El arte del sexo
Capítulo 22

Capítulo 22:

El contacto de su lengua contra su sexo lo hizo cerrar los ojos sintiendo por primera vez ciertas sensaciones que creyó que ya no existían en su interior. Refuerza las lamidas inclinando un poco su rostro contra su vagina.

– ¡AHHHH! -la castaña gime con pujanza -.

Noooo, espere, por favor -Daviana arquea su cuerpo sin que pudiera evitarlo.

Pero Michele se concentraba en lamer su coño sujetándola de los muslos, abre un poco más sus piernas y trata de elevar un poco su trasero.

Con aquel movimiento él termina por meter su lengua dentro de la pequeña cavidad rosada y ya hinchada.

Sus lamidos creaban un sonido delicioso y que aumentaba el nivel de calentura de su cuerpo, y ni hablar de la enorme erección que yacía entre sus piernas. Michele jala un poco con su boca los labios de esa mujer consiguiendo que gimiera de placer.

– Deténgase… -el CEO levanta únicamente la mirada notando que ella tocaba su cuerpo mientras que lo arqueaba, era claro que se estaba reprimiendo muchísimo y eso lo cabreaba.

Cá𝓹í𝓽𝓾𝓁𝓸𝓼 𝒸𝑜𝓇𝓇𝑒𝑔𝒾𝒹𝑜𝓈, 𝑒𝓃 NovelasFree.org.com

Así que decide morder un poco su coño y luego succionar y fue cuando ella da un respingo y por si sola abre las piernas. Michele creyó que estaba más que lista para meter su polla deseosa dentro de ella.

Pero antes de que pudiera separar sus labios del coño de Daviana, la castaña comienza a convulsionar y gemir cada vez con más fuerza y en cuestión de segundos su secretaria se estaba corriendo en boca.

La dulzura que de ella expedía era una delicia para su paladar, hacía años que no probaba a una mujer tan deliciosa; y ahora que había encontrado a una no pensaba dejarla y compartirla con nadie.

– ¡Ah! ¡Ah!

Daviana no paraba de gimotear, el revoltijo que estaba experimentando en su coño era algo de otro mundo. Completamente inexplicable; su mente se colocó en blanco justo cuando exploto en miles de pedazos.

Su cuerpo estaba vibrando, no tenía control de sus piernas las cuales temblaban como si estuviera muriendo de frío. Su respiración era rápida y sentía como si le estuviera faltando el oxígeno.

La joven abre los ojos para ver el techo de la oficina cayendo en cuenta de la realidad, era increíble que le hubiera vuelto abrir las piernas a su jefe, ¿Qué tenía ese hombre que no lograba controlar sus impulsos?

Cubre sus ojos con el antebrazo al tiempo que tragar saliva e intenta cerrar las piernas, pero entonces, de la nada su jefe la sujeta del brazo y la hace sentarse de nuevo, pero en esa oportunidad él metido entre sus piernas.

Daviana admira sus ojos verdes y siente que se derrite.

– Eso estuvo mejor que ayer, ¿no lo crees?

N -Usted es mi jefe, ¿Por qué me hace esto?

– ¿No lo has disfrutado, Daviana? -frunce el ceño mientras roza con los nudillos su mentón -.

A mí me ha complacido mucho saborear tu coño -planta un casto beso en sus labios.

Ba -Pero soy su secretaria.

– ¿Y eso que tiene que ver? -musita muy bajo espelucándole todos los vellos del cuerpo.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar