Destinada a ellos
Capítulo 52

Capítulo 52:

“Pero acabas de decir que son desiguales”, respondí,

“No significa que se vean mal, mi visión es mucho más fuerte que la tuya. Incluso puedo ver las partículas de polvo en el aire, los colores dentro de una bombilla, el calor que desprende tu piel”, añadió.

“¿Y tú, puedes ver todo eso?”, le pregunté a Eli. Él asintió mirándome.

“Sí, nuestro sentido del olfato también es más fuerte”, dijo y yo asentí con la cabeza.

Genial, entonces iba a volverme paranoica por mi aspecto y mi olor. Me olfateé.

“No apestas, si es lo que te preguntas, aunque no me gusta cuando te pones ese perfume, ahoga tu aroma y me quema la nariz”, respondió Eli.

“No voy por ahí sin desodorante, puede que huela bien para ti, pero eso no significa que vaya a oler bien para los demás cuando esté sudando”

“Sin desodorante apenas cambia tu olor, estoy hablando de esa mierda que te rocías en el cuello y las muñecas”, contestó.

“Hey! Me gusta esa cosa”, dije y él se encogió de hombros.

“Pues a mí no, es demasiado fuerte”, comentó y Cyrus asintió con la cabeza.

“Vale, nada de perfume”, dije. Me bajé del banco y seguí a Cyrus a la habitación.

“¿Tengo que ponerme ropa de trabajo o vestirme informal?”, le pregunté a Cyrus.

“Vistete como quieras, no nos importa lo que lleves al trabajo mientras vayas cubierta”.

“¿Entonces no les importará que vaya al trabajo en pijama?”, me reí.

“No, tienes un pase ya que te acuestas con tus jefes”, respondió.

“Me he acostado con uno de ustedes, no con los dos”.

“Lo harás, nos perteneces, Addie, y sé que quieres hacerlo”, dijo con una sonrisa socarrona en los labios.

Apreté los labios en una línea, agarré mis vaqueros y una camiseta negra de cuello de pico. Me vestí y me encontré con que Cyrus también llevaba vaqueros y un top.

La combinación parecía casi normal en él además de su gran musculatura, casi parecía humano en lugar de algún dios exótico en sus trajes. Aunque lo prefería vestido así, se veía más cómodo.

“P%rvertida”, dijo Eli saliendo del baño detrás de mí. Mis mejillas se enrojecieron y Cyrus sonrió satisfecho.

“Al principio estaba molesto. No podía leer tus pensamientos, pero tu cuerpo te delata”, añadió, frotando el rubor que se extendía por mi rostro.

“Espera, ¿Puedes leer los pensamientos?”

“Sí, excepto los tuyos y los de Eli”

“¿Por qué no los nuestros?”, pregunté, aunque también estaba agradecida.

“No lo sé, creo que es porque son mis compañeros, asumo que es una forma de nivelarnos”

“Esa es parte de la razón por la que odia a los humanos, Addie, el parloteo es difícil de desintonizar para él”,

“¿Así que puedes leer los pensamientos de cualquiera?”

“Si quisiera, aunque es difícil no hacerlo. A veces, cuando estoy en una habitación llena de gente, puede llegar a distraerme, eso y sus olores también llegan a ser abrumadores”

“Entonces, ¿Quieres beber su sangre, nunca desaparece?”

“Controlo mis impulsos, pero no desaparecen. Pero estar cerca de ti los ha hecho menos atractivos”, dijo en tanto Eli salía del vestidor.

“¿Cómo es eso?”

“Porque quiere alimentarse de ti, tu olor triunfa sobre el de ellos”, respondió Eli por él, haciéndome levantar la vista hacia Cyrus. Sus ojos parpadearon rojos y tenía una sonrisa en sus labios.

“Como dije, tu olor es embriagador, huele dulce ahora. Ellos me huelen insípidos”

“¿Así que quieres alimentarte de mí como hiciste con Eli?”

“Sí, pero eso también significaría que podría marcarte”

“Pero no duele, no parecías dolorido”, le pregunté aEli.

“No, no duele porque somos compañeros. Pero si Cyrus mordiera a otra persona sí me dolería”

“Ven, deberíamos desayunar”, dijo y abrió la puerta.

