Destinada a ellos
Capítulo 20

Capítulo 20:

“Mire, Señor Cyrus”, le dijo ella, y este se puso de pie para mirar por encima de su hombro, alborotándole el cabello.

“Muy bien, un poco abstracto”, dijo, ladeando la cabeza hacia un lado mientras observaba la mancha de pintura en el papel.

En ese momento noté que Eli le dio un codazo, Unos segundos después entró mi madre con la mochila de Maya.

“Oh, todavía están aquí”, dijo, un poco sorprendida.

“Sí, Señora… Paisley”, respondió y luego se detuvo me di cuenta de que nunca los había presentado.

“Su nombre es Debbie”, le dije, y él asintió.

“¿Se quedan a cenar?”, preguntó ella y yo me encogí de hombros, ya resignada.

Mientras tanto los miré y vi que ellos también se encogían de hombros,

“Sí, mamá, pueden quedarse”, respondí por ellos, sacudiendo la cabeza.

Hasta ese momento había estado tratando de deshacerme de mis jefes, pero a esa altura pensé, qué más da.

Entonces ayudé a mi madre a preparar la cena mientras Eli y Cyrus jugaban en la mesa con Maya.

Me sorprendió ver lo bien que se portaban con ella porque no se manejaban de manera intimidante como lo hacían habitualmente, sino que se veían relajados.

Mientras Eli dibujaba en un papel junto a ella, Cyrus comentaba sobre su obra de arte, pero a medias, ya que con un ojo leía la revista que mi madre había dejado en la sala.

Por mi parte, ayudaba a mi madre echando la cebolla y los champiñones en una sartén con un poco de mantequilla, cuando de repente me di cuenta que nuestros invitados podrían ser alérgicos a algo.

En ese momento pensé que lo último que necesitaba era que uno de ellos caiga muerto en mi sala de estar. Pero justo cuando fui a preguntarles, mi madre se me adelantó:

“¿Son alérgicos a algún alimento?”

Como respuesta Cyrus sonrió, como si encontrara graciosa esa pregunta:

“No, Debbie, no tengo alergias, ¿necesitas ayuda?”, preguntó.

“No, nos las arreglamos bien”, respondió ella girándose hacia mí y tirando la carne picada en la sartén,

Luego encendí la otra hornalla y ella dejó caer la pasta en una olla con agua, colocándola en la estufa, para luego susurrarme:

“Parecen muy apegados a ti, ¿También te acuestas con ellos?”

“¿Mamá?”, le susurré, sabiendo que posiblemente podrían escucharla.

“No, no me acuesto con ellos.”

“Solo estaba preguntando, caray, sabes que no me importa, ambos son muy guapos”, dijo, resoplando.

A todo esto los miré por encima del hombro y noté que Cyrus tenía una sonrisa astuta en su rostro, aunque la estaba tratando de ocultar.

“¿Qué edad tienen?”, preguntó y yo me reí, sacudiendo la cabeza.

“¿Estás preguntando por mi o por ti?”, dije riendo, a lo que ella respondió dándome un codazo y devolviéndome la risa.

“Tengo 34 años, Elijah tiene 33”, dijo Cyrus detrás de nosotros, por lo que confirmé que habia escuchado los susurros, no tan silenciosos, de mi madre.

Entonces lo miré por encima del hombro y noté que Eli se había ido con Maya, antes de escuchar que se encendía el televisor con Shimmer Shine.

“Maya le está mostrando unos dibujos animados”, aclaró cuando yo miré hacia el pasillo.

“Pareces tener una relación muy franca con tu madre”, dijo Cyrus, y mi madre se dio vuelta para mirarlo:

“Si, somos muy cercanas”, respondió.

“¿Tendrías algún problema si ella está en una relación con dos hombres?”, preguntó con curiosidad.

“Nop, mientras ella sea feliz, no me importa con quién esté”, respondió ella. Como respuesta, Cyrus le sonrió y asintió con la cabeza mientras yo lo miraba boquiabierta.

