Destino Cruel -
Capítulo 6
Capítulo 6:
POV en tercera persona
El plan de Liam estaba funcionando bien y todo estaba saliendo según su plan maestro.
Era su última oportunidad de follársela y no quiere dejarla escapar. Así que un anillo de promesa sería suficiente para que ella abriera las piernas.
Le dio lo que ella quería. Una promesa que aseguraría su futuro.
Ella le miraba con ojos llorosos mientras la inocencia brillaba en su rostro.
El se sintio mal por unos segundos cuando vio su cara inocente pero luego sacudio su cabeza internamente para sacudirse estos pensamientos.
Era su ultima oportunidad de follar su coño virgen y el esta solo un paso detras de ella.
Vio como ella miraba el anillo con tanto amor. Se burló internamente y puso los ojos en blanco.
Ella no se dio cuenta ya que estaba muy ocupada admirando este anillo barato. El anillo ni siquiera era tan bonito’ pensó en su mente.
Por otro lado, Natasha estaba tan ocupada acariciando el anillo como si hubiera recibido algo precioso.
Ni siquiera tenía la menor idea de lo que pasaba por la mente de Liam y de lo que estaba planeando.
Ella se levantó y fue hacia su lado. Él también se levantó cuando la vio acercarse a él.
Ella lo abrazó con fuerza haciéndolo gemir suavemente cuando sintió sus suaves tetas aplastando su duro pecho.
«Me encanta y te quiero». Susurró suavemente y estaba a punto de apartarse pero él la abrazó con fuerza.
Le acarició la espalda y se apartó sólo para inclinarse y capturar sus labios suavemente.
Ella le devolvió el beso lentamente y dio un respingo cuando sintió su mano en el culo.
Rompió el beso y lo miró sorprendida. Pero él se limitó a sonreír y dijo: «¿Qué tal si pasamos la noche aquí?».
Ella miró su dedo y vio una tienda que no estaba lejos de donde estaban cenando.
Ella le miró nerviosa y dijo: «Quiero irme a casa».
Él se agachó a la altura de sus ojos, le acarició las mejillas y le dijo: «Puedes irte mañana. ¿Qué tal si celebramos nuestra Promesa?».
Ella se mordió los labios pensando en sus palabras y asintió con la cabeza porque le conocía.
Y también que él no le haría daño y respetaría sus deseos. Le rodeó la cintura con el brazo y empezó a caminar hacia la tienda.
Abrió la cremallera de la tienda y la dejó entrar primero.
Vio un colchón en el suelo y un calefactor para alejar el frío de ellos.
También había una manta y almohadas. Ella se quitó los zapatos y los guardó en el espacio vacío.
Hizo lo mismo y se sentó en el colchón. Palmeó el espacio a su lado.
Ella tragó saliva y se sentó a su lado en posición lateral, ya que llevaba falda.
Liam gimió mentalmente cuando vio sus piernas suaves y sexys a la vista.
Ahora había llegado el momento. Dios, estaba tan excitado que chilló un poco.
Natasha lo miró confundida, pero no dijo nada, lo cual fue bueno para él.
Le cogió la cara y la giró hacia él. La besó apasionadamente.
Ella puso sus manos temblorosas en su pecho para apartarlo cuando él puso sus labios en su cuello.
Él se irritó pero no lo mostró en su rostro. La miró con falsa tristeza y dijo: «¿Por qué me has empujado?»
Ella se mordió los labios rojos y dijo: «Liam. No estoy preparada para hacerlo».
Él se burló internamente y dijo: «¿Por qué cariño? Es la forma en que la pareja se demuestra su amor. ¿No me quieres?».
«Claro que te quiero. Pero yo… No estoy preparada para hacerlo. Y es mi primera vez.
» dijo ella en un susurro mientras jugueteaba con sus manos.
El le acomodo un mechon de pelo detras de la oreja y dijo «entonces como vamos a hacer fuerte nuestro amor. He oído que nuestro hacer el amor fortalecería el amor».
Ella pensó por algunos segundos entonces sacudió su cabeza y dijo suavemente «yo… no puedo».
Él se apartó de su cara y dándole la espalda le dijo: «Sé que no me quieres y que tampoco confías en mí».
Ella negó con la cabeza y volvió su cara hacia ella y dijo: «Te quiero y confío en ti».
«Entonces, ¿por qué dudas? Te he prometido que me casaría contigo». Dijo con una falsa mirada triste.
Ella miró su cara triste y se quedó pensativa unos segundos. Recordó las palabras de Kelly.
Ella le había dicho que esperara a comprometerse. Y él le ha regalado un anillo de compromiso.
No quiere que piense que no le quiere. Ella lo hace con el corazón y si él quería una prueba entonces ella se la daría.
«Yo… estoy lista». Dijo con una sonrisa forzada.
Sus ojos se iluminaron y él capturó sus labios rápidamente, lastimándola en el proceso, pero no se detuvo.
Le mordió los labios suavemente y ella abrió la boca para él. Le metió la lengua y se deleitó con su exótico sabor.
Luego dejó sus labios sólo para unirla con su cuello. Sus manos se movían por todo su cuerpo.
«Te prometo que nunca olvidarás esta noche». Encendió la calefacción para que no se resfriaran, no es que lo necesitaran.
Su calor corporal les calentaría lo suficiente. Encendió las luces y ahora podía ver perfectamente su increíble cuerpo.
Y efectivamente así fue aquella fatídica noche que nunca olvidará hasta su último aliento.
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