El amor comenzó con el primer encuentro -
Capítulo 317
Capítulo 317:
Brian no esperaba que Molly respondiera así. Se quedó helado cuando Molly apretó su cuerpo contra él. Sus brazos alrededor de su cuello le hicieron sentir débil de rodillas e incapaz de moverse o de corresponderle. Aquella sensación no la había sentido nunca. Todo esto le relajó al darse cuenta de que, en el fondo, era feliz. Era tan feliz que casi le dolía. Tenía miedo de no volver a ser tan feliz. Podía sentir el pulso en sus muñecas cuando alargó la mano para tocarla.
Molly seguía llorando. Se le pasaban tantas cosas por la cabeza que no tenía fuerzas para ordenarlas. Sólo podía pensar en el horror de lo que acababa de ocurrir. Las lágrimas seguían rodando por sus mejillas y no hacía ningún esfuerzo por secárselas. En ese momento, sintió un olor extraño. Sus dedos habían tocado algo pegajoso. Se apartó para mirarse las manos. Se horrorizó al ver que era sangre.
Miró a Brian aterrorizada. La idea de que le hubieran disparado la asustaba.
Abrió la boca y quiso decir algo, pero no pudo. Levantó la mano e intentó consolarle, pero no tenía sentido. Ya no podía hacer nada. Ya había ocurrido. No podía hacer nada para aliviar su dolor. A Molly nunca se le dio bien ocultar sus emociones, siempre se le notaba en la cara. Ahora mismo, su rostro mostraba confusión, miedo y todo lo demás. La cabeza le daba vueltas y ahora jadeaba.
«No llores, estoy bien. No es una herida grave». La voz de Brian era tan tranquila y serena como de costumbre. Levantó la mano derecha y le secó suavemente las lágrimas. Su rostro no mostraba ninguna emoción: «¿Crees que podrás andar?».
Molly fue incapaz de responderle, seguía temblando. Tenía los ojos en blanco y la boca temblorosa, incapaz de sentir nada. No sabía qué hacer ni cómo actuar en una situación tan horrible.
«Escucha, sólo les he entretenido un rato. Pueden alcanzarnos pronto y si no nos vamos pronto… podrían volver a hacernos daño». Brian le explicó la situación a Molly con una voz tan tranquila que parecía que estuviera hablando del tiempo.
La calma de Brian reconfortó a Molly. Asintió con la cabeza, recuperando el sentido de la realidad. Empezó a examinarle la herida.
«Me dispararon en el hombro. Las piernas y los pies están bien». dijo Brian porque notó la preocupación en sus ojos. Le conmovió que reuniera energía para preocuparse por él a pesar de estar asustada hacía sólo unos segundos. Se dio cuenta enseguida de que realmente había algo entre ellos. Ella había p$netrado en su corazón.
Las puertas del coche se atascaron porque el coche chocó directamente contra el tronco del árbol. A Brian le costó abrir la puerta de la cara, así que comprobó si la puerta del lado de Molly era más fácil: no lo era. Con una mirada severa, sus ojos escrutaron primero su entorno antes de entrar a romper el parabrisas delantero con su arma. ¡Bang! ¡Bang! A pesar de su hombro herido, pudo reunir la fuerza suficiente para romper el panel de cristal. En cuanto el cristal se hizo añicos, les azotó un viento gélido. Molly se estremeció.
Brian saltó primero. Cuando hubo salido del todo, se dio la vuelta y tendió la mano a Molly: «Cógeme la mano, te ayudaré a salir».
Molly temblaba, pero hizo todo lo posible por salir. Molly se mordió el labio inferior concentrando su energía en saltar fuera. Pudo hacerlo con la ayuda de Brian.
Antes de salir, Brian se dio cuenta de que Molly se había dejado el teléfono dentro del coche. Volvió atrás y, a pesar de los cristales rotos, pudo cogerlo. Poco después, se dirigieron a una subida que había justo enfrente. Mientras caminaban, Brian miró hacia atrás y pudo distinguir el coche de Howard a un kilómetro de distancia. Aún tenían tiempo suficiente para esconderse. No podía perder tiempo. Llamó rápidamente a John para que viniera a recogerlos.
Los tres estaban heridos: Howard y los dos francotiradores. Por su parte, las cosas iban mal porque ni siquiera una de las balas de Brian había fallado. Todas habían impactado en su tarjeta. Estaban en el lado perdedor y las tensiones eran enormes.
Sencillamente, no eran lo bastante buenos para vencer a Brian.
Brian no era ajeno a las armas. Había tenido muchas experiencias, y nunca fallaba una puntería. La pistola que llevaba también era de primera calidad. Estaba personalizada para ganar. En el mercado ilegal, el arma recibía el apodo de «Águila del Desierto». La que tenía Brian era de segunda generación. La primera generación era dos veces menos potente, y las balas eran mucho más lentas.
Aunque Fox era capaz de esquivar la mayoría de las balas, no tenía ni idea de que la carga de Brian fuera tanta. Calculó que Brian sólo tenía nueve balas; según sus cálculos, le faltaban tres balas. Los francotiradores pudieron esquivar las dos primeras balas, pero la última le alcanzó letalmente justo en el hombro.
Brian fue capaz de calcular con precisión la velocidad del coche y la de sus balas, por lo que pudo acertar a su objetivo a pesar de la persecución del coche. La herida paralizó a Fox, que perdió el control del coche al estrellarse contra las barreras de la carretera.
Todo fue culpa de Fox. Lanzó una mirada culpable hacia Howard y los dos francotiradores: «Lo siento», dijo entre dientes.
Los francotiradores guardaron silencio, pues sólo Howard podía hablar por ellos.
Howard seguía en estado de shock. No se había dado cuenta de que el coche se estrellaba hasta que había ocurrido, y le dolía el cuerpo. Frunció el ceño mientras veía alejarse a Brian y Molly desde la distancia. ¿Cómo habían podido escapar? Estaban tan cerca. Howard era un soldado profesional; esto era una vergüenza para él. Pero ya no podía hacer nada: lo único que les quedaba era un coche roto. Howard había perdido todo el poder de combate y no estaba contento por ello.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar