Capítulo 140:

«Sí, lo estoy. ¿Puedes salir de mi oficina?» pidió, algo nerviosa.

«Solo estaba sentado aquí porque esperaba.» Se levantó.

«¿Necesitas algo?»

«Sí, quiero que vengas a ver un apartamento conmigo.»

Sofía miró confundida, pero sabía que ese era su trabajo. Debía ir, aunque no sabía qué podría pasar.

«Está bien.»

Ethan la llevó a uno de los inmuebles más caros de la inmobiliaria, en una ubicación privilegiada, con vista panorámica y acceso directo a un ático privado. Sin duda, ese apartamento debía valer millones de dólares.

«¿Qué te parece?» preguntó.

«Perfecto, me imagino cómo debe ser la vista desde aquí por la noche.»

«Es espléndida,» comentó él. «Tenemos más de ocho interesados en el lugar, que solo esperan que la última llamada cierre contrato con nosotros.»

«Vaya, no es de extrañar.»

«Pero creo que no se lo venderé a ninguno de esos interesados.»

«¿Cómo así?» preguntó confundida.

La venta de un inmueble como ese sería muy beneficiosa para la inmobiliaria.

«Se lo regalaré a Eva.»

«¿Un regalo?» se sorprendió con la revelación.

«Sí, ¿crees que le gustará el lugar?»

«El lugar es perfecto, creo que lo amará.»

«Será un regalo de compensación,» confesó.

«¿Compensación?» No entendió a qué se refería.

«Sí.» Caminó hasta la ventana panorámica, mirando la vista de la ciudad. «Terminaré con ella esta noche.»

Esa revelación la tomó por sorpresa. Ethan estaba serio y no parecía dudar de la decisión que acababa de mencionar.

«Pensé que ustedes nunca terminarían. Bueno, no es decisión tuya,» respondió ella, algo desconcertada.

«Yo esperaba que eso sucediera, pero los últimos acontecimientos me hicieron cuestionarme sobre el asunto.»

Sofía tenía curiosidad por saber cuáles fueron esos últimos acontecimientos, pero quería mantenerse al margen de su vida personal. Decidió que no debía inmiscuirse más.

Después de la conversación que tuvo con Eva, Sofía se dio cuenta de lo descarada que había sido y sentía vergüenza de sí misma. Tanto, que al terminar de hablar con Ethan, no pudo ir directamente al trabajo. Fue al baño de la empresa a llorar de remordimiento y culpa. Sus sentimientos estaban tan a flor de piel que vomitó todo lo que había ingerido en la cafetería.

«No deberías contarme estas cosas,» dijo después de reflexionar un momento.

«Lo sé, pero me gusta conversar contigo, y también pensé que te alegraría la noticia.»

«¿Yo? ¿Alegrairme?» cuestionó ella, sorprendida. «¿Por qué me alegraría del fin de la relación de mi jefe?»

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Nota de Tac-K: Pasen un muy agradable fin de semana lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /

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