El arte del sexo
Capítulo 32

Capítulo 32:

Daviana traga saliva por la pregunta capciosa de esa pelirroja… necesitaba aparentar profesionalismo, no podía estar recordando como su jefe le abrió las piernas en su oficina y le lamió el coño hasta el climax.

– ¡Cállate! Hablas mucho para llevar dos días trabajando en esta área.

Al mencionar las últimas palabras Daviana divisa a su jefe venir a lo lejos ataviado con aquel traje tan elegante y formal, ese porte tan enérgico y arrogante a la vez que la hace estremecerse.

Las facciones tan fuertes del rostro de Michele a través del cristal le producían escalofríos a Daviana, automáticamente su piel reaccionaba ante él, y no solo era su cuerpo, era toda ella.

Sus sentidos se volvían completamente locos, en esos momentos se sentía como si fuese una gata en celo y no entendía porque causaba ese tipo de sensaciones en su cuerpo.

Al divisar que cruza la puerta ella aprieta las piernas y justamente en el momento que relame sus labios él la fulmina velozmente con esa mirada verdosa que electrocuta su cuerpo. Se tensa aún más cuando se siente pareciendo mucho más grande que el resto de los presentes.

Segundos después aparece Connor, quien también la observa, pero su mirada era muy diferente a la de su padre. Así que Daviana decide mirar hacia otro lado.

Más historias corregidas, solo en NovelasFree.org.com.

– Muy bien, comencemos-demanda el CEO.

Daviana y la pelirroja toman sus respectivos puestos, la castaña se sienta al lado de Michele guardando la esperanza de que sus mejillas no la traicionaran durante la cercanía con su jefe. En cuanto toma asiento percibe su increíble aroma que ahoga toda posible concentración de la junta.

Pestañea reiteradas veces manteniéndose segura durante la junta, imploraba a quien sea para mantener la cordura.

A medida que la reunión avanzaba, Daviana se percata que varias veces Connor la mirada fijamente lo cual la ponía muy tensa. Ella solo intentaba no prestarle atención, siempre estaba observando su libreta y haciendo anotaciones.

Hasta que…

Mientras que escribía unos apuntes, percibe que su jefe se aproxima a su persona lo que la hace tensarse más de lo que ya estaba, de allí iba a salir directo al hospital… Michele se inclinó tanto hacia ella que se petrifico.

– Quiero un café -le ordena en susurro muy cerca de su oído, pero eso basto para que sus pantaletas se mojaran al instante y todos los vellos de su cuerpo se erizaran.

Daviana asiente instantáneamente para luego ponerse en pie.

Mientras que Michele regresa la vista a la conversación, pero rememorando que no pasó desapercibida la reacción del cuerpo de Daviana ante su petición. Se reclina de su silla pensando que esa mujer no le era indiferente, pero se le hacia la dura.

Era un reto, de eso no existía dudas…

Conforme la junta progresa Michele ya se había empapado de todos los movimientos de su compañía y de lo bien que su hijo la había llevado… creyó que seguir escuchando más de lo mismo estaba demás.

Mira la taza con café fijándose que se lo había terminado, observa de soslayo a Daviana, estaba muy concentrada tomando notas. Luego observa a la secretaria de su hijo y está ni una libreta tenía en las manos.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar