Destinada a amarte -
Capítulo 1
Capítulo 1:
Pov Valeria.
Cinco años atrás…
Despierto con sobresalto, prendida en fiebre y suelto un grito desgarrador ante una pesadilla, mi pecho sube y baja por el pánico, me quito las sábanas de encima de mí y abro la puerta de mi habitación.
Bajo las escaleras, encaminándome a la cocina por un vaso con leche. En la mansión Morat, están dormidos y procuro no hacer ruido. Enciendo las luces de la cocina, llenando un vaso con leche fría.
“¿Qué haces despierta?”, inquiere de repente, Alice Dubois; mi hermanastra. Clava sus ojos color avellana en mí, luego de casi infartarme.
“No te asustes, pareces un conejito”, expresa, en un tono burlón.
“Tuve una pesadilla y bajé por leche ¿Tú qué haces aquí?”, espeto tratando de calmar mi respiración que se alteró de nuevo.
Alice se pasea por la cocina, y trae un camisón que muestra la ropa de encaje que lleva debajo, ella es todo lo contrario a mí, soy un poco más conservadora y virgen por elección; es lo que quieren los hombres, incluyendo mi prometido, por algo me insiste en tener relaciones y he optado por otros métodos para
“¿Otra vez con los síntomas extraños? Estás enferma, Valeria, tienes que ir al Doctor”, expresa, como si le importara.
Se acerca a mí, arrebatándome el vaso con leche de la mano, endurezco mi cejo mirándola.
“La leche fría no te hace bien, la calentaré por ti”, agrega, desconcertándome.
“No es…”.
“Déjame, somos hermanas ¿cierto?”, interrumpe y termino cediendo, pues no tengo energía para discutir con ella.
Nunca nos hemos llevado bien, mucho menos con su madre.
‘La detesto’ pienso, resoplando.
Me abrazo a mí misma, paseándome por la cocina, mientras espero a que ella termine de calentarla.
“Aquí tienes, disfrútala”, anuncia ofreciéndomela.
Con cierta duda sostengo la taza con leche tibia en ella.
“Gracias… ¿Ya no estás resentida porque me casaré con Akim?”, pregunto, alzando una ceja.
Alice me sonríe de manera sardónica, ella quería que mi padre negociara el matrimonio del heredero Baker, pensando en ella, pero, soy la que tiene el apellido importante de mi madre y Akim es mi primer novio. Fue un trato justo y perfecto para mi familia.
“Sé que tú…”.
“No, me alegra, son tal para cual y sé que ustedes fortalecerán más los lazos económicos de ambas familias. Es lo que importa de todo esto”, interviene, clavándome sus ojos, camina hacia la salida sin más.
“Bonita noche, Valeria”, agrega, en un tono dudoso y desaparece de mi vista.
Dejo salir un resoplido, y termino de beberme la leche para irme a dormir de una vez por todas.
Despierto prendida en fiebre, quito las sábanas, observando un sangrado en mi entrepierna, me alarmo, llamando a Santino; el mayordomo.
“¡Santino!”, exclamo levantándome con miedo.
“Señorita Valeria”, dice viéndome sorprendido.
“Necesito que el chofer me lleve al hospital, por favor”, pido y siento coma si tuviera cólicos menstruales muy fuertes. Él, asiente, corriendo.
Me visto, tomando mi bolso y bajo las escaleras con cuidado.
“Valeria ¿Estás bien?”, pregunta de repente, Alice.
“Tengo que ir al hospital”, digo haciendo ademán de pasar de ella, pero, me detiene.
“¿Qué síntomas tienes? Te puedo llevar al mejor hospital de la ciudad y no perderás el tiempo”, propone de repente.
“Tuve sangrado hace un momento, fiebre y cólicos”, comento ante lo que sé.
“Bien, te llevaré con el mejor Doctor y ginecólogo de allí, no ve preocupes, estarás bien”, acota pareciendo preocupada Asiento, sin tener muchas fuerzas, ya que comienzo a sentir mareos y náuseas.
