Destinada a ellos
Capítulo 67

Capítulo 67:

“Ahora despójate de la camisa”, me dijo a continuación.

Obedecí de nuevo y vi que me observaba mientras lo hacía. Abrió sus piernas y me atrajo hacia él. Ahora estaba de pie entre sus piernas.

“Entrelaza las manos detrás de tu espalda”, indicó luego, atento a mi reacción.

Me volví y acaté sus instrucciones. Entonces envolvió un cinturón alrededor de ellas y lo apretó. Traté de mover mis manos pero no conseguí hacerlo.

Tiró de ellas para asegurarse de que el cinturón no se aflojara. Escuché un movimiento y entonces vi a Cyrus de pie en la entrada, observándonos.

Sentí que las manos de Eli se deslizaban por mis costados hasta mis caderas y luego sentí su aliento en mi cadera mientras la besaba y luego mordisqueaba mi piel.

Su mano ascendió por mi muslo hasta el ápice de mis piernas, aquel ligero toque me hizo estremecer.

Sus dedos rozaron mi hendidura y luego sentí que sus dedos presionaban mis pliegues húmedos por detrás.

Su pulgar presionó mi ano mientras frotaba aquellos tensos músculos, y de repente sentí que lo insertaba en él y luego lo sacaba.

Escuché cómo jugueteaba con sus pantalones a mis espaldas, para luego quitárselos, arrojándolos a un lado.

Me colocó en su regazo y luego abrió las piernas, dejando mi vag!na expuesta a los ojos de Cyrus, quien aún estaba recostado despreocupadamente contra la puerta.

Yo podía notar a través de sus pantalones la er$cción que le había causado observar aquella candente escena.

La mano de Eli rozó mi estómago, deslizándose hasta la zona entre mis piernas. Separó aún más sus piernas y me abrió aún más para él.

Sus dedos frotaban mi clítoris y yo g$mía ante aquel toque. Volví a apoyar la cabeza en su hombro. Mis dedos podían sentir su er$cción.

Al sentir que sus manos ascendían por mis muslos abrí los ojos y vi a Cyrus arrodillado frente a mí.

Besó mi rodilla y luego chupó mi muslo, mordisqueando y chupando mi piel mientras avanzaba hasta el centro de mi cuerpo.

Sus manos agarraron mis caderas y sentí su aliento en mi vag!na húmeda pasó su lengua por entre mis pliegues, lamiendo en línea recta desde mi ano hasta mi clítoris.

Enroscó su lengua alrededor de mi brote palpitante y luego lo chupó, un gemido entrecortado escapó de mis labios.

Eli movió sus caderas y sentí cómo su p&lla, dura como una roca, ejercía presión entre mis nalgas y rozaba mis dedos. Envolví su mi$mbro viril con mi mano y él lo empujó contra ella.

Cyrus devoraba mi c&ño, haciéndome agitar contra su rostro, mi estómago se contraía a medida que mi climax se aproximaba.

Cyrus retiró su mano de mi muslo, moviéndose entre nosotros, sus dedos se movían entre mis labios húmedos.

Insertaba algunos de sus dedos en mí, luego los sacaba e insertaba otros. Los retorcía dentro de mí mientras chupaba mi clítoris.

Los metió y sacó unas cuantas veces, y luego sentí que las manos de Eli tomaban mis senos y los apretaban.

Los dedos de Cyrus se deslizaban fuera de mi vag!na, humedecidos por mi excitación, mientras seguía estimulando mi clítoris con su lengua. Sentí que sus dedos se movían entre mis nalgas y que luego los insertaba en mi ano.

Los insertó dentro de mí lentamente y me agité contra su rostro. Entonces sentí los labios de Eli en mi cuello, chupando mi marca. Una oleada de placer me inundó y sentí que mi cuerpo se relajaba.

Para mí era un gran deleite sentir aquellos labios devorando mi carne mientras Cyrus continuaba deslizando sus dedos dentro y fuera de mí.

Gemí suavemente y giré mis caderas contra su rostro al sentir que Eli se movía detrás de mí. Los dedos de Cyrus salieron de mi cuerpo y sentí que Cyrus agarraba mis caderas, levantándome ligeramente.

Luego, sentí que Eli se acomodaba. Mi cuerpo se tensó en ese momento, mis manos agarraron la piel de sus músculos abdominales mientras mis uñas se clavaban en ellos.

“Relájate”, me susurró al oído antes de chupar mi marca, haciendo que mi cuerpo se relajara.

Cyrus chupó mi clítoris con más fuerza y sentí que toda la tensión abandonaba mi cuerpo. La p&lla de Eli presionó los tensos músculos alrededor de mi ano, antes de penetrarme ligeramente.

Sentí ardor, pero Cyrus succionó con más fuerza, haciéndome g$mir ruidosamente mientras me acomodaba para que la endurecida p&lla de Eli me penetrara, y entonces sentí que la hundía en mí hasta la empuñadura.

Él permanecía inmóvil, dándome tiempo para adaptarme a aquella sensación extraña y a su enorme p&lla dentro de mí.

La lengua de Cyrus se movió hacia mi agujero mientras succionaba la p&lla de Eli, haciéndolo g$mir junto a mi oído.

La excitación me invadió y sentí que mis paredes vag!nales se tensaban, el centro de mi cuerpo expulsaba gotas debido a mi excitación.

Cyrus se incorporó. Me besó y me chupó la lengua. Podía sentir mi propio sabor en sus labios mientras me besaba con creciente pasión.

Me moví ligeramente, moviendo mis caderas. Eli las agarró. Cyrus empujó mis rodillas hacia arriba, hasta que mis pies quedaron apoyados en las piernas de Eli. Escuché el sonido que producían sus pantalones al desabrocharse. Luego, cayeron al suelo.

Se apartó y observé cómo acariciaba su mi$mbro viril, desde la base hasta la punta. Me lamí los labios y él dio un paso adelante.

“Abre la boca”, me ordenó, agarrando mi barbilla.

Obedecí. Presionó la punta de su pene contra mi labio inferior y luego introdujo el glande en mi boca, deslizándolo por mi lengua.

Luego, agarró mi cabello y metió todo su mi$mbro viril en mi boca. Su p&lla golpeó la parte posterior de mi garganta mientras yo la chupaba.

Luego, la sacó y se acomodó. Inclinándose, me besó, y luego sentí que la mano de Eli se movía desde la cadera hasta la zona entre mis piernas, mientras él frotaba mi clítoris.

Cyrus se acomodó y me penetró, haciéndome gritar de placer. Permaneció inmóvil durante unos instantes y pude recuperar el aliento, mientras me adaptaba a sentirlos a ambos dentro de mí. Agité las caderas, esperando que se movieran.

Cyrus sacó su mi$mbro viril lentamente y luego lo volvió a insertar, mis paredes vag!nales se agitaban alrededor de su pene mientras se movía con lentitud hasta alcanzar el ritmo ideal.

Mi piel se iba calentando y mi estómago se tensaba. Eli agarró mis caderas mientras me movía sobre su pene endurecido, salían de mi cuerpo y la constante fricción me causaba un placer cada vez más intenso, que hacía que los dedos de mis pies se agitaran.

“¡Más rápido!”, g$mi, y entonces Cyrus me penetró con mayor fuerza y rapidez.

Sentía la piel caliente mientras ambos me penetraban, mis paredes vag!nales apretaban los miembros de ambos.

Los únicos sonidos que se percibían en esos momentos eran nuestra respiración pesada y los g$midos que yo lanzaba al retorcerme entre ellos, sintiendo un éxtasis delicioso, al borde del orgasmo, antes de recibir unas acometidas de Cyrus aún más fuertes.

Los movimientos de este se volvieron erráticos y llegué al orgasmo. Oleadas de placer recorrieron mi cuerpo mientras él ralentizaba sus movimientos, antes de detenerse, con su mi$mbro viril profundamente hundido en mis entrañas.

Eli también alcanzó el orgasmo tras unas cuantas acometidas más y sentí que ambos derramaban su esperma en el interior de mi cuerpo.

Cyrus soltó mis piernas, las cuales parecían de gelatina, y cayeron encima de Eli. Cuando sacó de mi cuerpo su mi$mbro me sentía exhausta.

Apoyé mi cuerpo en el de Eli, intentando recuperar el aliento. Cyrus entró en el baño y regresó a la habitación al cabo de un rato. Limpió la zona entre mis piernas y me ofreció su mano.

Tras la intensidad del orgasmo me calmé y fui dolorosamente consciente de que el mi$mbro de Eli seguía dentro de mí. Me levantó ligeramente y grité de dolor. Mi cuerpo estaba muy sensible y adolorido.

“¡Parecemos un ciempiés humano!”, exclamé mientras me sentaba de nuevo y agarraba sus muslos con mis manos.

“Debes levantarte, cariño”, me dijo al tiempo que me hacía cosquillas en los costados, haciéndome retorcerme.

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