El arte del sexo
Capítulo 88

Capítulo 88:

– Entonces, te llevare a casa.

– Puedo ir a la oficina, aún queda tiempo.

– No es necesario, iré yo, pero antes te llevo a casa.

Ella no objeto nada, a cambio asintió y siguió a Michele afuera. El comportamiento de su jefe era asombroso, nunca se imaginó que terminara siendo de ese tipo de hombres que se preocupaban tanto por alguien.

La confundía un poco la manera en la que la trataba, sentía como si le importara lo que le pasara. Pero por otro lado no debía hacerse muchas ilusiones con él, puesto que lo suyo solo era parte de un convenio y nada más…

En cuanto Michele detuvo el coche en la entrada de la casa, voltea a ver a Daviana.

– Quiero que te quedes en mi casa cuando tu hermano sea dado de alta, ambos lo pueden hacer -la castaña gira el rostro para verlo con asombro.

– ¿Qué dice?

para -Supongo que necesita guardar reposo en un lugar cómodo, no creo que tu apartamento sea muy apropiado para que lo haga -ella percibe la seriedad en su rostro y opina que no estaba mintiendo.

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– ¿Está seguro de que quiere que nos quedemos?

– Por supuesto, contratare una enfermera para que cuide de él.

– Pero nada de eso estaba en el convenio que hicimos.

En ese instante Michele suelta el aliento al mismo tiempo que lleva la vista al frente, traga saliva y aprieta el volante del coche.

– Creo que te he dicho que me haría cargo de la operación y de todo lo que hiciera falta luego de la misma.

Daviana observa a Michele quien mantenía la vista al frente.

– Muchas gracias por todo lo que está haciendo por mi hermano.

– No te preocupes…

La castaña se baja del coche para encaminarse a la entrada de la casa, Michele la observa y luego regresa la vista al frente pone en marcha el coche para alejarse de la casa.

[…]

Michele llego a la empresa siendo recibido por su hijo.

– ¿Dónde has estado padre?, los proveedores no quisieron negociar conmigo, te he dicho que ellos querían hacer el trato contigo -el chico le reclama.

– Los llamare… -se encamina a su oficina siendo seguido por Connor.

– No creo que, con una llamada baste, hice lo que pude para convencerlos y no quisieron.

EI CEO levanta el teléfono manteniendo la seriedad en su rostro, su hijo lo ve marcar algunos números y luego echa la vista hacia atrás notando el escritorio de la secretaria vacío.

En eso la voz de su padre llama su atención llevándolo a mirar al frente.

– Por supuesto, no hay ningún problema por eso -Connor observa que su padre lo ve fijamente, minutos después cuelga la llamada -. ¡Ya está…! prepara todo para recibir la mercancía para el lunes.

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