El bebe de mi jefe -
Capitulo 64
Capitulo 64:
“¡Hola, Linda!”
Saludó besando mi mejilla y después miró a Asher con ternura.
“¡Hola también para ti, mi vida!”
Besó su coronilla y Asher sonrió como un loco al ver a su abuela.
“Buenos días, señora Williams”, respondí a su saludo y ella de inmediato me sonrió.
“Vine por este pequeño”
Me señaló a Asher con su mentón.
“¿Athom y mi esposo siguen en reuniones?”, preguntó con interés.
Negué con la cabeza de inmediato y ella me miró con curiosidad.
“Hace un momento se fueron a desayunar juntos”, le expliqué.
“Ah, bueno”, dijo encogiéndose de hombros.
“Entonces esperaré a Finn, pues no traje mi automóvil”
Sonó de medio lado.
“¿Me acompañas al despacho de Athom?”
Asentí con la cabeza y sonreí de manera amable, para después tomar a Asher en mis brazos y caminar junto a la madre de Athom hasta su despacho.
Una vez entramos, dejé al pequeño en su silla para niños y Aurora observó todo a su alrededor con curiosidad.
“No puedo creer que mi propio hijo no tenga ni un solo cuadro hecho por mí”, musitó con diversión.
“Creo que ya sé qué le regalaré por su cumpleaños”.
“¿Necesita que le traiga un café?”
Le ofrecí con amabilidad, pues aún no olvidaba que ella me había cuidado cuando yo caí enferma a causa de la anemia.
“Tal vez un trozo de pastel”.
“Muchas gracias, Ruby”, dijo con una sonrisa.
“Pero estoy bien”, agregó.
Se dejó caer en la silla tras el escritorio y luego hizo un ademán para que yo me sentara frente a ella.
“Toma asiento, linda. Quisiera hablar contigo sobre algo”.
Un escalofrío recorrió mi espalda al escuchar aquello y simplemente me senté frente a ella en silencio, esperando que hablara.
“La escucho”, dije finalmente.
Aurora Williams me miró con curiosidad y luego solo llevó una mano a su cabello para jugar con él.
“Sabes, te entiendo”, musitó con suavidad y yo seguía sin entender nada.
“Es difícil aceptar el amor en nuestras vidas, más aún si uno ha salido hace poco de una relación algo tóxica”.
Mordí mi labio inferior y desvié la mirada, pues ahora ya comenzaba a comprender el punto de esta conversación.
“Yo…”, susurré en vano, pues nada salió de mis labios.
“Cuando conocí a Finn, pensé que solo sería cuestión de un juego, y acabamos perdidamente enamorados”, comentó con una amplia sonrisa.
Fijé mi mirada en su rostro y pude ver la ilusión en sus ojos.
“Él arregló aquello que no había roto, y entonces me di cuenta que el amor no se mide por el tiempo que conoces a alguien, ni mucho menos por las experiencias pasadas. El amor solo surge y muchas veces, te salva”.
Sonreí al escucharla, pues aquella mujer estaba en lo cierto.
“Tengo miedo”, reconocí.
“Miedo a volver a equivocarme y salir herida”.
“Las madres siempre veremos lo mejor de nuestros hijos, pero fuera de eso, he visto cómo Athom se ha enamorado de ti, Ruby”, dijo, provocando un huracán en mi estómago.
“Él te respeta, y puedo ver que sus sentimientos son genuinos”, aseguró.
“Es que no logro entender por qué”
Reconocí sintiendo un nudo en mi garganta.
“No soy suficiente para un hombre como él”.
“¿Quién dice eso?”
Cuestionó, arrugando las cejas en señal de confusión.
“Solo soy una simple secretaria, y él es un hombre con un futuro brillante. ¿Qué puedo ofrecerle yo?” pregunté sintiendo cómo mi autoestima nadaba en el suelo.
Diablos, solo quería llorar de la impotencia que sentía.
“Las personas no se miden por el dinero o poder que tengan, sino por el corazón y amor que pueden entregar”, dijo, tomando mi mano por sobre el escritorio.
“No eres capaz de verlo, pero con tu ayuda desinteresada hacia mi nieto me has demostrado a mí, y a mi hijo, que tu corazón es noble, y que eres una persona muy valiosa”.
“Es solo que no quiero que las personas piensen que soy una interesada”, dejé salir aquel pensamiento que estuvo atormentando mi cabeza ayer.
“Las personas pueden creer lo que quieran, y no podemos hacer nada al respecto”, dijo negando con la cabeza.
“En este caso, la única opinión que debe importarte es la de Athom y créeme que él piensa todo lo contrario, me ha dicho que eres una mujer desinteresada, que has ayudado sin esperar nada a cambio”.
Me quedé en silencio ante las palabras de aquella mujer. Por fin comencé a ver las cosas con mayor claridad, en que tal vez no era tan loco volver a amar, pero esta vez a un hombre tan especial como Athom Patel.
POV Athom…
“¿Crees que debo hablar con ella?”, pregunté a mi padre a la vez que nos subíamos al automóvil rumbo de vuelta a la oficina.
“Sí, creo que es un buen momento para hacerlo”, dijo con una sonrisa.
“De hecho, mi consejo es que dejes de perder el tiempo y aclares la situación lo antes posible”.
Guardé silencio mientras me armaba de valor para hablar con Ruby.
De pronto comencé a pensar en qué le diría, pues necesitaba que, a toda costa, ella creyera en mí y en que mis sentimientos hacia ella eran reales.
¿Debería volver a declararle mi amor?
Encendí el motor del automóvil mientras más preguntas se arremolinaban en mi cabeza y entonces comencé a conducir en dirección a nuestra empresa, pues moría de ansiedad por hablar con aquella mujer que me traía loco.
“Tu madre está esperándome en Intelligent”, dijo papá al mirarme de reojo.
“Está bien”
Asentí con la cabeza, pero su semblante de pronto había cambiado, pues ahora sonreía con diversión.
“¿Qué ocurre, padre?”, pregunté interesado.
“No es nada”
Negó con la cabeza y guardó su móvil.
“Será mejor que lleguemos pronto, pues tu madre dice que tiene cosas que hacer”.
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