El camino a reparar tu corazón -
Capítulo 669
Capítulo 669:
Rápidamente, Bettie cerró los ojos con fuerza.
Mediados de octubre traía un frío al aire. Bettie se había puesto un vestido largo, rematado con un abrigo, conjuntado con medias de seda negras y zapatos de tacón alto.
Con suave precisión, Lance apartó el camisón y, encaramado al borde de la cama, le quitó cuidadosamente los zapatos.
Luego, con una facilidad practicada, se arrodilló junto a ella, le desabrochó el abrigo y le desabrochó el vestido.
En aquel momento, Bettie no se atrevió a moverse, sus pensamientos eran un torbellino de confusión. Al parecer, lo único que Lance quería era cambiarla de ropa. Date prisa, Lance.
Sólo ponle el pijama.
Sintiendo una abrumadora sensación de malestar, Bettie no podía evitar la sensación de que su mirada se detenía en ella, como si la hubiera visto desnuda.
¡No! ¡La habían desnudado!
Bettie fingió dormir deliberadamente para evitar la incomodidad que le esperaba al despertar. Sólo podía esperar que Lance mantuviera la compostura y no cediera a sus deseos.
De repente, sus labios rozaron su clavícula, sus movimientos lentos y deliberados, como si saboreara un manjar delicioso, centímetro a centímetro.
Le hizo cosquillas. Un escalofrío involuntario recorrió a Bettie mientras permanecía tumbada, con los ojos cerrados con fuerza. Sentía la garganta reseca y áspera.
«Um…», consiguió pronunciar, y su intento de reprimir un gemido se convirtió en un leve murmullo.
La frustración se apoderó de Bettie. ¡Cómo se atrevía Lance! Se maldijo por haber sucumbido a la curiosidad. Debería haber dejado de actuar antes.
Lance bajó la cabeza y hundió los ki*s en su piel.
Bettie se mordió con fuerza el labio inferior, intentando reprimir el creciente deseo que amenazaba con abrumarla. Un impulso primario se agitaba en lo más profundo de su ser, empujándola al borde de perder el control.
La piel se le puso de gallina, en una mezcla de placer e incomodidad. La sensación era enloquecedoramente exquisita, pero a la vez tortuosa.
No podía soportarlo más. Quería fingir que se despertaba ahora mismo. No era demasiado tarde, ¿verdad?
De repente, un sonido de arañazos rompió la tensa atmósfera.
Bettie se quedó helada, con el corazón acelerado. Sus medias de seda se rasgaron, haciéndola temblar ligeramente.
Entonces, los labios de Lance descendieron sobre ella una vez más.
La mente de Bettie se quedó en blanco y su cuerpo tembló sin control. Su respiración se aceleró a medida que aumentaba la intensidad.
No… No…
En un intento desesperado por reprimir sus emociones, Bettie cerró los ojos y se apretó el labio inferior.
Por un momento, el tiempo pareció congelarse.
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