Nos llevan al auto, donde el chofer esperaba y este sigue las indicaciones de Alice.
“Tranquila… todo pasará”, menciona y muevo la cabeza con inercia, dejando salir un suspiro.
En un abrir y cerrar de ojos, llegamos al hospital General de Toronto y me atienden rápidamente al escuchar mis apellidos.
“Llenaré tu planilla, ve con el Doctor”, anuncia, seguido, entro a un consultorio ginecológico y me ubico en la camilla para que me realicen un examen de rutina junto al Papanicolaou, sin percatarme… me quedado dormida en la camilla.
Abro los ojos con sobresalto, veo a un hombre anciano y regordete, lo más parecido a Santa Claus termina de entrar al consultorio. Pero, se nota algo triste.
Me siento apenada de haberme dormido.
“Bien, es un gusto soy el Doctor Vizencio ¿es la Señorita Valeria Morat, cierto?”, inquiere con una sonrisa apretada.
“Si… ¿Se encuentra bien? Disculpe la pregunta”, digo al ver la tristeza notable en su semblante.
“Lo siento, recientemente he perdido a mi esposa, pero no se preocupe, así es la vida. Lo bueno, es que siempre podemos empezar de nuevo y crear una vida. Es algo mágico”, expresa provocándome una sonrisa.
“Tiene razón”, comento, él se coloca los guantes colocándose al frente de mí.
“He recibido a muchos bebés a lo largo de mi vida, como también he ayudado a concebir y salvado muchas vidas. Estás en buenas manos”, dice, dándome más confianza.
“Sentirás un poco de presión, inhala y exhala”, agrega y aprieto con mis manos los posa brazos, al sentir lo indicado.
“Listo”, anuncia, sorprendiéndome. Sé que el examen es rápido, pero ¿Tanto?
“¿Cuándo me darán los resultados?”, cuestiono acomodándome.
“En quince días aproximadamente, pero, aquí te indico los medicamentos que debes tomar y si llegas a sentirte mal, puedes pedir consulta de nuevo”, agrega, quedo perpleja, y él sale junto a un suspiro como si fuera un alma en pena.
Pestañeo, acomodándome la ropa y bajo de la camilla. Los síntomas se me han aliviado y camino hasta recepción donde me espera Alice.
“¡¿Y qué tal?!”, pregunta.
“Creo que bien, me darán los resultados en quince días ¿Eso es normal? Debería de ir a otro médico…”.
“No. Estás con los mejores, tranquila, suelen tardar eso, para dar un buen resultado y si el Doctor no te dijo nada más, es que estás bien… quizá son las preocupaciones por la boda”, interrumpe y muerdo mi labio, asintiendo
‘Solo quiero irme a casa’ pienso.
Me quedo descansando en la cama, mientras paso canales en el televisor al azar. Un reportaje llama mi atención y detengo mi dedo en él.
“Es una actualización acerca del sucesor de la poderosa familia Novikov, este se encuentra desaparecido desde hace un mes, luego de recibir un ataque con arma blanca que indica fue causado por sus enemigos, es una persona billonaria e importante y quien sepa de su paradero recibirá una gran suma de dinero, marcar al número en pantalla si…” apago el televisor, dejando salir un resoplo y me levanto de la cama.
Un mareo me invade, me sostengo de las paredes y voy corriendo al inodoro, suelto todo el desayuno. Arrugo mi entrecejo ante los síntomas, aún no recibo los resultados de los análisis y tengo miedo de que sea cáncer de cuello uterino; por el que murió mi madre.
El pánico me invade e intento llamar al Doctor para que me haga otro chequeo de inmediato, pero, me anuncian que ha
Me quedo sentada, esperando a que la Doctora entre de nuevo al consultorio ya que, el Doctor falleció hace una semana de un paro al corazón, dicen que no soportó estar sin su esposa, La Doctora, parecía muy desconcertada con mis preguntas y la sorpresa sobre mis síntomas.
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