El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 820

Capítulo 820:

El punto de vista de Rufus

La videograbadora de Leonard causó un gran impacto en Sylvia, y se le hizo difícil calmarse. Rompió a llorar y gritó a pleno pulmón.

Me acerqué para abrazarla. Me sentía muy mal por ella, pero no sabía qué hacer.

Antes, por muy triste que estuviera, siempre hacía lo posible por contenerse. No quería que los demás vieran cuánto dolor sentía.

Nunca había llorado así delante de todo el mundo, hasta hoy.

Edwin se puso en cuclillas delante de Sylvia mientras decía con culpabilidad: «Lo siento mucho, Sylvia. La muerte de Leonard fue un duro golpe para mí. Me puse enfermo y olvidé contarte lo del vídeo antes».

Sylvia sollozaba tan fuerte que apenas podía hablar. Sacudió la cabeza para demostrar que no le culpaba de lo ocurrido.

Edwin suspiró. «Aunque Leonard no te dijera la verdad en persona, ya te consideraba su propia hija. El destino a veces nos juega malas pasadas».

«Lo comprendo», dijo Sylvia en un susurro audible, haciendo todo lo posible por contener las lágrimas. «Para mí, hace tiempo que es mi padre».

A Edwin se le llenaron los ojos de lágrimas. No dijo nada más. Con un largo suspiro, se levantó y me entregó el vídeo y los documentos que Leonard había dejado. «Príncipe Rufus, por favor, guárdeselos para Sylvia».

Miró a Sylvia mientras hablaba. Probablemente sabía que ahora estaba emocionalmente inestable. «El mayor deseo de Leonard era veros casados. Acordaos de contarme la gran noticia, ¿vale? Quiero ser testigo de ese momento para Leonard».

Tenía sentimientos encontrados sobre lo que dijo, pero asentí en respuesta. «Lo haré. Por favor, cuídate, Edwin. Estoy seguro de que Leonard no quiere verte así».

Poco después de la muerte de Leonard, Edwin, que solía ser tan resistente, se había puesto enfermizamente pálido. La tristeza que soportaba le había aplastado, y ya no tenía tanta energía como antes.

Edwin forzó una sonrisa. «No te preocupes; la manada sigue siendo un caos y todavía tengo mucho de lo que ocuparme. No iré a reunirme con Leonard pronto».

Me sentí un poco aliviado al oír eso y no dije nada más.

La ceremonia terminó sin más. El público se fue marchando uno tras otro y sólo quedamos nosotros.

Alina había sido encarcelada, pero aún no sabíamos cómo castigarla por lo que había hecho.

Sylvia y yo propusimos que pagara por lo que había hecho condenándola a muerte.

Sin embargo, Owen y Edwin no querían verla morir delante de sus propios ojos, y yo entendía por qué. Vieron crecer a Alina y, aunque había cometido un crimen imperdonable, pensaron que era demasiado cruel matarla.

«Sigue siendo hija de Leonard», explicó Owen con un suspiro mientras se llevaba las manos a la espalda. «Y él siempre estaba preocupado por ella antes de morir. La quería».

Warren tenía una expresión indiferente en el rostro mientras decía: «Alina dijo que Noreen la hechizó. Tal vez podamos interrogarla primero para obtener más información».

«Alina ya se dirigió a Noreen. Le pidió a Noreen que matara a Chet, así que se lo merece. No importa cuál sea su intención original, no cambia el hecho de que apuñaló a Leonard hasta la muerte. No puede salirse con la suya -replicó Sylvia.

Warren y Owen se callaron en cuanto ella dijo eso.

«¿Por qué no la encerramos y la interrogamos primero?». sugirió Edwin con calma. «Después de atrapar a Noreen, podremos decidir qué hacer con ellos».

Sylvia dudó un momento antes de asentir. «Me parece bien, pero primero quiero ver a Alina. A solas».

Desvió la mirada hacia mí, pidiéndome permiso.

Yo no quería que viera a Alina a solas, pero tampoco soportaba verla así, así que accedí.

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Nota de Tac-K: Pasen un muy agradable fin de semana lindas personitas, DIos les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /

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