Le seguí escaleras abajo, agarró mi mano, frotando círculos en el dorso de ella.

“¿Vas a cerrar la puerta todas las noches?”, pregunté, mirando hacia la puerta de la habitación.

“¿Tengo que hacerlo?”, me preguntó mirándome mientras bajábamos los escalones. Negué con la cabeza.

“Entonces no lo haré, pero, Addie, debo advertirte que si intentas irte lo sabremos. Podemos sentir cuando nuestros compañeros están cerca, y también cuando ocultan algo. Sé que ocultas algo, así que, si quieres confesarlo, te sugiero que lo hagas”.

“No escondo nada”, le dije, pensando en el teléfono que escondí.

“También puedo sentir cuando estás mintiendo, no me gustan los mentirosos, así que sea lo que sea te sugiero que lo admitas y termines con esto”.

Sacudí la cabeza. ¿Se enfadarían si lo descubrieran y no se lo dijera?

“Si no estás mintiendo, ¿Por qué estás asustada ahora?”, preguntó.

“No tengo miedo”, respondí sentándome en el banco.

Me observó, Cyrus se acercó a mí y apoyó su barbilla en mi hombro.

“¿Entonces qué escondiste en la habitación de invitados?”, susurró.

“Si crees que escondí algo, por qué no vas a buscarlo entonces”, le dije.

“Sé que lo hiciste, pero prefiero que lo admitas y lo traigas de buena voluntad”, dijo Cyrus besando mi mejilla y caminando hacia la jarra de café.

“Entonces, ¿Cómo será, Addie? ¿Tengo que ir a buscarlo y castigarte, o vas a buscarlo y entregármelo?”, preguntó Eli. Tragué saliva y me sentí mal de repente.

“Te prometo que, si me das lo que sea, no me enfadaré”, dijo y yo puse los ojos en blanco.

Ellos ya sabían que había escondido algo, así que no tenía sentido discutir con ellos por eso. Me bajé del taburete y subí las escaleras recuperándolo de debajo del colchón.

Eché un vistazo y vi un nuevo mensaje de Sam, que decía buenos días y algún emoji besucón.

Volví a cerrar la pantalla y bajé las escaleras. Eli estaba en la encimera y había preparado café y tostadas con mermelada. Me tendió la mano expectante. Dejé caer el pequeño teléfono negro en ella. Lo miró.

“¿Sam?”

“Sí, Sam se lo dio a mamá para que me lo diera a mí”, gruñó Eli, guardándoselo en el bolsillo.

Me giré para ir al otro lado del mostrador cuando me agarró de la muñeca y me tiró hacia atrás. El corazón me dio un vuelco. Había dicho que no se enfadaría.

Pasé saliva y el miedo me consumió cuando me apretó contra el mostrador, sus manos se deslizaron por mi cabello y sus pulgares me rozaron el rostro.

Me besó suavemente, apretando su cuerpo contra el mío, deslizando su lengua en mi boca mientras me besaba. Se apartó.

“No tienes por qué temerme, te dije que no tendrías problemas y no los tienes, pero no nos ocultes nada, Addie, lo averiguaremos”, susurró y me besó en la frente.

Dio un paso atrás y me soltó. Tomé mi café del banco y le di un sorbo, solo para mirar y encontrar a Cyrus sonriéndonos divertido. Levanté una ceja y él apartó la mirada para luego morder su tostada.

“Ve a sentarte con Cyrus”, dijo Eli, agarrando los dos platos con tostadas. Me acerqué a la mesa y me senté junto a él, quien me apretó suavemente la rodilla.

Podía sentir la desaprobación de Cyrus mientras me observaba mirándola, el teléfono en mi bolsillo se sentía como si estuviera quemando agujeros en él, estaba lívido de que ella siquiera tratara de mantenerse en contacto con él.

Sé que ella no sentía el vínculo tan fuerte como nosotros, pero aun así me parecía una traición. Fue una suerte que Cyrus la oyera ocultar algo, o quizá nunca lo hubiéramos sabido, y un teléfono era una de las cosas más fáciles de rastrear hasta nuestro paradero.

Incluso un teléfono desechable, más difícil de rastrear, pero no imposible, y la organización de cazadores estaba bien equipada y avanzada con tecnología.

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