Capítulo 114:

“Sí, espero que cumplas tu promesa. Cuando volvamos a Estados Unidos, seremos solo jefe y empleada. Necesito mi trabajo, Ethan, así que por favor, no te retractes de tus palabras.”

“Soy un hombre de palabra. Por más que dejé claro que no quiero que esto termine, respetaré tu decisión.”

“Gracias.”

“Pero aún tenemos unas horas antes de nuestro vuelo. Vamos al hotel.”, dijo él, guiñando el ojo de manera divertida.

Aquella sería la última vez que lo harían, se lo grabó en la mente. Esperaba que su corazón también lo entendiera. No importaba cuánto le gustara o cuánta la presencia de Ethan la hiciera sentir sensaciones inimaginables. No habría otra recaída. Todo lo que debía hacer de ahora en adelante era tratar de mantenerse alejada de él e intentar ocultar su embarazo hasta el día de sus vacaciones.

Eran las cinco de la mañana cuando las maletas ya estaban listas y ambos estaban en el auto, yendo al aeropuerto. Desde que hicieron el “amor de despedida”, no volvieron a cruzar palabra. En el avión, lo mismo, y cuando llegaron a Estados Unidos, se separaron en el aeropuerto. Ethan se fue con su chofer y ella tomó un taxi a casa.

Al abrir la puerta de su apartamento, se asustó al ver a Kate sentada en el sofá de la sala, con cara de sueño.

“Llegué”, dijo, saludando a su amiga.

“¿Qué pasó con tu teléfono? Te llamé varias veces y estaba apagado.”

“Se me cayó, se rompió, tuve que comprar uno nuevo.”

“¿En serio?”, preguntó preocupada.

“No, no es cierto. Pero, ¿creíste lo que te dije?”

“¿Cómo así?”

“Estoy practicando una excusa para darle a la novia de Ethan cuando la vea”, respondió, dejando las maletas a un lado y acostándose en el sofá, donde estaba libre.

“Sofía, ¿qué andabas tramando por allá?”

“¿Qué tal si empezamos con preguntas más simples, como: ‘¿cómo estuvo el viaje?’ o ‘¿qué te pareció el país?’”

“No intentes darme vueltas, Sofía. Dime ya qué pasó.”

“Apagué mi celular porque la novia de Ethan quería que le contara cada paso que él daba en ese momento.”

“¿En serio?” Se acercó al sofá donde estaba su amiga y se sentó en el suelo, apoyando el codo en el asiento, demostrando que estaba interesada en la conversación.

“Sí, pero luego me dijo que sabía que su novia me había contactado y que no le dijera nada.”

“¿Por eso apagaste el teléfono? Solo tenías que decir que te habían llamado y que ya no te volverías a meter en ese asunto.”

“No fue solo por eso. Lila quería saber hasta el hotel y el número de habitación donde se hospedaba.”

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