“Te lo dije”, dijo luego mi madre, empujándome con el codo, justo cuando Eli regresó y se sentó a la mesa.

“¿Qué pasó?”, preguntó, mirando a Cyrus, ya que se había perdido la mitad de la conversación. Pero Cyrus solo respondió negando con la cabeza antes de mirar a mi madre otra vez.

“Le estábamos preguntando sobre ese tal Sam, ¿Lo conoces?”, preguntó, mientras yo tenía ganas de darle una bofetada porque se estaba comportando como un imbécil atrevido.

“Sí, un tipo encantador, aunque un poco libertino”, respondió ella.

“A ella le gusta, pero sabe que él solo la llama cuando está en la ciudad y busca atenciones en el dormitorio”.

“Mamá, ellos son mis jefes”, chillé.

“No me importa, no les voy a mentir. Además, por la expresión de sus caras, no piensan en ti salo como una empleada”, respondió ella.

En ese momento miré la palma de mi mano y me estremecí ante sus palabras, deseando que me tragara la tierra.

“Están casados el uno con el otro”, afirmé.

“¿Son homose%uales?”, preguntó ella, sorprendida.

“Maldita sea, siempre los más guapos son g$ys”, agregó, haciéndome reír.

“No somos homose%ual es, ¿cuál es el término que usan… bise%uales?”, preguntó Cyrus mirando a Eli para confirmarlo.

“Entonces qué les pasa con mi hija, obviamente ella les interesa más allá del trabajo”, preguntó mi madre, ahora confundida.

“Nos gusta su hija, señora Paisley”, dijo Eli, y ella asintió aun tratando de entenderlo,

A todo esto, la situación era tan mortificante que no podía creer que mis jefes estén teniendo una conversación como esta, con nada más y nada menos que mi madre.

“Solo usen protección. Ya estoy criando a uno de mis nietas”, dijo ella mientras mi boca se abría y veía a Cyrus reírse.

“¡Mamá!”, chillé, horrorizada por lo que había dicho,

¿Cómo podría una madre sentirse cómoda con esto?

“¿Qué? No hay nada de malo si ambos son adultos y la relación es consensuada. Antes de conocer a tu padre…”, Iba a seguir pero yo le tapé la boca con la mano.

“Deja de hablar, no quiero saber”, le dije,

“¿Qué? Yo tengo que escuchar todas tus historias de se%o”, respondió ella.

“Si, pero eres mi madre, no quiero esa imagen en mi cabeza”, le dije.

“¿Y crees que quiero esa imagen tuya en la mía?”, respondió, haciendo un gesto negativo.

“¿Exactamente cuántas historias de se%o tiene”?”, preguntó Eli.

“No, esta conversación se acabó, ustedes son mis jefes, nada más, y tú eres mi mamá, así que basta”, les advertí.

“Creo que la estamos molestando, deberíamos parar”, dijo juguetonamente, ganándose una sonrisa de ellos, pero, en general, solo recibí miradas furiosas.

Cuando servimos la cena, la conversación continuó siendo estrictamente ´apta para todo público` gracias a Maya. Finalmente se fueron y dejé escapar un suspiro de alivio.

Al día siguiente estaba contenta de ir al trabajo porque era viernes y vería a Sam esa misma tarde.

También estaba feliz de no tener que ver a Cyrus ni a Eli durante el fin de semana, siempre y cuando no me llamaran sería un buen día.

De todos modos, estaba un poco nerviosa después de que se quedaron a cenar la noche anterior porque mencionaron la idea de mudarme, pero tenía esperanzas de que para fin de mes hayan encontrado un reemplazo para mí en la ciudad de Soya.

Esperaba que me dejaran tranquila. Al llegar a la oficina, encendí todos los aparatos y puse en marcha la máquina de café, segura de que nada podría derribar mi estado de ánimo.

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