Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO
Capítulo 84

Capítulo 84:

Era ya la tercera noche cuando Sofía entró en el carro de Ethan, ya que él se ofreció a llevarla a casa. Aunque ella había negado varias veces, temía que si alguien los viera, las cosas serían malinterpretadas.

Sofía ya se imaginaba qué diría Kate cuando llegara a casa a esa hora. Sabía que su amiga le daría una buena regañina solo por ver la cantidad de llamadas perdidas y mensajes que tenía en su celular. Aunque temía la reprensión, decidió armarse de valor. Abrió uno de los mensajes que su amiga le había enviado.

«No dejes que este hermoso cuerpo te engañe, sé fuerte por tu bebé, amiga.»

Mientras leía eso en el carro, su conciencia se sintió pesada.

«¿Qué pasa?» preguntó Ethan, al notar que el semblante de Sofía había cambiado.

«Nada, solo necesitaba estar en casa más temprano.»

«¿Tenías algún compromiso?» preguntó él.

«Sí» mintió.

«Perdón por haberte interrumpido» él sonrió. Aunque se disculpaba, su rostro no mostraba ningún tipo de arrepentimiento. «Pero hoy fue bueno, ¿no?»

¿Y por qué hizo esa pregunta? Ethan percibió que tenía poder sobre ella y parecía no tener miedo de usarlo.

«No vamos a repetir esto» respondió ella.

«¿Por qué no? Tú lo quieres tanto como yo.»

«No puedo hacer todo lo que quiero. Hay límites y los respeto.»

«¿Cuál es tu límite, Sofía? Dime cuál es y lo respetaré» preguntó.

«No relacionarme con alguien que ya tenga un compromiso» respondió sin dudar.

«Por favor, no empieces de nuevo. Ya te dije que entre Eva y yo solo hay negocios.»

«Negocios no, te vas a casar con ella.»

«No te estoy pidiendo que salgas conmigo» la interrumpió. «Solo vamos a disfrutar del momento. Podemos divertirnos mucho» insinuó.

«¿Qué tipo de persona crees que soy?» preguntó ofendida. «¿Realmente crees que eso es lo que busco en la vida? ¿Follarme con mi jefe?»

«Solo eres tan dura hasta que me acerco a ti» la provocó.

Ethan se detuvo en el semáforo que estaba en rojo. Aprovechando la oportunidad, se acercó a ella y la besó. Una vez más, ella se quedó sin reacción.

«¿Ves? Deberías prestar más atención a los deseos de tu cuerpo» dijo él.

«No vuelvas a hacer eso, te lo prohíbo» dijo indignada. «Si quieres a alguien para divertirte cuando te parezca conveniente, busca a otra.»

«No puedo negar que mi cuerpo te desea, pero prefiero obedecer a mi conciencia. Por favor, a partir de hoy, soy solo tu secretaria, señor Smith.» Aprovechando que el auto aún estaba detenido en el semáforo, ella desbloqueó la puerta y salió del auto.

«Sofía, vuelve aquí!» gritó él, viendo cómo ella se alejaba del vehículo.

Ella caminaba a grandes pasos, juzgándose por ser tan tonta por haber caído en esa trampa. ¿Por qué las cosas parecían estar saliendo de su lugar? Todo lo que quería en ese momento era desaparecer de allí y nunca más ver a Ethan en su vida.

Caminando por las calles de un barrio que parecía más bien fantasmal debido a la ausencia de personas, buscaba un taxi. Su celular no dejaba de mostrar el número de Ethan en la pantalla. Sin embargo, seguía insistiendo en ignorarlo.

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