudiera percibir su olor.

No podría haber llegado tan lejos en la noche. ¿Cuánto tiempo había pasado desde su escape? Horas. No pude evitar estremecerme.

Apreté los dientes con furia mientras desviaba el auto hacia la izquierda, para evitar una zanja. Era bastante tarde y no estaba pensando con claridad. Adrian había querido venir conmigo, pero le dije que se quedara para encargarse de todo en el castillo, Yo estaría bien solo.

También tenía hombres buscándola en manadas vecinas. No podíamos ir demasiado lejos porque ya era de noche, pero no podía esperar a la mañana, mi lobo no dejaba de aullar de dolor y rabia. Buscando cualquier oportunidad para revelarse.

Si no estuviera en el auto, habría cambiado de forma para realizar la búsqueda como lobo. Mi lobo estaba sufriendo.

El idiota de Thomas la había dejado de vigilar y ni siquiera se dio cuenta de que ella no seguía en la habitación. Había trabajado con él durante mucho tiempo, así que ignoraba por qué se habla convertido en un incompetente desgraciado.

Todos los guardias de las malditas puertas la habían dejado irse sin cuestionarla, como si no supieran que era mi pareja.

Jamás habían sido descuidados ni incompetentes en sus trabajos. ¿Qué había pasado ahora?

¿Por qué no aprendí la lección tras lo sucedido con Adeline? No debí haberle dado tanta libertad. Si la hubiera tenido esposada a mi cama, probablemente no hubiera escapado.

Si Tiana llevara mi marca, tendría una conexión más fuerte con ella. Debí haberlo hecho hacía mucho tiempo. Debí haberle puesto mi m* Idita marca en el momento en que la conocí. Pero ya no le daría más oportunidades.

Podía escuchar a mi lobo amenazando con castigarla y tomarla hasta hacerla suplicar piedad. Tiana había sido obstinada durante demasiado tiempo, pero esto se acabaría ahora.

La encontraríamos. Intenté calmar a mi lobo, pero él no se calmaba con tanta facilidad, y yo tampoco.

Mi teléfono empezó sonar, así que lo agarré sin ver quién era y lo coloqué en altavoz.

“Su Alteza”. No me costó reconocer la voz de Terrance, el jefe de seguridad.

“¿Dónde está Tiana?”, pregunté bruscamente.

“Me temo que no se encuentra cerca del palacio”, informó él con voz temblorosa.

“Maldito imbécil, ¡Se escapó de las manos y la dejaste salir!”. Espeté con un suspiro.

La frustración, el disgusto y la desaprobación eran evidentes en mi voz.

“Lo sien..”..

“Creo que ya sabes lo que esto significa para ti y todo el equipo que estuvo en guardia esa noche. Si no la encuentro, todos ustedes se arrepentirán para siempre”, amenacé y corté la llamada furiosamente.

Detuve el auto con un sonoro gruñido. Ya no podía controlar a mi bestia. Mi lobo ansiaba salir, así que salte del vehículo mientras me quitaba la ropa a toda velocidad.

Luego, cambié de forma y empecé a galopar hacia el bosque. No recordaba la última vez que había llegado tan lejos por mi cuenta, pero no me importaba.

De todos modos, nunca me gustó que otros lobos me siguieran, pero era tradición que el príncipe heredero fuera protegido a toda costa. Así que no podía evitarlo. Todos los hombres lobo le debían lealtad al Rey de los licántropos. Y yo me convertiría pronto en uno, así que debían protegerme.

No podía negarme, aunque la mitad del tiempo deseara estar solo. Sin embargo, nadie se acercaba a mí cuando estaba furioso. Si los hombres que había enviado a buscar a Tiana en las manadas vecinas no regresaban con buenas noticias, definitivamente la perdería. No estaba siendo pesimista, pero dudaba que estuviera en esta región.

También había mandado a algunos lobos a su manada anterior para que investigaran, pero no llegarían hasta mañana. Había considerado enviar un mensaje a sus Alfas, pero estaba enojado con ellos por lo que le hicieron. ¿Cuánto tiempo había planeado su escape? ¿Y quién la ayudó a salir del palacio?

Era muy poco probable que no hubiera recibido ayuda, ya que no estaban familiarizada con el palacio ni sus alrededores.

Debía manejar muchos asuntos, pero esto era mi principal prioridad. Estuve varias horas corriendo por el bosque y aullando a la luna en mi forma de lobo. No descansaría hasta que escuchara una respuesta positiva.

A estas alturas, era capaz de ofrecer dinero a cualquiera que la encontrara o que tuviera noticias de su paradero. Solo quería que la encontraran, nada más.

También esperaba que mi lobo captara algún rastro de su olor, pero como ya sabía, ella no se encontraba aquí. Después de esto, Tiana estaría suplicando misericordia. Nada me daría más placer que eso.

Podía ser domesticada, y yo la haría lo más sumisa posible.

Le había dado tiempo para que se adaptara, para que se acostumbrara a la idea de ser mi pareja. Quería que su loba fuera más fuerte y que pasara por su primer cambio. Estaba segura de que tendría más fuerza.

Ya que ahora estaba emparejada conmigo. No sería una loba normal, así que necesitaba que primero pasara por esa fase.

¡Y ahora estábamos aquí! Así había decidido pagarme, planeando su escape y huyendo a la primera oportunidad.

Esos malditos imbéciles tenían que pagar las consecuencias, independientemente de si la encontraba o no. No me atrevía a aceptar la posibilidad de nunca más volverla a ver. Era demasiado doloroso.

¿Por qué estaba siendo castigado? ¿Por qué siempre debía sufrir? No había planeado encariñarme con ella ni dejarla afectarme tanto; pero Tiana era tan irresistible que, mientras más intentaba alejarme, más me envolvía con sus pequeñas garras.

Había tenido que irse para que me diera cuenta de lo mucho que su presencia significaba para mí, pero nunca más volvería a escapar una vez que la encontrara.

Tal vez me habría sentido mejor si esto hubiera sido planeado por los lobos occidentales, en venganza por no haberlos ayudado. Al menos así sabría dónde buscar. Pero no tenía ni idea de dónde estaba, y no podía esperar hasta el amanecer para iniciar una búsqueda.

POV: Tiana

La noche parecía ser muy larga, y sabía la razón exacta. Cuando regresé a la casa, me encontré con Layla en pánico, gritando mi nombre Junto a Luke.

Solo habían pasado treinta minutos desde que me fui. Se quedó sorprendida de que hubiera bajado por esa ventana, así que pasó la última hora preguntándome cómo lo había logrado, pero no pude explicárselo.

Habíamos hablado sin parar desde que me encontró, pero no podía sacarlo a él de mi mente.

Intenté conciliar el sueño, pero fue en vano.

“No estás bien”, señaló Layla.

Me volví hacia ella distraídamente.

“¿Qué?”.

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