El bebe de mi jefe
Capitulo 67

Capitulo 67:

“Deberás esperar a que me duche y me vista con algo más adecuado”, le dije con una sonrisa.

Él asintió en respuesta y luego se acomodó mejor en el sillón, tomando su celular entre las manos.

“No hay problema, te espero”, me guiñó un ojo en respuesta.

Corrí al baño y rápidamente tomé un baño y al terminar me enrolle la toalla en el cuerpo para ir hasta mi habitación y vestirme con un simple vestido veraniego, pues el día estaba soleado.

Acomodé mi cabello y luego me puse un poco de perfume, junto a un labial rojo para decorar mis labios.

Salí de la habitación y al llegar hasta donde se encontraba Athom junto a Asher, carraspeó para llamar su atención, la cual estaba en su celular, pues parecía estar concentrado resolviendo algún asunto importante.

“Estoy lista”

Anuncié con una sonrisa en los labios.

Athom alzó su mirada hacia mí y sus ojos se abrieron un poco más de lo normal, haciéndome sentir nerviosa ante aquellos intensos ojos azules que me inspeccionaban con adoración.

“Te ves hermosa, Ruby”, musitó al ponerse de pie y caminar hasta mí para darme un fuerte abrazo y luego besar mi frente.

Diablos, fácilmente podría acostumbrarme a esto.

“Gracias”

Suspiré y le sonreí como una imbécil.

“¡Bye, bye!”

Chilló Asher llamando nuestra atención. Me volteé a mirarlo y él se encontraba con los brazos extendidos hacia mí, pidiendo que lo tome en brazos, por lo que me alejé de Athom y fui directo a cargar a Asher, quien de inmediato rodeó mi cuello con sus brazos.

“¡Bye, bye!”

Volvió a repetir con emoción, haciéndome reír.

“No es justo…”, musitó Athom con diversión al pasar por nuestro lado.

“Será mejor que salgamos pronto”

Me guiñó un ojo y yo asentí en respuesta.

De todos los panoramas posibles que Athom Patel podría haber sugerido, no me esperaba este…

“¡Bye, bye!”

Gritó Asher emocionado mientras se hundía entre miles de pelotas de colores, a la vez que yo lo sostenía de los brazos, temiendo que en cualquier momento pudiera caerse.

Sí, era una persona muy sobreprotectora, más cuando se trataba de niños.

“¿¡Lo están pasando bien!?”, preguntó Athom llegando hasta nosotros con dos vasos de jugo natural.

Le sonreí y asentí con la cabeza en respuesta, pues aunque no me esperaba este panorama, me había encantado.

Athom había reservado entradas para un parque de diversiones infantil, en donde habían miles de juegos aptos para Asher, quien estaba muy feliz al tener tantos estímulos a su alrededor.

“Me parece que Asher está muy contento”, comenté al guiñarle un ojo.

“Y por lo que veo, también tú lo estás”, dijo con una sonrisa al extenderme un vaso de jugo.

Tomé a Asher en brazos, sacándolo de la piscina de pelotas y sentándolo sobre mi regazo, para sostenerlo con un brazo mientras que con el otro afirmaba el vaso de jugo.

Saboreé el delicioso sabor de la sandía y g$mí con satisfacción.

“¡Esto es delicioso!”, dije abriendo los ojos con asombro.

Le di otro sorbo bajo la atenta mirada de Athom.

“¡Buenas tardes!”

Saludó una de las chicas que trabajaban en el parque de diversiones.

“Lamento informarles que su ticket está por expirar…”

“¿Qué significa eso?”, pregunté confundida.

“Pues…”

Ella tomó su tableta y luego miró a Athom de reojo.

“Que su esposo solo contrató dos horas, las cuales acaban dentro de quince minutos…”

“¡No, no!”, dije de inmediato sintiendo como mis mejillas se sonrojaban violentamente ante aquella etiqueta.

“¡Nosotros no…!”

Intenté decir algo coherente, pero Athom solamente se dedicó a sonreír con burla hacia mí.

“Gracias por avisarnos”, dijo Athom finalmente sacándome de aquel incómodo momento y luego solo rodeó mis hombros con uno de sus brazos a la vez que dejaba un casto beso en mi coronilla.

Sucede que mi esposa no revisó bien los tickets.

“¡Ah, bueno!”, dijo la chica sonriendo con suavidad.

“Pueden renovar el periodo de tiempo por la página web si desean quedarse más tiempo. ¡Que tengan una bonita tarde!”

Habló animadamente antes de dar media vuelta y marcharse por el mismo sitio de donde había llegado hasta nosotros.

“¿Estás loco?”, pregunté mordiendo mi labio inferior a la vez que miraba hacia donde estaba aquella chica, pues aún me sentía avergonzada por lo que ella había pensado sobre nuestra relación.

“¿Por qué le seguiste el juego?

“¿Qué tiene?”

Cuestionó de vuelta con una mirada divertida.

“Ella no sabe quiénes somos…”

Guardé silencio y luego solo suspiré, relajándome, pues…

Él tenía razón.

Aquella chica no tenía idea de quiénes éramos.

“Aprovecharé los últimos minutos con Asher en aquella piscina”

Señalé el sitio a nuestro lado.

“Pues parece que adora ese lugar”.

“Los espero aquí”

Me guiñó un ojo y le dio un sorbo a su vaso de jugo.

Le encargué el mío y luego fui con Asher hasta la piscina que tanto amaba.

Diablos, esposa y esposo…

¡Era una locura!

¿O… no?

Luego de haber jugado las dos horas en aquel parque de diversiones, Asher estaba completamente agotado, y dormía plácidamente en su carrito de paseo, por lo que le dije a Ruby que era hora de continuar con nuestra cita y la llevé a uno de los mejores restaurantes de comida tailandesa de la ciudad, pues algo me decía que sería de su gusto.

“¿Es mucho pedirte que ordenes por mí? Nunca he comido este tipo de comida”, preguntó Ruby con una sonrisa tímida.

Negué con la cabeza y luego alcé la mano para llamar al garzón.

“No te preocupes, te encantará”, le guiñé un ojo y esperé paciente hasta que el chico llegara hasta nosotros.

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