Destinada a amarte -
Capítulo 66
Capítulo 66:
“Bien, pero una niña no quiere compartir a papá”, dice señalando a Anastasia quien me mira con sorpresa.
“Hija, ella es quien te comenté”, explica Vlad y la niña da un respingo pestañeando.
“¿Será mi mamá?”, Anastasia se muestra perpleja mirándome.
Bajo a Zayn en su asiento para que termine de desayunar y me acerco a la pequeña.
“Hola, Anastasia, ¿Me recuerdas? Conocí a Vaca”, menciono y ella mueve su cabecita asintiendo.
“Sí, hija, ella es tu madre”, responde finalmente.
“Abrázala, los abrazos de mami son lindos”, alienta mi pequeño arrugándome el corazón.
Anastasia se baja del asiento y separa sus labios, sorprendida, inesperadamente ella suelta un sollozo corriendo a abrazarme me inclino y la envuelvo en mis brazos recibiéndola.
Poso mi mano en su nuca acariciando su cabello largo y castaño. Mis latidos se aceleran haciéndome sentir lo mismo que cuando abrazo a Zayn. Abro los ojos con sobresalto mirando a Vlad y mis pupilas se cristalizan mientras me aferro al cuerpo de la pequeña que solloza en mis brazos.
Ella se separa restregando sus ojitos con ternura.
“Se siente… lindo abrazar a mamá”, dice y trago con dificultad el nudo que se me forma.
‘El bebé que perdí hubiera sido ella’, pienso anonadada.
“A mí me parece lindo, abrazar a Anastasia”, menciono y ella sonríe.
“Creo que ahora no van a pelear por mí, sino, por ti”, anuncia Vlad levantándose.
“Recibirán el mismo amor de ambos, no tendrán que pelear”, comento dejando salir un suspiro y me coloco erguida sosteniendo la manita de Anastasia.
“¿Zayn, tú me compartirías con Anastasia?”, pregunto a mi pequeño.
Él da un asentimiento mientras come de su frutilla moviendo las piernitas.
“Entonces, ¿Anastasia, compartirías a tu papá con Zayn?”.
Ella me observa sorprendida y termina moviendo su cabeza afirmando.
“Bien, creo que ya quedó, ustedes serán hermanos, se apoyarán, cuidarán y compartirán padres”, agrego, Vlad se acerca a mí aprovechando que Anastasia volvió su concentración en la comida,
Posa sus manos en mi cadera atrayéndome a él, presiona mi pecho con su torso y llevo mis brazos detrás de su nuca.
“Acabas de revolver la tercera guerra mundial”, menciona cerca de mis labios.
“¿Me gané un premio de la paz?”, cuestiono arqueando mi ceja.
“Tú y yo, en la habitación oscura”, dice rozando mis labios con los suyos, mis vellos se erizan por su proposición.
Tomo una bocanada de aire, vislumbrando la imagen de Zayn hablando animadamente con Anastasia y puedo ver a nuestra familia consolidada. De manera inesperada, el celular sobre la mesa suena de forma estruendosa; es el de Vladimir, le doy un asentimiento para que lo tome.
Él se aleja de mí y descuelga la llamada llevándoselo a la oreja.
“¿Jade?”, pregunta y arrugo mi cejo. Él me entrega el celular y lo sostengo confundida.
“Quiere hablar contigo”, explica.
Lo acerco a mi oreja.
“Hola…”.
“Tienes que ver las noticias, ¡pero ya! Te estuve llamando a tu celular y nada que contestas”, interrumpe exaltada.
Ofelia y Teodora aparecen en el comedor, Vlad me indica hablar en el despacho. Caminamos a ese lugar para tener más privacidad. Al cruzar la puerta del despacho, él enciende la TV que estaba detrás de un cuadro pintoresco.
“¿Por qué, qué debo de ver en las noticias?”, pregunto ansiosa hacia Jade.
“Alice está siendo entrevistada y está diciendo un montón de sandeces”, espeta enojada.
