El bebe de mi jefe -
Capitulo 61
Capitulo 61:
POV Ruby
Cerré la puerta de mi departamento tras de mí y poco a poco me deslicé por la superficie de madera hasta tocar el suelo.
Me senté ahí y cuando Zafiro llegó a mí, la tomé entre mis brazos y me permití llorar como una magdalena.
Lloré por varios minutos, mientras me aferraba a Zafiro, quien solo ronroneaba contra mi pecho sin entender por qué su humana estaba sufriendo tanto.
¡Diablos, Athom me había besado!
Me sentía culpable al haber disfrutado de ese beso, pues sabía que ahora todo se había arruinado entre ambos.
Habíamos traspasado todos los límites existentes y eso me hacía sentir pánico.
Al dejar a Andi y mudarme a este nuevo departamento tenía muchos gastos extras, y no quería quedarme sin trabajo por culpa de lo que había ocurrido en la clínica.
«Tranquila, Zafiro», dije a la vez que hipaba a causa del llanto descontrolado.
«Estaremos bien», murmuré intentando entrar en razón.
Bufé a la vez que secaba mis lágrimas con mis manos y me dije a mí misma que no, que Athom era una buena persona y que ambos sabríamos llegar a un acuerdo que…
Mi celular vibró dentro de mi pequeña cartera, y cuando lo tomé entre mis manos noté que se trataba de una llamada entrante de Athom, por lo que rechacé la llamada y procedí a apagar mi celular, pues no tenía ganas de enfrentarlo en este momento.
Solo necesitaba procesar lo ocurrido y darme un espacio para encontrar soluciones y explicaciones a aquel beso.
Dejé a Zafiro a un lado y me quité los tacones, para después ponerme de pie e ir directo a mi habitación, pues necesitaba dormir y descansar.
Había conseguido dormir con suerte un par de horas, pues el insomnio me había pegado duro al darle vueltas una y otra vez a aquel beso que había compartido con Athom.
Seguía sin poder ordenar mis pensamientos al respecto, y es que mi mente estaba hecha puré al pensar en por qué diablos me había besado.
¿Tal vez solo se confundió?
Claro, era lo más razonable.
Suspiré con cansancio y luego me levanté de la cama con dificultad y bostecé frente al sueño que tenía.
Caminé hasta la cocina de mi casa y preparé café, pues necesitaba despertar del todo e intentar despejar mis ideas.
«Hola, mi niña», saludé a Zafiro apenas la vi, quien se sentó sobre mis pies con el afán de llamar mi atención.
Me agaché y la tomé en brazos para luego depositar un beso sobre su pequeña cabeza.
«¿Tienes hambre?».
Cuestioné y ella respondió con un maullido tan intenso que supe que sí necesitaba comer.
Caminé hacia su lugar de comida con ella en brazos y le serví sus croquetas favoritas mientras la veía disfrutar de aquello.
De pronto, el timbre de mi departamento sonó, alertando que alguien estaba afuera. Un escalofrío me recorrió la espalda al pensar en que podría tratarse de mi jefe, pero taché aquella idea y me decidí a acercarme a la puerta para observar por la mirilla.
En la entrada de mi departamento estaba de pie un hombre con un uniforme rojo, sosteniendo una caja entre sus manos, por lo que abrí la puerta solo un poco, teniendo algo de recelo, pues parecía ser un repartidor del correo, pero nunca era bueno fiarse del todo de un desconocido.
«¿Sí?», pregunté solo asomando mi cabeza.
Aquel hombre sonrió de medio lado y luego leyó algo escrito en aquella caja.
«¿Usted es Ruby Smith?», preguntó.
Asentí con la cabeza en silencio y él extendió la caja hacia mí.
«Esto es para usted», musitó.
«¿Quién lo envía?»
Cuestioné antes de recibirla y él se encogió de hombros dejándome ver con eso que no tenía idea, por lo que hice una mueca con los labios.
«No puedo dar esa información, señorita», se excusó el hombre, por lo que abrí más la puerta para recibir aquella caja y finalmente firmar el boleto de recepción del paquete.
Cuando entré nuevamente en mi departamento, fui directamente al sillón para acomodarme en él y abrir la caja con desesperación, pues todo indicaba que esto solo podía ser de parte de mi querido jefe.
Lo primero que pude ver en el interior de la caja fue una caja de bombones, los que se veían deliciosos y aquello logró sacarme una sonrisa, pues Athom se caracterizaba por ser así, detallista. Tomé la hoja de papel que estaba bajo la caja de chocolates y de inmediato noté que se trataba de una carta escrita a mano.
Mis temblorosas manos comenzaron a sudar a causa del nerviosismo y miré hacia el techo intentando tener la fuerza suficiente para leer aquella carta.
Luego de respirar hondo, me di el valor suficiente y comencé con la lectura:
[Ruby. Sé que lo jodí todo anoche, y necesito que sepas lo que pienso al respecto, pues no quiero que tengas ideas equivocadas sobre mi actuar]
[Sé también que tienes muchas dudas sobre lo que ocurrió anoche, pero tranquila, aquí estoy para resolverlas todas. Primero, ¿Por qué te besé? Es simple, porque me gustas demasiado y ya no podía seguir aguantando el impulso de querer probar tus labios. Y no, no fue un impulso, fue algo que deseaba hacer desde hace un tiempo]
[Puede ser muy precipitado de mi parte pero debo serte sincero, no hay momento del día en que no piense en ti y sonría como un imbécil. No sé cómo, por qué, ni en qué momento exacto comencé a quererte mucho más que como una amiga, pero lo que sí sé es que desde que te ofreciste amablemente a ayudarme con Asher, mi visión de ti comenzó a cambiar mucho, pues comencé a mirarte como alguien especial, y por lo mismo llevo semanas pensando en cómo acercarme a ti sin parecer un maldito adolescente acosador].
[A riesgo de sonar como un imbécil, debo confesarte que yo no te veo como mi secretaria, te veo como una mujer valiosa, se%y, amable, fuerte y hermosa, a la que sin duda quiero tener en mi vida como compañera, y si tú me lo permites… como novia, en algún futuro TAL VEZ… Tengo claridad de que saliste hace poco de una relación complicada, y en la que sufriste mucho, pero también sé que mis intenciones contigo son sinceras y buenas, porque me tienes loco y en mi locura he razonado en el hecho de que quiero jugarme todas las cartas que tengo por ti].
[No espero una respuesta de tu parte por lo menos, no por ahora, pero sí quiero que sepas que aquel beso para mí significó mucho, a tal punto de aún tenerme en las nubes, recordando cómo se sintieron tus labios contra los míos].
[Te quiero, Ruby, y espero que pronto podamos tener una conversación cara a cara, pues me muero de la angustia al no saber qué piensas sobre todo esto].
[Un abrazo, Athom]
¡M!erda!
Negué con la cabeza a la vez que cubría mi boca con una mano y lloraba como una imbécil al leer la carta de Athom.
¿Todo eso era cierto?
Diablos, había sido muy ciega al pensar que todas sus atenciones hacia mí eran solo porque me veía como… una amiga.
Sollocé al sentirme confundida, deseando creer en las palabras de Athom expresadas en la carta, pero la inseguridad me recordaba que yo era una mujer sin estudios universitarios y de una familia no adinerada, haciéndome sentir incapaz de estar a la altura de Athom, un exitoso empresario que podía tener a la mujer que quisiera.
Me reí sarcásticamente al compararme con mi experiencia con Andi, pensando por qué Athom Patel me querría a mí.
Las dudas llenaban mi mente, y sentía la necesidad de aclararlas para no enloquecer.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar