Derribando las barreras de mi CEO -
Capítulo 83
Capítulo 83:
“Gracias por entregarme a mi futura esposa, prometo cuidarla y amarla hasta el último día de mi vida”, recitó Óscar frente al Abuelo Hugo.
Cuando el anciano iba hablar apareció Lindsey al lado de su hermana y soltó:
“Eso espero querido cuñado, jamás cambies tu esencia y ruego que logres borrar el pasado que todavía atormenta a mi hermana”
Óscar esbozó una hermosa sonrisa y tomó la mano de su futura esposa quedando frente a ella, el sacerdote inició la celebración, ellos dijeron sus votos matrimoniales, luego el padre procedió.
“Los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia, dios bendiga este matrimonio”
Óscar le dio un tierno beso a Courney, y los presentes se aproximaron a felicitarlos.
Ellos salieron de la iglesia tomados de las manos, llenos de felicidad.
Mientras cruzaban la puerta les lanzaron arroz, la limusina los esperaba en la entrada para trasladarlos al salón de fiesta de un prestigioso hotel donde se realizaría la reunión familiar.
En la celebración las chicas bailaban empoderadas al ritmo de la canción Flowers de Miley Cyrus.
Los hombres negaban con la cabeza de un lado a otro, no entendía por qué sus mujeres les cantaban esa canción.
“Courney acepta mi regalo, esa casa también te pertenece”
Lindsey trataba de convencer a su hermana para que se mudara a la mansión que le perteneció a su madre.
“No, hermana, Óscar y yo hemos hablado, nos vamos a vivir a un pequeño apartamento junto a Oriana, yo amo está vida que él me está ofreciendo, quiero cuidar de Oriana y estudiar psicología”, dijo Courney.
“Después de que me gradué quiero apoyar a las mujeres como Stefany y yo, para que salgan adelante y que no se hundan en sus miedos como una vez yo lo hice”
“Sabes que cuentas conmigo, cuando te gradúes hablamos de ese tema”
Courney abrazó a su hermana con mucho cariño, siempre se preguntaba qué hubiera sido de ella si no hubiera aparecido aquel ángel en ese callejón quien la conectó nuevamente su hermana.
“Gracias, eres un alma noble, tantas cosas que han pasado y sigues allí brindando apoyo a quienes te necesitan”
“A quien se lo merece hermana, no todo el mundo tiene el corazón puro, yo he tenido la suerte de cruzarme en el camino con personas que me han demostrado que no todas las personas son iguales, ahora vamos a disfrutar tu día”
Las dos hermanas se encontraban en una habitación cambiándose de ropa, luego salieron a la fiesta para continuar con la celebración.
Todo estuvo muy hermoso, los esposos se marcharon para una habitación reservada allí misma en el hotel.
Ellos no quisieron ir muy lejos, ni tampoco salir de luna de miel.
Óscar condujo a Courney hacia un elevador privado que los llevó directo al Pent-house, él la sostenía por la cintura.
“Mi amor, quiero que sepas que no te voy a obligar a nada”, susurró tiernamente cerca de su oído.
Courney al sentir su cálido aliento en su oreja se le erizó la piel, previo al matrimonio ella había conversado en varias ocasiones con Stefany sobre su vida se%ual y también trabajó ese tema con su psicóloga.
“Sabes que te amo, solo tú puedes ayudarme a borrar mi pasado de mi piel”
El elevador se abrió en ese momento y él la tomó con delicadeza de las manos y las condujo por un pasillo hasta quedar frente a una puerta.
Óscar la colocó delante de él y giró la manilla para que ella entrara.
Courney engrandeció los ojos, su corazón empezó a galopar a toda velocidad, su impresión fue tan grande que por unos segundos se quedó paralizada con lo hermosa que estaba decorada la habitación.
Toda la habitación tenía en varios espacios rojos, en una esquina un carrito con una botella de champanes dentro una hielera, dos copas de cristal, también había fresas en forma de corazón.
Su mirada se quedó fija a una cama matrimonial en medio de la habitación, decorada con un mensaje hecho de pétalos de rosas rojas.
Que al leerlo no puedo contener las ganas de llorar de la emoción.
[Desde que te vi por primera vez te clavaste mi corazón, primero por compasión, luego por el deseo de protegerte y ahora porque te amo, eres la mujer perfecta para mí]
“Que hermoso detalle, dicen que después de la tormenta llega la calma, pero Óscar tú eres mi paz, no sé cómo expresar este sentimiento que me embarga ahora, solo puedo decir que gracias por llegar a mi vida”
Ella se dio la vuelta y lo besó lentamente, así fueron aumentando el ritmo hasta caer en un beso apasionado.
Óscar detiene el beso por falta de aire y sabe que si continúa a ese ritmo es capaz de no parar.
“Mi héroe quiero probar estar contigo, quiero que lo hagamos lento y suave, borra todo lo malo en mí”
Óscar la miró fijamente, no quería hacerle daño.
“¿Estás segura? Yo no te estoy obligando a hacer el amor, yo estoy dispuesto a esperar toda la vida si así lo deseas”
“Sé que no me forzarías a nada, quiero ser fuerte y enfrentar mis miedos a tu lado, quiero hacer el amor contigo”
Courney tomó la iniciativa y lo volvió a besar, posó sus manos por su cuello para intensificar ese beso, dejando sus lenguas entrelazarse.
Él la alzó en sus brazos y la posó suavemente en la cama, así comenzó su noche de amor donde los dos fueron demostrando lo que siente el uno con el otro.
Dos meses después.
Stefany gritaba.
“Tú puedes amor, puja, puja”
“Ah, no aguantó”, gritó sudorosa.
“Un poco más Stefany, aquí viene, aquí está”, comentó el médico.
Los esposos escucharon el primer llanto y sonrieron de felicidad, pero esa sonrisa en la cara de Stefany no duro mucho, otro dolor fuerte se hizo presente.
“Es una niña”
Le pasó a la bebé al pediatra para su revisión.
“Otra vez pujé fuerte Stefany aquí veo la cabeza”, repitió el doctor.
Otro llanto resonó en la sala de parto.
“¡Aquí está! Es otra niña, una vez más Stefany”
El médico volvió a entregar a la otra bebé al pediatra.
“No puedo más, no pue…”
“Si puedes amor, falta nuestro príncipe”
“Stefany vamos, él te necesita, puja fuerte, puja”, vociferó el médico.
El tercer llanto se hizo presente, el médico le mostró al bebe y se lo pasó al pediatra para su limpieza.
“¡Felicitaciones! Son tres niños sanos, un varón y dos niñas, Stefany eres una mujer fuerte, descanse un momento, después que te limpien te trasladan a una habitación”, dijo el médico que la atendió.
Maximiliano, todavía sosteniéndole la mano a su esposa, le da un beso en la frente.
“Son hermosos nuestros bebés, gracias, voy a dar las noticias a la familia, te amo mi amor”
Salió del lugar con una sonrisa de oreja a oreja.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar