Destino incierto
Capítulo 17

Capítulo 17:

“Sí, es cierto, amiga esa frase te viene muy bien… quiero contarte, Fabiana, que de niña pude darme cuenta de algunas cosas que me asustaban y me desconcertaban, a pesar de que los adultos cuidaban mucho, de que yo estuviera al margen de cualquier evento que me llegara a perturbar”, le confesó.

“Fue imposible dejar de percibir los gestos, los estados de ánimo, los gritos 0 los cuchicheos, el movimiento permanente de hombres armados, gente en motos y Cosas como esas. Como puedes imaginar, los niños pueden estar en el lugar menos esperado y pueden desaparecer a nuestra vista si se lo proponen; más cuando se les prohíbe algo, o se les miente cuando ellos preguntan para satisfacer su curiosidad”, recordó.

“Esto es dinamita en la mente de los niños. De ahí que, era apenas normal que en la medida en que fui creciendo, también fui tomando conciencia de las actividades de mi padre; porque él trataba de no involucrar a mamá y a nosotros sus hijos. Pero que va… ahí salimos todos untados de la misma suciedad”.

Amalia decidió que si Fabiana ya conocía la verdad, no había necesidad de continuar ocultando las cosas o de tener cuidado de las palabras que pronunciaba en su presencia.

“Bueno, Amalia, mi niñez fue diferente, ciertamente mi madre me mantuvo completamente ignorante de la realidad de mi origen. Nunca me preparó para este cambio de vida tan drástico”.

Era inevitable que Fabiana no se sintiera amargada.

“Pude vivir dieciocho años en una realidad paralela; no creo en realidad que esto le haya sucedido a otra persona… esto es algo completamente inverosímil y no sé realmente, si esto sucedió para mi bien, o para mi mal; son incógnitas que debo resolver más adelante en mi vida, cuando tenga la oportunidad de enfrentar a mi madre”.

“Tu caso en verdad es difícil de comprender, pero no creas, es tan extraño como tú piensas Fabiana, porque estos hombres que llevan una vida al margen de la ley, tratan en lo posible de mantener oculta a su familia y muchos de ellos tienen sus hijos lejos de este mundo de delincuencia y crimen”

“Pensándolo de esa manera… puede ser posible que de vez en cuando se pueda repetir mi caso, de pronto, no exactamente como el mío, pero sí de hijos abandonados o de mujeres involucradas con gente de este mundillo que hayan mantenido en secreto su embarazo para mantener a su hijo al margen de esta vida tan atropellada”.

“Ay, Fabiana, pero ya no hablemos más, por ahora, de cosas tan complicadas. Otro día continuamos hablando, tengo hambre, vamos a almorzar y si quieres puedes venir a mi cuarto, veremos una película; tengo muchas y si ya las has visto, o no te interesa ninguna, pues mandamos a traer otra y ya. ¿Qué te parece?”

“¡Sí! Me parece bien para completar el día… nos vemos en veinte minutos para almorzar, Amalia”

“Ok, dale”.

Mientras se dirigía a su habitación para vestirse.

Fabiana pensó:

‘Este ha sido, por mucho, uno de los mejores días de los que he pasado en esta casa. Gracias a cielos, que tuve la oportunidad de hablar con alguien que no fuera Alejandro’

Y con tristeza reflexionó.

‘Aunque si lo pienso mejor, yo nunca he tenido una verdadera conversación con él, nunca me ha dado la oportunidad, además, me infunde mucho miedo el solo pensar que llegue a decirle algo que no le agrade y tome represalias contra mí… con él nunca se sabe’

Pero mientras Fabiana tenía complicaciones en su vida, la vida de los Cruz tampoco era fácil.

La reunión en casa de Uriel Cruz, fue complicada, hubo gritos y amenazas por un fuerte desacuerdo en la negociación final de una compra de oro y esmeraldas que estaban pautadas para ser entregadas en la tarde del día anterior.

Mercancía que nunca llegó, por culpa de una contraoferta mucho más jugosa que hizo a sus espaldas uno de los clanes familiares más fuertes con los que habían tenido competencia desleal y oposición en varios de sus negocios.

Uriel, enfurecido, conminaba a sus hijos a investigar cómo se había filtrado la información sobre dicha negociación, dado que era información grado treinta y tres, como popularmente se dice cuando algo es muy delicado o muy secreto.

Martín se paró y furioso golpeó con sus puños la mesa donde estaban sentados, diciendo:

“¡Esta gente va un paso delante de nosotros porque tenemos un soplón en casa!”

Le temblaba la voz producto de la rabia.

“¡Tenemos que descubrir a ese traidor! ¡No nos puede seguir viendo el rostro de p…! Ya son dos veces que nos hace la misma jugada… la primera vez fue con aquel cargamento de whisky americano que nos decomisaron en la aduana y que ya lo teníamos vendido”

Ya se estaba volviendo costumbre este desastre.

“¿Te acuerda Pa? Tuvimos que hacer malabares pagando comisión al uno y al otro para poder rescatar parte de la mercancía porque siempre se robaron unas cajas, esas ratas… pero bueno… por lo menos salvamos las del compromiso”.

“Es que los habrían matado a todos”.

“Si no en tremendo paquete nos hubieran metido estos sapos lengua larga. Tiene que ser alguien de dentro, alguien de confianza. ¡Este hijo de p… nos ha hecho perder tiempo y mucho dinero! ¡Nos está enredando la vida!”

Uriel, mirando a Alejandro, como diciéndole ‘por qué te quedas callado’.

Él comentó:

“Y no solo descubrir al traidor que está vendiendo información acerca de nuestros movimientos, sino a ese intermediario que cree que con nosotros puede hacer lo que le viene en gana, que puede decir un día que sí y al siguiente decirnos que no y caernos a mentiras como si esto fuera juego de niños. ¡Es que nos cree estúpidos!”

Alejandro, saliendo de sus pensamientos, le dijo a su padre:

“Si, papá, ustedes tienen mucha razón, ¡Les haremos pagar bien caro su traición!; ¡Que caigan las cabezas que tengan que caer!, ¡Nadie se burla de nosotros! Tenemos que sentar un precedente… ¡Que sepan muy bien que con la Familia Cruz no se juega, carajo!”

Uriel levantando el auricular de su teléfono de mesa, marco para una llamada, sin más explicación

“¿Qué vas a hacer papá, a quién llamas?”, preguntó Alejandro.

“¡Ya verás!, la culebra se mata por la cabeza..”.

“¿Hola?”, respondió uña voz masculina al otro lado de la línea.

“¡Hola Roque!, ¿Cómo estás, amigo?”

“¡Hola Uriel!, ¡Estaba por llamarte en este preciso momento! ¡Ja! Me leíste el pensamiento… mira, lamento mucho que se nos haya echado a perder la compra de la mercancía que teníamos negociada. Estoy muy apenado contigo… me fue imposible contrarrestar la oferta de los chinos. Esta gente es como un lince, no dejan pasar una oportunidad como está, Cueste lo que les cueste. ¡Te juro que no sé cómo se enteraron de esta transacción en particular!”

“¡Aja!, pero ¿Por qué no nos avisaste de inmediato para poder nosotros cuadrar nuestra oferta?… ¡Y no Servirles en bandeja de plata el negocio a estos oportunistas! Y ¡Quedamos como unos grandes estúpidos!”

“¡Ay, Uriel, si yo fui el primer sorprendido! ¡Te lo juro! ¡Nunca haría nada que los perjudicara! ¡Tú me conoces, hemos hecho negocios por años!”

“Si, te conozco… o eso creo… ¡Pero siempre hay una primera vez!”

“No Uriel, créeme, cuando llame al cabezón que es el vocero y comandante en jefe; quien tiene el control de esta zona minera, para recibir información de la recepción de la mercancía y la forma de pago exigida. El tipo simplemente me dijo que ya no iba el negocio por haber recibido una mejor oferta y me cortó, no me dio más explicaciones..”.

Roque se deshacía en explicaciones.

“Tú sabes Uriel que en esta gente no se puede confiar, no comen cuento, ellos no le son fieles a nadie, solo son fieles a sus propios intereses y le venden al mejor postor; y huelo que además de dinero tranzaron por armas. Por mucho, fue mejor oferta que la nuestra”.

“De todas maneras Roque, y póngalo como lo pongas, que si esto… que si lo otro… es tu culpa por descuidado y por confiado. Simplemente, te dormiste en los laureles y te cagaste en mi negocio… así de simple”

Decir que Uriel estaba molesto era poco.

“Dime Roque, ¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Dejamos esto así, o asumirás las consecuencias?”

“¡No, Uriel, perdóname! Un error lo comete cualquiera. ¡Esto no volverá a suceder!”

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