El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
Capítulo 361

Capítulo 361:

POV de Sylvia

La cara seria de Leonard resurgió en mi cabeza y no pude evitar estremecerme de miedo.

Además, Leonard era el padre de Alina. Alina y yo no nos llevábamos bien. Sería incómodo que Leonard tuviera la impresión de que yo había acosado a su hija.

A pesar de que Alina y yo apenas nos hablábamos, teníamos una disputa entre nosotras. Además, nuestra relación empeoró aún más porque ahora estaba con Rufus.

«Oh, ya veo…» No quería verme envuelta en una situación tan peliaguda, pero parecía que mi camino estaba trazado.

«Sylvia, sé lo que te preocupa». Rufus me miró con seriedad. «Puedo asegurarte que Leonard es de absoluta confianza. No se parece en nada a su hija».

Las palabras tranquilizadoras de Rufus me hicieron sentir mejor. Finalmente acepté el entrenamiento de Leonard.

«Oh, pero ¿puedo unirme al ejército pasado mañana en su lugar? Mañana quiero asistir por última vez a la clase de Blair».

Rufus no dijo nada. Frunció el ceño y pareció sopesar las cosas en su mente.

«¿Por favor? No tendré muchas oportunidades de ver a Blair en el futuro. También quería darle las gracias por limpiar el nombre de mi madre». Saqué el labio inferior, actuando como una niña malcriada. «Aún no he tenido la oportunidad de expresarle mi gratitud. Quiero invitarle a cenar mañana para agradecérselo como es debido».

Rufus finalmente cedió. «De acuerdo. Puedes posponer lo de ir al ejército por un día. Puedes darle las gracias a Blair, pero no tienes que invitarle a cenar. No me fío de él».

Al ver la expresión irritada en la cara de Rufus, no sabía si reír o llorar. ¿Qué había hecho Blair para cabrearlo esta vez?

«Vale, vale».

Mientras Rufus estuviera de acuerdo, yo era feliz.

Una vez solucionado, Rufus me acompañó a mi dormitorio.

En cuanto entré en la habitación, Flora saltó feliz y me abrazó. «¡Dios mío! ¡Sylvia! Tengo grandes noticias para ti».

«¿Por qué estás tan contenta? La miré con curiosidad. Hacía tiempo que no la veía tan feliz.

Flora me guiñó un ojo misteriosamente y sacó lentamente su teléfono del bolsillo.

«¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan rara?». Su comportamiento despertó aún más mi curiosidad. Miré la pantalla de su teléfono y vi vagamente un mensaje del ejército.

Flora levantó el teléfono con una floritura y gritó: «¡Mira! ¡Me uno al equipo de élite!».

Mis ojos se abrieron de par en par y le cogí el teléfono para leer el mensaje. «¡Es verdad! Pero, ¿por qué tan de repente?».

Flora no había llegado a la prueba del bosque prohibido. Todos dábamos por hecho que no podría entrar en el equipo de élite. ¡Así que esta noticia fue una maravillosa sorpresa!

«Peter fue arrestado, mientras que Tom, el bastardo que hirió a Warren, resultó gravemente herido y sigue en la UCI. Me eligieron porque entré en el bosque prohibido para ayudar en las operaciones de búsqueda y rescate. Además, también salvé la vida de Warren. Como he hecho contribuciones sustanciales, ¡el ejército me reclutó!». Flora saltaba de alegría. Corrió hacia el armario y sacó un cortapelos. «¡Date prisa! Sylvia, ayúdame a afeitarme el pelo».

«¡Cálmate, Flora! ¿Por qué demonios quieres raparte el pelo?». Rápidamente le quité la maquinilla de la mano por miedo a que se hiciera daño.

«¡Claro! Como prenda de que quiero trabajar duro, por supuesto. Cuando me afeite el pelo, podré derrotar a todos mis enemigos». Flora se tocó el pelo largo y liso. Hacía meses que no se cortaba el pelo y ahora le llegaba hasta los hombros. El flequillo sobre su frente enmarcaba sus ojos redondos, haciéndola parecer más joven de lo que era en realidad.

No sabía si echarme a llorar o a reír. «¿Así que era tu pelo lo que te estaba frenando todo este tiempo?».

No podía imaginarme cómo sería sin su pelo. Warren probablemente se derrumbaría al ver su cabeza calva.

«Sólo ayúdame, ¿quieres? Mi pelo crecerá de todos modos». Flora bajó la cabeza. Parecía que ya se había decidido.

Después de dudar un rato, finalmente encendí la cortadora de pelo y apunté hacia la cabeza de Flora.

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