El destino de Tiana
Capítulo 25

Capítulo 25:

POV: Tiana

“Hola, Jordan”, lo saludé un poco a regañadientes.

La última vez que lo había visto fue el día que dejé la Manada Eclipse y todavía recordaba la mirada en su rostro, era como si no hubiera querido que me fuera.

Incluso habría pensado que le importaba si no lo hubiera conocido bien.

“Quiero que regreses”, me ordenó y fruncí el ceño.

“¿Por qué querrías que regrese? Me rechazaste.

¿De qué te serviría?”, respondí.

“Oh, pero me perteneces, Tee. Después de todo, eres mi esclava, no la de ninguna otra persona”.

“Ya no más, Jordan”, dije desafiante.

“Tú me querías fuera de tu vida y me fui. ¿Para qué quieres que vuelva con exactitud?”.

Se rio con amargura, era un sonido que irritaba mis oídos.

Le había suplicado que me perdonara durante muchos años por un crimen que yo no había cometido. Me había culpado a mí misma por demasiado tiempo y había rogado morir mientras que él sabía que yo era su compañera, pero esperó dos años para lastimarme.

“Sabes muy bien que no debes responderle a tu Alfa, Tee”, dijo.

Odiaba que me llamara de esta manera. Solo Layla podía llamarme así, y tal vez el príncipe Ryder, pero Jordan no tenía ningún derecho a hacerlo.

“Ya no soy miembro de tu manada, así que no eres mi Alfa”, respondí con firmeza y lo escuché maldecir en voz baja.

Si le hubiera dicho esto mientras estaba en su manada, me habría castigado. Me alegraba de estar a salvo aquí, en el palacio real. Tal vez no tenía toda la libertad que me hubiera gustado, pero al menos me trataban como a una persona.

Por primera vez, nadie me miraba y solo veía a una criada. Era la primera vez en mi vida que las personas de verdad querían ser mis amigas, incluso la Princesa hombre lobo. Desde que había llegado a este lugar, no había tenido pesadillas con Jayce durante las noches.

Ahora, podía decir con seguridad que me alegraba de ya no estar en la Manada Eclipse.

“Me aseguraré de que regreses y, cuando eso suceda, te arrepentirás de haberme dicho eso”. Resopló y colgó con una actitud grosera.

Miré mi móvil en mis manos y pensé en la posibilidad de que sucediera lo que acababa de decirme. Fue entonces que comencé a entrar en pánico. ¿Qué tal si pedía que me enviaran de vuelta y me hacían regresar a la Manada Eclipse?

Estaría condenada de por vida. Le envié un mensaje de texto a Layla a toda prisa y me llamó casi de inmediato.

“Amiga, ¿Cómo estás?”, preguntó con su habitual tono preocupado.

“Jordan me acaba de llamar”, comenté.

“Lo siento, Tee, le di tu número. Me retuvo en su estudio y me interrogó durante mucho tiempo”.

“Como me negué al principio, comenzó a amenazarme a mí y a mi familia. Aun así, no se lo di, pero luego les pidió a mis padres que fueran a verlo y los amenazó con desterrarlos de la manada y les aseguró que se volverían unos Renegados. Conoces a mi mamá, te protegería a toda costa, pero me asusté por ellos y tuve que dárselo”, explicó.

“No te preocupes, Layla. No fue tu culpa, sé cómo puede ser Jordan y no me gustaría que te hiciera daño a ti o a tu familia, así que hiciste lo correcto”, la tranquilicé y ella suspiró aliviada.

“¿Qué quería?”, me preguntó.

“Me amenazó con llevarme de vuelta a la Manada Eclipse, Layla. Tengo miedo de lo que sucedería si lo logra”. Me pasé el dorso de las manos contra mis cejas.

“Eso no va a pasar, Tee. No tienes que preocuparte por él. Ahora, le perteneces a la realeza y no hay forma de que pueda recuperar un regalo que le dieron al palacio, mucho menos cuando están tan desesperados por estar en buenos términos con la familia real”. Hizo una larga pausa y agregó.

“No me has dicho quién es tu segundo compañero, Tee”.

