El arte del sexo -
Capítulo 77
Capítulo 77:
– Yo puedo darle lo que su secretaria le propina a su hijo-aquellas palabras lo pasmaron tanto que se irgue-. Si ella puede complacer a mi jefe, yo creo que yo puedo complacer al suyo, ¿no le parece?
– ¿Qué es lo que has dicho? -Michele observa a la pelirroja fijamente -. ¿Qué es lo que dijiste?
La pelirroja pestañea varias veces ante la pregunta algo peligrosa de ese hombre.
– Bueno, es que yo…
– ¿Usted qué?, hable de una vez…
– He visto a Daviana en la oficina de su hijo… -él ensancha la mirada al escuchar esas palabras.
– ¿Qué dice? -su voz sonó fuerte e imponente.
Mɑ́s 𝓷ov𝒆𝓁𝒶𝓼, solo en NovelasFree.org.com.
– Es que… yo iba a entrar y ellos… lo siento señor Gershon…
Michele aprieta la mandíbula al imaginarse algo que lo comenzó a cabrear.
– Ya debe irse…
– Si señor…
La mujer salió despavorida de la oficina dejando atrás a Michele todo cabreado. Y luego piensa en las palabras de su hijo, iba muy a prisa y Daviana se había ido sin avisarle.
– ¡Maldita sea! Que coincidencia…
Regresa al interior de su oficina para buscar las llaves de su coche. Se sentía tan cabreado que sus dientes rechinaban.
[…]
Después de ver a su hermano y que todo estuviera bien con él, Daviana regresa a la casa de su jefe y al llegar a la verja de la entrada recordó que no poseía llaves de esa casa. Y antes de poder pensar como entrar la puerta se abre de la nada.
Ella ingresa y camina algo nerviosa a la casa divisando el coche de Michele en la entrada. La joven abre la puerta y tan solo al ingresar en la propiedad no ve a nadie.
– ¿Michele? -pronuncia su nombre, pero no oye respuesta.
Sin embargo, ella avanza hasta las escaleras y sube directo a la alcoba donde imagino que él estaba.
Cruzó la puerta y él no estaba, Daviana se detiene extrañada porque alguien tuvo que abrir la puerta principal. – ¿Dónde estabas? -la penetrante voz de su jefe la sobresalto a sus espaldas, ella da la vuelta para verlo a él recostado del marco de la puerta.
– ¿Qué? -pregunta algo confundida.
– Creo que he sido muy claro con mi pregunta, Daviana -ella consigue pestañear reiteras veces.
– ¿Ocurre algo?
– Resulta que si pasa algo -empieza a caminar hacia ella de manera intimidante lo cual hace que ella retroceda -. Hoy te has ido sin avisarme.
– Estaba en una reunión, no quise molestarlo -se excusa rápidamente con la verdad.
– ¿De verdad? -él ya estaba a pocos centímetros de ella -. ¿Te fuiste temprano de la oficina para verte con alguien?
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar