El arte del sexo -
Capítulo 102
Capítulo 102:
– Siempre se puede hacer mejores cambios.
– Ella lo decidirá -Gael da un paso hacia Michele, y este hace lo propio.
– ¡No! Michele, por favor – Daviana se interpone en medio de ambos hombres -. Podemos irnos ya, por favor…
EI CEO la oye y siente que su voz lo tranquiliza un poco, ya que la realidad es que deseaba partirle la cara a ese hijo de puta del doctor.
Michele toma la mano de Daviana la aprieta con un poco de fuerza y decide salir de la habitación con ella.
Por el corredor no argumento ninguna palabra, sin embargo, la ira lo estaba consumiendo por dentro. Y más que furia lo que sentía que tenía eran celos; estaba tan celoso de ese sujeto, de que se le insinuara a Daviana, que intentara besarla.
No soportaba la idea de ver que otro hombre besara esos labios que le pertenecían a él. El pelinegro se encamina hasta su coche abre la puerta y hace que ella ingresara en el mismo. Cuando Michele sube al auto lo pone en marcha sin decir una palabra.
No lograba decir nada puesto que también presencio el silencio por parte de ella, es que ni siquiera percibió rechazo por parte de Daviana hacia ese maldito doctor. Si no hubiera intercedido quizás le hubiese permitido besarla.
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Aprieta el volante del coche cuando lo pone en marcha.
Daviana no pronuncio ningún tema de conversación, la verdad es que no tenía idea que decir. Michele parecía muy molesto por lo sucedido en la clínica. No obstante, ella creía que no existía razón alguna para su comportamiento, entre ellos no existía nada más que un convenio para tener sexo.
Lo mira de soslayo fijándose que mantenía la mirada fija al frente, y con aquel ceño fruncido y expresión de muerte era muy obvio que había llegado a un nivel de histeria. Estaba segura de que si le cortaban las venas y no sangraba.
Ella vuelve a sentarse erguida continuando en silencio, quizás era lo mejor.
Al llegar a casa, Daviana hace amago de subir las escaleras, pero Michele la sujeta del brazo deteniendo sus intenciones de escape.
– ¿Le ibas a permitir a ese sujeto besarte? -la pregunta la sobresalta. Ella gira el cuerpo para ver a Michele.
– Por supuesto que no.
– No es lo que me pareció ver, si no hubiera interrumpido lo hubieras dejado.
– Ya te dije que no se lo iba a consentir -se suelta bruscamente – ¿Qué es lo que pasa? Yo sé muy bien cómo debo portarme, sé que he hecho un trato contigo, no me voy a involucrar con nadie mientras nuestro acuerdo siga en pie.
Michele aprieta la mandíbula.
– No era necesario que armaras todo ese escándalo con el doctor de mi hermano.
– He escuchado lo que te ha dicho, sé que desea tener algo contigo -Daviana se tensa puesto que no sabía que él los estaba oyendo.
– Y lo he rechazado, no he roto mi parte del acuerdo, así que puedes estar tranquilo.
– ¿Te gusta ese doctor? -pregunta seriamente.
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