Capítulo 73:

«Creo que hoy no es un buen día», respondió ella, tratando de zafarse. «Pero, Sofía», insistió él.

«¿No estás escuchando lo que ella dijo?» Ethan apareció en la acera, donde los dos estaban conversando, y miró fijamente a Mateo, quien aún tenía agarrado el brazo de Sofía.

«¡Suelta ahora!» ordenó Ethan con un tono feroz.

Al ver que estaba siendo inoportuno, Mateo soltó el brazo de Sofía y se apartó.

«Lo siento mucho, Sofía, solo quería hablar», se disculpó con ella.

«Será mejor que te vayas», dijo Ethan.

«¿Quién te crees que eres para decirme qué hacer o qué no hacer?» le preguntó Mateo. «Solo me voy cuando ella me lo pide.»

«Entonces vete, Mateo.»

«Sofía, ¿qué es este idiota para que lo defiendas así?», preguntó él, furioso.

Sin decir nada más, Ethan se acercó a Mateo y le dio un puñetazo en la cara, haciéndolo caer hacia atrás.

«¡Ethan, para con esto!» Sofía pidió desesperada, dándose cuenta del ambiente tenso que acababa de surgir.

Al ver que Ethan se distrajo al mirar a Sofía, Mateo se levantó y contraatacó, golpeando el ojo de Ethan.

«¡Detente, Mateo!» imploró Sofía.

Pero los dos comenzaron a pelear allí, atrayendo la atención de algunas personas que pasaban por la calle. Como no quería que esa discusión se convirtiera en algo más grande, Sofía se interpuso entre los dos, y ambos se detuvieron inmediatamente.

«¡Mateo, lárgate ahora mismo!» le ordenó.

«¿Soy yo a quien quieres echar?» preguntó él, indignado. «¿Vas a estar del lado de él, Sofía?»

«No estoy del lado de nadie, pero necesito que uno de ustedes se vaya para que esto termine», su mirada estaba asustada. «Mira la confusión que están causando.»

«Está bien…» respondió Mateo, nervioso, viendo lo molesta que parecía ella.

Notando que las personas se habían detenido para mirar lo que estaba sucediendo, él decidió entrar al coche, ya que no quería causar ningún tipo de confusión para Sofía.

Después de ver a Mateo alejarse de allí, Sofía miró a Ethan, quien tenía un corte al lado del ojo.

«¿Qué acabas de hacer?» preguntó, indignada.

«Creo que esa no es la pregunta adecuada para hacer en este momento», dijo él, tocándose el ojo y viendo que había sangre en la punta de su dedo.

«Ven conmigo», dijo ella, preocupada por su jefe. Ethan la siguió hasta su apartamento.

Al llegar a la casa, ella le pidió que se sentara en el sofá mientras ella buscaba el botiquín de primeros auxilios. Mientras caminaba hacia el baño, intentaba calmarse por lo que acababa de suceder.

Encontrando la caja de primeros auxilios, respiró profundamente y regresó a la sala, encontrando a Ethan de pie frente a la estantería, donde estaba el portarretratos con la foto de Mateo.

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