El CEO asesino
Capítulo 549

Capítulo 549:

«Presidente Kuang, has subido a otro nivel de desvergüenza, ¡estoy asombrado!». Alistair le insultó descaradamente.

«No es fácil sobrevivir hoy en día, si no hubiera aprendido algunas habilidades del presidente Mu, ¡no creo que sea capaz de ganarme la vida!».

«Diles a Sean y a Thomas que nos veremos otro día. Sigo ocupado y antes cuelgo». Después de decir eso, Alistair terminó la llamada.

Cuando Annabelle le vio colgar la llamada, levantó los ojos y le miró: «¡Presidente Mu, los titulares de hoy son interesantes de verdad!».

Al oír a Annabelle, Alistair cogió el periódico para echarle un vistazo. En cuanto vio el contenido, lo tiró a un lado enfadado.

No necesitaba leer más para saber lo que los medios escribían sobre él. Pero escribieran lo que escribieran, no podrían influir en él.

Además, Annabelle había aceptado su proposición y eso era más importante que nada.

«¡Deja de mirar esas noticias de entretenimiento, no te harán ningún bien!». dijo Alistair.

Al ver su expresión, Annabelle soltó una risita. La mujer siguió comiendo y levantó la cabeza para preguntarle: «Por cierto, ¿vas a ir hoy a la empresa?».

Cuando Alistair oyó a Annabelle decir eso, supo que tenía algo entre manos. El hombre preguntó a su vez: «¿Por qué? ¿Tienes planes?».

Annabelle asintió con la cabeza: «Sí, deseo ir a visitar a mi familia». dijo Annabelle.

Cuando Alistair le propuso matrimonio ayer, Teneria y Waynie estaban presentes. Sin embargo, la hija no pidió permiso a los padres y se adelantó a aceptar la proposición de Alistair. Ahora debe volver a casa y dar explicaciones.

Al oír eso, Alistair asintió: «Sí, deberías volver. Pero déjame acompañarte».

Annabelle no rechazó su oferta. Ella también pensaba lo mismo y asintió sonriendo: «¡Sí!».

Después de desayunar, los dos bajaron las escaleras.

Annabelle caminaba muy despacio. Cuando estaba entrando en el coche, se puso el brazo en la cintura.

Alistair se dio cuenta de su gesto y alzó las cejas: «¿Qué pasa?». Annabelle lo fulminó con la mirada y se quejó: «¡Deberías aprender a controlarte!».

Una vez que Alistair oyó eso, comprendió de inmediato y rompió a reír: «Señorita Xia, no sabía que fuera una mujer tan libidinosa. Debería tener más autocontrol!»

Annabelle, «…»

Eso fue indiscutiblemente por su culpa, pero el hombre se burló de ella a cambio. Annabelle le puso los ojos en blanco, pero Alistair sonrió caballerosamente. Como si la persona que se excediera fuera Annabelle.

Annabelle ignoró al hombre y dio por terminado el tema. Después de eso, se empujó contra el coche y entró lentamente.

Sentía que le dolía todo el cuerpo.

¡¡Y no lo estaba fingiendo ni un poco!!

Mientras pensaba en eso, Annabelle subió al coche. Justo después de sentarse, Alistair se acercó y le dio un beso apasionado… Intenso y ferviente.

Annabelle no se movió y lo aceptó. Después, Alistair sonrió satisfecho: «¡Señorita Xia, ha aprendido a ser una buena chica!».

Annabelle se sonrojó y no dijo nada. Alistair rió entre dientes y arrancó el coche.

Alistair sabía lo que debía hacer.

Fue al supermercado a comprar algunos regalos.

Annabelle elegía con cuidado mientras que Alistair se limitaba a elegir según las etiquetas de los precios. Annabelle miró fijamente al hombre y dijo: «En realidad, ¡no hace falta que compres cosas caras!».

Alistair soltó una risita: «¿Por qué? ¿Preocuparse por mis finanzas?».

«¡Simplemente creo que no hay necesidad de derrochar!».

Alistair le miró y sonrió. Los ojos del hombre brillaban con dulzura: «¡No te preocupes y déjamelo a mí!». Después, miró al tendero y le dijo: «¡Ayúdame a envolverlos todos!».

Annabelle miró al hombre y supo que siempre había sido un derrochador. Por eso, le dijo que no le dejara en paz. Al cabo de media hora, los dos habían terminado de hacer la compra.

Después de eso, partieron hacia la casa Xia.

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