Destinos entrelazados – Mi bebé es hijo del CEO
Capítulo 139

Capítulo 139:

«¿Alguien a quien no quiera? Aun así, eso no cambiará lo que siento. Si no hay futuro con él, no habrá futuro en absoluto».

«Esa no es una solución, Eva. ¿Qué quieres decir con eso?» preguntó Sofía, asustada.

«Si rompe nuestro compromiso, voy a acabar con mi vida», reveló, entre lágrimas.

«¡Por favor, deja de decir esas locuras!»

«No son solo palabras, son mis sentimientos», volvió a llorar descontroladamente. «¿Sabes lo que es amar y no ser amada, Sofía? ¿Sabes lo que es planear toda una vida con alguien y ver que todo se está tirando a la basura por una aventura cualquiera? Lo amo demasiado, y no podría seguir viviendo viéndolo con otra mujer».

Eva estaba trastornada. Sus palabras fueron como un cuchillo atravesando el corazón de Sofía, quien escuchaba toda esa desesperación con un sentimiento de culpa que nunca imaginó sentir en su vida.

¿Cómo pudo ser tan egoísta relacionándose con un hombre así, sabiendo los sentimientos que su novia tenía por él? Tratar a Eva de esa manera la hizo sentirse sucia, como si fuera la peor persona del mundo. Sofía sabía que Ethan no terminaría la relación por su causa, pues él podría salir con otras mujeres además de ella. Sería ingenuo pensar que Ethan no lo haría. Aun así, se sentía culpable por ser una de las personas involucradas con él, más aún después de saber que ya estaba comprometido.

«Quítate esa idea de la cabeza, Eva. Ustedes dos serán muy felices juntos, ya verás».

Quedándose allí, tratando de calmar a Eva, Sofía notó que la hora de almuerzo estaba por terminar, así que se dio cuenta de que debía volver a la empresa. Entonces, se despidió de ella.

«Perdóname de verdad por arruinar tu hora de almuerzo», se disculpó una vez más.

«No te preocupes por eso. Espero que todo se resuelva entre ustedes».

«Yo también», suspiró triste. «Y cuando lo hagas, espero verte sonriendo por ahí pronto».

Sofía salió de allí, caminando hacia la empresa con el corazón en la mano. Todo lo que quería era llorar, al darse cuenta de que estaba andando por un camino equivocado. Su mente estaba tan confundida que ni siquiera notó que la mujer que…

Eva estaba secándose los ojos y poniendo una sonrisa diabólica en sus labios, sintiendo que se había desahogado con la persona correcta.

«Claro que sonreí, idiota, caíste redondita en mi cuento», susurró, levantándose de allí para ir a casa a descansar, después de haber dejado en blanco completo.

«¿Estás llegando recién?» se sorprendió al ver a Ethan esperando, sentado en su escritorio.

«Sí, me retrasé un poco, lo siento.»

Ethan no pudo evitar notar que sus ojos estaban bastante hinchados, como si hubiera estado llorando.

«¿Pasó algo?»

«No, todo está bien.»

«¿Estás segura?» insistió.

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