El bebe de mi jefe
Capitulo 36

Capitulo 36:

POV Athom…

Aún seguía sin entender cómo no me había dado cuenta mucho antes de lo agradable que era Ruby. Además de ser una chica muy simpática, era atenta y muy respetuosa, sin dejar de lado que hablar con ella se me hacía muy sencillo.

Sonreí al sentir que por primera vez en mucho tiempo podía ser yo mismo para hablar sobre cómo me sentía en realidad.

El tiempo se nos había pasado muy rápido, tanto así que cuando la comida llegó a nuestra mesa, continuamos hablando y riéndonos, mientras ella me contaba que ahora se había mudado y tenía una pequeña gata que hacía varias travesuras como colgarse sobre sus muebles y tirar cosas al piso por mera diversión.

“Es aquí”

Indicó ella hacia un lote de edificios.

Asentí con la cabeza y me estacioné para que Ruby pudiera bajarse e ir a descansar, pues ya era pasada la medianoche y el tiempo se nos había escapado como agua entre las manos.

“Gracias por acompañarnos hoy, Ruby”

Sonreí de medio lado, sintiéndome extrañamente feliz.

“Yo debería dar las gracias por la comida, pues estuvo deliciosa”, dijo con una sonrisa tímida. Diablos, ¿Por qué parecía que ninguno de los dos quería despedirse?

“Nos vemos mañana”, musité con indecisión.

Ella ladeó su rostro hacia los asientos traseros y extendió su mano para acariciar el rostro de Asher, quien soltó una risita agradable ante el contacto de mi secretaria.

Luego de eso, se bajó del automóvil y yo me quedé ahí estacionado mientras la veía marcharse y caminar hasta el lote de departamentos.

No me moví del sitio hasta que por fin la vi entrar y perderse de mi vista.

“Ya está, nos vamos a casa, hijo”, murmuré hacia Asher, quien estaba a poco de quedarse dormido en su silla de transporte.

Desde que Asher llegó a mi vida, las mañanas se habían vuelto caóticas, por lo que estaba rogando encontrar una niñera pronto, pues necesitaba ayuda extra.

“¡Ya voy, hijo!”

Chillé ante los desesperados gritos de Asher en la habitación.

Caminé hasta la cama y me agaché para tomarlo entre mis brazos, mientras él no dejaba de llorar con desesperación, como si se le fuera la vida con eso.

Sabía que él tenía hambre y que debía darle su desayuno pronto, pero eso sería imposible si no conseguía terminar de vestirme. Miré la hora en mi teléfono y bufé al notar que llegaríamos tarde a la oficina, y eso no era bueno, pues justo tenía una entrevista muy temprano con quienes estaban interesados en un proyecto a futuro con la empresa.

Inhalé profundo y me di ánimo a mí mismo, para después correr a la cocina con Asher a cuestas y calentar su leche, mientras corría de vuelta a la habitación y lo dejé sobre la cama para ponerme una camisa al azar junto a corbata a la rápida. Le entregué un oso de peluche de los que Alexander le había regalado la última vez que vino a vernos y mientras él se entretenía con aquello, volví a la cocina en busca del biberón.

Cuando Asher enfocó la leche en mis manos comenzó a desesperarse y lanzó lejos el peluche, haciéndome reír, pues a veces me parecía bastante dramático.

“Seguro eso lo sacaste de tu madre”, musité hacia él al mismo tiempo que lo tomaba entre mis brazos para darle el biberón, pues él aún no lograba agarrarlo por sí solo entre sus pequeñas manos.

Lo miré tomar el contenido de aquel biberón con desesperación y entonces me recordé a mí mismo el hecho de que debía llevar a Asher a ver a su madre, pues por lo último que había sabido de ella, su estado era terminal, y no quería enterarme de que había fallecido sin poder volver a ver a su hijo una vez más.

Contra todo pronóstico, la primera reunión del día había resultado todo un éxito, y mientras me despedía de aquellos hombres en la entrada de mi despacho, me sentí algo abrumado, pues de reojo pude ver cómo Ruby hacía malabares para contestar una llamada telefónica y además, calmar a Asher, quien lloraba con desconsuelo.

“Fue un gusto volver a hablar de negocios con usted, Señor Patel”

Me indicó uno de los inversionistas.

Lo miré con una sonrisa en los labios, rogando en mi mente que se fueran pronto, para poder atender a mi hijo.

“El gusto fue mío, caballeros”

Asentí con la cabeza y luego de los apretones de manos correspondientes, ellos se dieron media vuelta y desaparecieron de mi vista.

Caminé hasta el cubículo de Ruby y de inmediato me acerqué a ella para tomar a Asher en mis brazos. Lo pegué contra mi pecho y me balanceé con él de manera lenta, mientras susurraba cerca de su oído que todo estaba bien, buscando con eso que dejara de llorar con tanta intensidad.

“Lo siento, jefe…”, murmuró Ruby atareada, cortando su llamada telefónica y mirándome con vergüenza.

“Estaba hablando con una compañía de niñeras, pero me indicaron que no tienen ninguna disponible para la zona en donde usted vive. He estado buscando y ofreciendo pagos extra, pero creo que…”

Ella se cruzó de brazos y negó con la cabeza contrariada.

“Está siendo algo muy difícil de conseguir, casi como buscar una niñera para los hijos de Kim Kardashian”.

Me reí ante su comparación y luego simplemente asentí con la cabeza al mismo tiempo que dejé un beso en la coronilla de Asher, consiguiendo poco a poco que él se calmara.

Le hice una señal a Ruby, indicándole mi despacho, pues desde hace unos días que una idea estaba cruzando mi cabeza.

“Creo que tenemos que hablar, Ruby”, dije.

Su rostro palideció de inmediato y casi solté una risa burlona, pero me controlé.

Comencé a caminar hasta mi despacho, con Ruby siguiendo mis pasos de cerca y una vez que entramos y ella cerró la puerta tras de sí, le pedí que tomara asiento frente a mi escritorio, mientras yo me sentaba en mi lugar habitual, con Asher sobre mi regazo, quien ya había dejado de llorar y ahora solo hipaba.

Diablos, odiaba verlo llorar y tener que exponerlo a estar fuera de casa todo el día.

Alcé la mirada hacia mi fiel secretaria y me sentí un imbécil al ponerla en una situación tan tensa, pues su rostro me indicaba que estaba lejos de sentirse relajada, sus manos temblaban sobre sus rodillas y mantenía una postura rígida, además de tener los ojos levemente cristalizados.

De seguro ella pensaba que iba a despedirla o algo por el estilo, por lo que me apresuré en aclararle el panorama.

“Te tengo una propuesta, Ruby”

Sonreí ampliamente.

“Hace días estoy pensando en que no hay nadie más capaz que tú para cuidar a mi hijo”.

Sus intensos ojos verdes se abrieron de par en par, como si no pudiera creer lo que yo le estaba diciendo, y sus labios se entreabrieron, como si quisiera decir algo, pero no lo consiguió, por lo que continué hablando.

“Sé que Asher se ha encariñado contigo, y tú ya lo conoces, por lo que quisiera que seas la niñera de mi hijo”

Indiqué con seguridad.

“Wow…”

Susurró con asombro y negó con la cabeza en un intento fallido de despabilar.

“¿Y qué pasará con mi trabajo aquí en la empresa?”, preguntó de inmediato.

“Ya lo he arreglado todo”

Le guiñé un ojo y ella ladeó la cabeza con curiosidad.

“Tenemos la suerte de poder trabajar de manera remota, solo necesitamos coordinación y tener un dispositivo con internet a mano”, le expliqué.

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