El destino de Tiana -
Capítulo 13
Capítulo 13:
POV: Tiana
No me importa que sea un Príncipe, quiero darle una dosis de su propia medicina, tal vez lo encierre en esta habitación y salga corriendo con las llaves, así sabrá lo que se siente.
Sé que todo este plan suena ridículo, pero la idea al menos me tranquiliza un poco. He estado aquí durante horas, maIdita sea.
Creo que me volveré loca si no me dejan salir o si no me traen alguna compañía humana para poder interactuar.
Ojalá la Princesa Elsie se hubiera quedado más tiempo, es una chica muy agradable, y dice que quiere que seamos amigas: ¿Pero entonces por qué no me ha traído el maIdito móvil? ¿Le tiene tanto miedo a su hermano?, apuesto que es eso, todo el mundo le tiene miedo.
Vuelvo a suspirar y me siento en el suave colchón.
Quiero darme una ducha y dormir, pero no tengo nada para cambiarme y tampoco puedo dormir en la habitación del Príncipe: de todas formas, me recuesto en la cama y vuelvo a inhalar su aroma.
“Mmm, huele tan bien”, g!mo con los ojos cerrados.
Creo que me he quedado dormida por un segundo porque unos movimientos dentro de la habitación me despiertan: de inmediato, me levanto erguida y los latidos de mi corazón se aceleran cuando me doy cuenta de que está conmigo en la habitación.
Entonces me pongo de pie, pero lo hago tan rápido que me tambaleo un poco.
Hasta aquí han llegado mis planes de encerrarlo y huir con las llaves, porque solo verlo hace que me quiera derretir; me siento inquieta, emocionada y asustada al mismo tiempo.
Este hombre es muy intimidante, ahora está de espaldas a la luz, por lo que es difícil verla expresión de su rostro: tiene la camisa desabotonada hasta la mitad del pecho, revelando sus músculos, y me hace tragar saliva.
Ahí está de nuevo mi loba, que solo aparece cuando él está cerca, moviendo la cola y babeando por nuestra pareja, ¡Siquiera puedo referirme a él de esa manera?
Es demasiado bueno para ser verdad, él no me va a querer: las dudas vuelven a invadirme, y no puedo evitar que los sentimientos se mezclen dentro de mí, todos al mismo tiempo, y ni siquiera puedo encontrar mi propia voz.
Imagino cómo se sentirá estar en esos musculosos brazos y mis mejillas se sonrojan al instante, ni siquiera tiene que tocarme para que me sienta caliente ahí abajo: su cabello todavía cuelga suelto sobre su frente, como si me rogara que pase mis dedos por él.
Me lamo los labios sin ser consciente de ello y desvío la mirada avergonzada, él me está observando de cerca, como si pudiera leer mis pensamientos: ¿A dónde se ha ido mi ira?
Lo único que siento ahora es esta loca atracción hacia este semidiós que se encuentra frente a mí.
Él se acerca dos pasos hacia mí, se detiene, y me escudriña con unos ojos que parece que pudieran ver a través de mi alma, luego se acerca y acaricia mis mejillas, provocando chispas que se extienden por todo mi cuerpo.
Nunca había sentido algo así. Ni siquiera cuando supe que Jordan era mi pareja: él baja las manos de inmediato, pero el lugar donde me tocaron sus dedos todavía hormiguea.
“Pareja”, gruñe posesivamente y ya puedo sentir la humedad en mis bragas,
¿Qué demonios es lo que me pasa?
Necesito entenderlo, quizá sea guapo y demasiado se%y, pero me ha tenido encerrada aquí durante horas en contra de mi voluntad.
Además, su guardaespaldas ya me ha dicho que hay otras mujeres en su vida, y un Príncipe como él no es bueno para mi salud mental.
“Desnúdate”, dice con dureza.
Yo miro atónita y con la boca abierta, antes de que la ira me vuelva a invadir: su rostro sigue duro e inexpresivo, y su tono es muy autoritario, ¿¡Qué demonios pasa’!?
Trato de controlar el miedo para que no se note en mi voz
“¡¿Qué?!”, pero no creo que haya hecho un buen trabajo.