Coloca mis ojos en la pantalla donde aparece la imagen de mi hermanastra vestida de azabache como la viuda que nunca fue y en la cinta del noticiario se lee, ‘Ex prometida del difunto heredero de la dinastía Baker dice que fue un homicidio y no un suicidio’.
Mi respiración se altera. No cuelgo la llamada con Jade, pero ella se queda en silencio para que pueda escuchar lo que dice Alice.
“Señorita Morat, lo que usted dice es que él murió por culpa del dueño de la disquera, pero, ¿Cómo dice algo así? Todo indica que él decidió quitarse la vida, otras fuentes dicen que se metió con las personas equivocadas”, dice uno de los periodistas.
Ella coloca sus ojos enrojecidos en la cámara como si estuviera mirándome.
“Su muerte fue provocada, tiene una amenaza que he entregado a los detectives y lo que dicen de mi prometido es mentira ¡Falsedades y la verdad saldrá a la luz! ¡Me lo quitaron, él no se quitó la vida, se la arrebataron!”, explota en sollozos.
Marla se acerca a ella cubriéndola y diciendo que se acabaron las entrevistas. En la pantalla aparece el entrevistador dando condolencias a la familia Baker y colocan una foto de él con el lazo azabache. Paso saliva, Vlad apaga la pantalla y me quedo sin habla.
“Si lo que dice es cierto, sobre la prueba que tiene, los abogados deberían ser llamados y esperemos sea una amenaza si no, los detectives estarían yendo a interrogarlos a Vladimir y a ti, por ser ex pareja de Akim”, habla Jade al otro lado de la línea.
“Sé que está mintiendo, quiere jodernos”, gruño molesta rechinando mis dientes.
“Así es Alice y este es su momento de fama, además de que está feliz de que la relacionen con
Alim”, dice, asiento instintivamente.
“Llamaremos a los abogados, si sabes algo más… coméntame, gracias, jade. No sé qué sería sin ti”, menciono y escucho cómo suspira.
“Lo sé, también te quiero, Val”, dice.
“No dejemos que gane Alice”, acota y cuelga la llamada.
Bajo mi mano con el celular en ella para mirar a Vlad. Quien tiene una mirada fría en mí. Remojo mis labios.
“Sé lo que…”.
“¿Por qué dicen que tú lo… mataste?”, interrumpo sus palabras. Él se me queda observando como una eternidad y noto cómo traga con dificultad apretando sus manos en puños.
“No pienso que hayas sido tú, pero, quiero saber por qué los demás piensan lo contrario y si… esto nos va a afectar”, reitero con sinceridad.
“Porque soy capaz de hacerlo, por ti”, manifiesta finalmente con intensidad.
Niego con mi cabeza acercándome a él, rompo la distancia dejando el celular a un lado y sostengo con fuerza el saco de su traje. Elevo mi mentón para mirarle ante su gran altura a diferencia de la mía.
“Confío en ti”, digo con un jadeo.
“Creo que no deberías, cielo”, suelta de repente, llevándome a arrugar mi cejo.
“¿Por qué lo dices?”.
“Como soy capaz de hacerlo, también lo soy en ocultarlo para no hacerte daño”, declara, abro los ojos con sorpresa observando al hombre al frente de mí, el mismo que me desboca de mil maneras y al que no termino de conocer con sus misterios y secretos rondándole.
El golpeteo de la puerta me sobresalta, giro mi rostro observando a Ofelia.
“Disculpen… señor y Señora, pero, unos oficiales los buscan en la puerta”, anuncia y mi corazón late con miedo.
“Gracias, Ofelia”, menciona con parsimonia Vlad, quien me sostiene las manos acercándoselas a los labios para besar mis nudillos.
“Dije que te protegería siempre”, musita erizándome la piel.
‘Él no fue, esto debe de ser un error’.
Vlad se aleja de mí caminando con imponencia hacia la salida del despacho, junto con Ofelia. Paso saliva siguiéndole y detengo mis pies al ver a una mujer vestida formal y a un hombre con uniforme de oficial de la policía.
“¿Señor y Señora Novikov?”, pregunta la mujer mirándonos con atención.
“Sí, ¿Qué desean?”, responde Vlad con seriedad.
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