Suspiré. Tenía la esperanza de que lo hubiera olvidado, pero la conocía bien y sabía que casi no olvidaba nada relacionado conmigo, sobre todo un tema que tenía que ver con mi compañero.

“¿Podemos hablar de otra cosa?”, le pedí, pero ya sabía la respuesta a mi pregunta antes de siquiera hacerla.

“Tenemos que hablar de eso, Tee. No me contaste de Jordan, así que no puedes escapar de esto ahora”, dijo y cerré los ojos por un momento.

Sabía que tenía razón.

“Vale, pero no debes decírselo a nadie, Layla, al menos no todavía”.

Sonaba como si le estuviera suplicando, pero estaba segura de que ella no le contaría algo que me preocupara a nadie de la Manada Eclipse.

“Es el Príncipe Ryder”, susurré en mi teléfono.

“¡¿Qué?!”. Gritó tan fuerte que tuve que alejar mi móvil de mis oídos por un segundo,

“Baja la voz”, Puse los ojos en blanco.

“¡No es cierto!”, dijo en un tono mucho más fuerte.

“¿El primer príncipe Alfa?”.

“Solo hay un Príncipe Ryder y sí, él es el príncipe Alfa”, respondí un poco incómoda y ella gritó de nuevo.

“No puedo creerlo, ¿Estás segura, Tee?”.

“Estoy en su habitación ahora mismo mientras hablamos”, le informé.

“¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Cómo es? ¿Es tan lindo y sensual como en las fotos?”, chilló.

“No puedo creer que él sea tu segunda oportunidad de tener un compañero… pero algo no está bien, un Príncipe como él no puede ser el segundo compañero de alguien a menos que..”. Su voz se apagó.

“¿A menos qué, Layla?”. Me preocupó cuando se quedó en silencio.

“A menos que también seas su segunda compañera, Tee”, dijo y acerqué mi móvil a mis oídos.

Tenía sentido. ¿Por qué no había pensado en esto antes?

Él era el Príncipe Alfa y el siguiente en la línea de sucesión para ser Rey, un hombre como él nunca sería el segundo compañero de nadie.

Sabía que este tipo de cosas eran imposibles, pero no había considerado la posibilidad de que yo también fuera su segunda compañera. No estaba segura de cómo sentirme ahora.

Si bien la idea de ser la compañera del príncipe Alfa sonaba intrigante, esto era como un recordatorio de que no sabía nada sobre él.

¿Qué había pasado con su primera compañera? Sentí un poco de celos ante la idea de que él hubiera estado con alguien más antes que conmigo. ¿La había rechazado? Si había rechazado a su primera compañera, entonces no había ninguna razón por la que me quisiera a mí.

Me mordí el labio inferior.

“Supongo que no lo sabías, ¿Verdad? ¿Cómo te trata?”, preguntó.

“Sabía que él no podía ser el segundo compañero de nadie, pero no había pensado en la posibilidad que ya hubiera tenido una compañera antes y él es..”..

Mi voz se debilitó mientras buscaba las palabras adecuadas para describirlo y, al igual que Elsie, no pude encontrarlas.

“Bueno, es solo un Príncipe Alfa en todas las formas que puedas imaginar”.

Esperaba que no hiciera más preguntas y me alegré cuando no las hizo.

Pasamos casi dos horas hablando. Layla me contó muchas cosas y luego mencionó que el Alfa de la manada Red Rock había sido encontrado muerto unas horas atrás. Supuse que esta podía ser una de las cosas de las que tenía que encargarse el príncipe Ryder esta noche.

Los asesinatos eran cada vez más frecuentes y me preocupaba.

Cuando colgué, ya me sentía mareada, pero estaba agradecida con Layla por su llamada. Me quedé dormida poco después y, esta noche, Jayce apareció en mis sueños.

Comencé a sentirme incómoda mientras dormía porque sentía que alguien me estaba observando. El darme cuenta, junto con el hecho de que había tenido pesadillas durante toda la noche, me hizo despertar de golpe. Jadeé y me senté erguida.

Unas manos fuertes me sujetaron y fue entonces que me di cuenta de que el Príncipe Ryder estaba sentado a mi lado, mirándome al rostro con sus ojos color verde esmeralda.

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