¿Qué pasa si solo quiere salirse con la suya y luego echarme?, ¡No tengo oportunidad contra él! No hay dudas de que me siento atraída hacia él, pero preferiría morir antes que dejar que me use de esta manera.
“Desnúdate” repite, luego camina hacía el armario mientras yo observo su espalda y pienso en alguna forma de salir de este lío: he llorado mucho en solo un día y me niego a demostrarle que soy débil, si está acostumbrado a salirse con la suya con las otras mujeres.
Esta vez está con la equivocada.
“Eso no va a pasar”, le digo, cruzando los brazos sobre mi pecho, como si eso pudiera evitar que me arrancara el vestido si quisiera hacerlo.
Al escucharme, se detiene en seco y luego se gira hacia mí, sus ojos verdes ahora están oscuros por completo, lo que indica que está enojado, y una vena se brota en su cuello: su poderosa aura llena la habitación, tengo miedo. Y aunque hago todo lo posible para que no se note, sé que no está funcionando.
¿Cómo se me ocurre desafiar a un Príncipe Alfa?, ¿Cómo me atrevo a mirarlo a los ojos cuando lo único que quiero es que el suelo se abra y me trague?
Mi loba está frunciendo el ceño, ella haría cualquier cosa que su pareja le dijera, y dejaría que él se saliera con la suya, pero no lo permitiré.
¿Dónde había estado todos estos años? quiero ver cómo es, pero aparentemente no está lista para transformarse y no puedo forzarla.
Ambas partes deben querer transformarse, pero ella solo aparece cuando siente el olor de su pareja.
La primera vez que sentí su presencia fue igual, cuando percibí a Jordan como mi pareja.
“Sino te quitas esa ropa, lo haré por ti, y créeme, nada me daría mayor placer”, dice con voz ronca, y su tono me provoca un escalofrío que recorre toda mi columna.
De nuevo empiezo a entrar en pánico, nunca he estado con un hombre en mi vida, y aunque me he imaginado perder la virginidad con mi pareja, que es él, tiene que ser algo consensuado, no forzado.
“No voy a tener se%o contigo, ¡Ni ahora, ni nunca!, y no puedes obligarme a hacerlo”, le digo con toda la fuerza que puedo reunir.
Aunque por unos segundos parece desconcertado. Luego me mira con una expresión de diversión, y una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios, lo cual lo hace lucir peligrosamente se%y; me muerdo los labios después de ese arrebato, y cuando veo que se acerca, deseo que me trague la tierra.
“Pero no he dicho que quiera tener se%o”, dice con una expresión de apatía y mis mejillas se tiñen de un rojo intenso
“Debes tomar un baño. Te traje un camisón”
Señala hacia la cama y me doy cuenta de que hay un camisón tirado allí, lo que me hace sentir todavía más avergonzada.
Él parece estar disfrutando de la mirada de incomodidad en mi rostro, me encantaría borrar esa sonrisa del suyo.
Sé que debería disculparme, pero el orgullo y la vergüenza no me lo permiten, también sé que no puedo desvestirme con él mirando, ¡Siempre será así de arrogante o solo es así conmigo?
Entonces se acerca más, cortando mi respiración.
“Además, si fuera tú, no estaría tan segura de no tener se%o conmigo”. Susurra.
Cerca de mi oído y puedo sentir un hormigueo que se extiende por todo mi cuerpo debido a su proximidad; aunque una parte de mi está asustada, otra quiere que se acerque más y me toque, quiero volver a sentir sus manos sobre mi piel.
Me sonríe de nuevo, luego comienza a caminar hacia la puerta y dice en voz alta.
“Regresaré en quince minutos, asegúrate de que hayas terminado para entonces”, luego se va, cerrando la puerta.
Dejé escapar un suspiro de alivio, no me había percatado de que contuve la respiración todo este tiempo.
“Idiota”. Maldigo, y rápidamente comienzo a desvestirme.
Me tomó menos de quince minutos terminar mi baño y ponerme el pijama que él me había traído: sin embargo, no me siento muy cómoda con este camisón, porque es un poco transparente y se notan mis p$zones.
Después de mirarme de nuevo en el espejo, decido usar un sostén debajo, algo que nunca había hecho en mi vida: los sostenes no son lo mío. Me hacen sentir incómoda, en especial en la noche, pero tenía que usarlo.
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