Destinada a amarte
Capítulo 15

Capítulo 15:

Pov Vladimir.

El tiempo pasa mientras la cotorra de mi hija habla sin parar sobre lo que ha soñado  y que le gustaría volver a casa para jugar con su pony.

“Vaca” así le ha llamado por sus manchas.

“Tengo mucho sueño”, dice luego de un rato, aparto el peluche para que pueda descansar, dándome a entender que se forzó para estar conmigo.

“Duerme, Anastasia… no iré a ningún lado”, comento besando su mejilla regordeta.

“Te quiero, papá, eres mi superhéroe”, dice, la arropo y ella cae en los brazos de Morfeo rápidamente, quizá por los medicamentos que la tienen un poco dopada.

“Te quiero con mi vida, princesa”, murmuro dejando salir un suspiro.

El pensamiento de mi esposa, me invade, y no solo ‘esposa’ es la magnificencia de Valeria Morat de Novikov. Esa mujer me tiene mal en todos los sentidos, solo espero que pronto Anastasia pueda conocerla y tenga la Madre que siempre deseó tener.

Me acomodo en el sillón absorto de los pensamientos sobre lo que haré cuando regrese a Manhattan y solo espero que Valeria se haya instalado con el que ahora es mi hijo ‘Zayn’.

Lo poco que supe de ella, fue gracias a un investigador, pues no podría casarme con una desconocida sin más… pero no encontré mucho, viene de una familia ‘normal’ del apellido Morat, mientras que el Ferrara hace mucho ruido, es una de las más prestigiada y ella sería la heredera del imperio, solo que no parece interesada porque decidió estudiar publicidad y abrirse camino por sí sola.

‘Algo más que tenemos en común, cielo’, pienso.

Levanto el rostro ante un ruido que llama mi atención, se abre la puerta dejándome ver la cabellera miel de Hannah con dos cafés en manos, se sorprende al verme clavándome sus ojos color oliva, es de piel bronceada pero no como la de Valeria; que provoca morder y saborear.

Hannah me sonríe emocionada, he notado cómo me observa con emoción como si fuera un perrito Poodle que le acaricie. Una vez le rechacé y desde ese momento la amistad se ha sentido incómoda. Quito mi vista de ella para mirar a Anastasia dormir, Hannah se acerca con cuidado hacía mí.

“¿Cuánto tiempo ha estado dormida?”, pregunta en voz baja.

“Solo unos minutos”, respondo sin más. Ella asiente sin dejar de mirarme.

“¿Por qué no descansas un poco? He comprado estos cafés para nosotros. Bebe un poco y luego ve a la habitación de al lado a descansar, le haré compañía a Anastasia, ella me adora. Debes de estar cansado por el vuelo… te hará bien, Vlad”, comenta llamando mi atención, le doy una mirada fría a la que ella reacciona sonrojándose.

“No, gracias, Hannah, estoy bien”, respondo desviando mi mirada de ella, quien toma asiento a mi lado en silencio, hasta romperlo con unos murmureos.

“Tus padres han estado preguntando mucho por ti, igual que tus hermanos”, comenta llamando mi atención. Amo a mi familia, pero ellos no saben de ‘espacio’ y el sentimiento de lejanía cuando quiero estar lejos de ellos.

“Lo sé”, murmuro. Suelto un resoplo levantándome del sillón para mirarla.

“Iré a hablar con Tom, quédate cuidando a Anastasia, por favor”, digo caminando a la puerta, ella se levanta pasándome las manos por la falda de su traje.

“Tómate tu tiempo, es un honor cuidar de ella”, comenta sin más, de manera obediente. A pesar de aparentar ternura, resiliencia y obediencia, me causa indiferencia.

Al salir de la habitación detengo mis pies encontrándome con la figura de Tom en el camino que se acerca a mí para darme palmeadas en la espalda.

“¿Cómo se encuentra?”, pregunto encarándole.

Él acomoda sus lentes de pasta y me da una sonrisa. Baja la vista a los resultados e historial clínico de mi hija.

“Está en una condición estable, y en vías de recuperación, recomiendo que Anastasia permanezca en el hospital durante los próximos tres días. Si no surge ningún otro inconveniente podrá ser dada de alta”, explica finalmente, suelto un suspiro de alivio.

“Son buenas noticias, gracias, Tom”, comento.

“¿Está con Hannah?”, pregunta de repente, asiento.

“Desde que Anastasia te fue entregada por la muerte extraña de su Madre biológica. Has cambiado con Hannah, no creo que sea la mala de esta historia, Vlad. Ha estado presente y preocupada por ti, fue un error que ya no se puede solucionar”, expresa llamando mi atención.

Recuerdo el día en que recibí la noticia de Anastasia, fue el mismo hospital el que me llamó y Hannah no supo darme explicaciones a pesar de que ese hospital es de su familia. No confío en la virtud de los Taylor, por más que me hayan entregado a mi pequeña princesa.

“No me interesa, hasta que no sepa la verdad y el paradero de la familia materna de Anastasia, seguirá recibiendo mi rechazo”, espeto firme a mi decisión.

Tom asiente con un resoplo.

“Como quieras, Vlad, sabes que siempre puedes contar conmigo para hacerte caer en la realidad ¿Has estado yendo a terapia?”, cuestiona de repente.

“No quiero hablar de eso, aprecio tu preocupación por eso tienes la fortuna de ser mi amigo”, digo recibiendo su sonrisa.

“Eres un egocéntrico de primera, Vladimir Novikov”, declara provocándome una sonrisa tenue.

Abre los ojos con sobresalto.

“Déjalas para después con una botella de Whisky”, comento posando mi mano en su hombro.

“Tengo que hacer algo, ¿Puedes avisarme si despierta?”, pido.

“Si, le administré medicamentos que le dan somnolencia, así que, estará así un rato más, ve tranquilo y espero no te tropieces con tu familia, no dejarán que regreses a Manhattan”, expresa despidiéndose de mí.

Camino hacia la salida del hospital encontrándome con mi chofer.

“Llévame a la mejor joyería, por favor”, ordeno subiéndome al auto.

Mientras observo las joyas que brillan no veo alguna que llame mi atención, solo puedo pensar que nada igual al color de sus ojos y que para que todos sepan que es mía, tiene que ser contundente.

Pov Valeria.

Me cambio de vestido y paso unas horas junto con Zayn para irme a la empresa, directamente al departamento de asuntos legales, le informé al abogado del Grupo Birken la noticia para que procediéramos al leído del testamento y se me entregue finalmente lo que me pertenece.

Dejo salir un resoplo cargando a Zayn en mis brazos. Jade fue llamada por negocios de su familia y con pesar tuvo que irse prometiendo reunirnos para celebrar la victoria.

“¿Quién te ama más que nada en este mundo?”, le pregunto al pequeño para meternos en el ascensor.

“¡Mami!”, dice y le hago cosquillas para escuchar su risa hermosa alegrarme y llenarme el alma.

“¿Hiciste amigos en la guardería?”, cuestiono peinando su cabello oscuro.

“Ninguno, todos son unos tontos que prefieren a Batman”, suelta provocándome una sonrisa.

“Diferentes, aunque a ti siempre te puede gustar otro superhéroe”, expreso llevándome la atención de mi pequeño genio.

“Superman es el mejor”, murmura encogiendo sus hombros.

“Y tú eres el mejor, esos niños se pierden la oportunidad de jugar contigo”, expreso y él asiente emocionado.

“¿Sabes quién se parece a Superman?”, pregunto llamando su atención.

“¿Quién…?”.

Llegamos a recepción y un sujeto me llama por mi nombre de casada. Arrugo mi cejo, cuando se acerca a mí y me interpongo alejando a Zayn.

“Sí, soy Valeria Morat de Novikov ¿Por qué me busca y cómo sabe mi nombre?”, cuestiono un poco asustada de que mi padre haya tomado ventaja y me mande a hacer daño.

“Esto se lo manda su esposo, Señora Novikov”, anuncia mostrándome una caja celeste de la marca Graff Diamonds.

“Gracias”, murmuro bajando a Zayn, el sujeto asiente yéndose por donde vino.

“Quédate aquí cerca, cariño”, indico a Zayn para que no salga a correr en el vestíbulo.

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