Capítulo 53:

Kyle la apretó con fuerza entre sus brazos y colocó su cabeza en su cuello aspirando su aroma, la p%netró unas cuantas veces más con embestidas largas y calculadas liberando su líquido caliente y soltando un gruñido ronco y auditivo mientras cerró los ojos extenuados.

Ella saciada, agotada y jadeando, se separó y pegando su frente a la de él, se movió un poco encima de él para atraer su atención y sintió su er$cción en retroceso dando una sacudida dentro de ella.

Kyle la miró directamente a los ojos, dibujó una sonrisa traviesa, con la respiración normalizada se levantó con ella enroscada en su cintura y la posicionó en la cama, acostándose a su lado.

“¡Muñequita! Mi amor, ahora nos pertenecemos, ni se te ocurra escapar o yo mismo iré por ti y te traeré a nalgadas”

“No me iré de tu lado, prométeme que no habrá más secretos entre los dos”

“Te lo prometo mi amor”, le susurró con la vista fija en ella.

“Tratemos de solucionar las cosas juntos, ahora no podemos pensar solo en nosotros también en nuestros hijos y lo de las nalgadas me las puedes dar sin que tenga que escapar de tus garras”, lo expresó de una forma divertida montándose a holgadas sobre él.

Kyle soltó una carcajada y se preparó para una segunda ronda.

En la celebración los niños corrían de un lado a otro y los abuelos detrás de ellos, unos invitados no perdían de vista a sus presas.

Un grupo de mujeres van al baño, cuando estaban saliendo a una de ellas le tapan la boca y es rodeada por unos enérgicos brazos y jalada a una de las habitaciones de invitados.

“Suéltame”, vociferó con los nervios de punta.

Al principio Stefany se aterrorizó, cuando percibió ese ligero y fresco aroma a cítrico, sus piernas temblaron.

“¡Tranquila! Ya que huyes de mí, está es la única forma que encontré para que hablemos”

Entró a la habitación y le puso seguro, la belleza que estaba frente a él tenía un aura embriagadora, desde que vive en la misma casa que ella, esos ojos color miel los tienen hechizado.

“¡Usted es mi jefe! ¿No entiendo por qué el atrevimiento de traerme aquí?”, expresó tímida y un poco sonrojada, por el guapo hombre moreno que se la come con esos ojos azules intensos como el océano.

Maximiliano no encontraba la forma de explicarle a Stefany que la ha engañado y la hizo firmo un acta de matrimonio.

Además , se está volviendo loco cada vez que se la encuentra en el mismo ambiente que él, se ha peguntado como sonarían sus g$midos en el se%o.

Ha estado como un maldito p$rvertido soñando con ella. Después que descubrió su pasado, una furia creció en él, no podría creer tanta maldad a un ser tan dulce y tierno como ella, ha estado moviendo los hilos con sus contactos para que su padrastro se pudra en la cárcel.

“¡Siéntate! Necesito que me escuches, te he traído acá por dos razones que me tienen la cabeza patas arriba, esas son tú y Max, déjame explicarte cuál es la situación”

Él suspiró varias veces para tomar valor.

Stefany con los ojos alarmados y juntando sus manos preguntó:

“¿Por qué yo?”

“Quería hablar primero de Max, ¡Está bien empezar contigo! Tú me gustas o se puede decir que estoy enamorado de ti desde hace mucho tiempo, ahora que convivimos en la misma casa, me siento atraído por ti”

Una carcajada resonó en la habitación, dejando asombrado a Maximiliano, ella no sabe si son los tragos, pero lo soltó.

“¿Cómo vas a decir que estás enamorado de mí? Hasta donde yo sé, usted se ha acostado con todas las mujeres de Los Ángeles y la mitad de Manhattan o quizás más, eso vaya y dígaselo a sus conquistas, no a mí”, dijo con voz firme.

“¡Ah! Pensándolo bien si me lo dices para que le abra las piernas, si es así, Señor Maximiliano ¡Perdió su tiempo! Yo valoro mi trabajo, yo sé que, si me acuesto con usted, en pocos días me desechará y tendré que renunciar”

Maximiliano estaba con la boca abierta por todo lo que ella le decía. Su corazón se encogió y sintió un pequeño punzado en él.

La mujer que no sale de su cabeza tiene un mal concepto de él y no la puede desmentir porque tiene razón, pero eso era su pasado, desde que están viviendo bajo el mismo techo, no siente atracción por otra mujer.

Stefany al ver que no decía nada se paró de la cama.

“Sí eso era todo, yo me retiro”

“Stefany sé que tienes razón en todo lo que dices, he sido un mujeriego que en algún momento de mi vida no valoré a las mujeres, pero tengo mis razones, dame la oportunidad de demostrarte que puedo llegar a ser el hombre que tú deseas”

“¡No! ¡Yo estoy bien así! No me voy a meter en problemas por usted, cambiando de tema, ¿Qué pasa con Max? ¿Tiene problemas con la custodia?”

Desde hace 5 años su jefe es su amor platónico, al principio le dolió todas las cosas que descubrió de él, como fue concebido Max, ver llorar a la señora Cecilia por lo mujeriego que se había convertido su hijo, también está ese pequeño ángel que ha necesitado a su papá.

Esas cosas la hicieron cuestionar su mala suerte en el amor con los hombres, ella no había desarrollado ese sentimiento por nadie hasta que lo vio a él por primera vez, se resignó a creer que el amor no era para ella en esta vida.

Maximiliano, al escuchar esas palabras, no sabía cómo decirle a ella que están unidos por unos documentos.

“¡Stefany! Ya sabes que estoy atravesando una situación legal por la custodia de Max, mi abogado tiene unos documentos que serán presentados en tres días en el juzgado, allí se definirá la custodia de mi hijo”

“Me alegro, ahora si me puedo retirar”

Con una sonrisa dio unos pasos hacia la puerta, ella sintió como una mano la detiene.

“¡Espera! Tengo otra cosa que contarte y la más complicada para mí de decir”

“De acuerdo. Suélteme y yo lo escucho”

Al sentir que salió de su agarre, ella volvió a sentarse en la orilla de la cama.

“Hace dos semanas estaba desesperado que no sabía qué hacer para que no me quitaran a mi hijo, mi abogado me informó que si estuviera casado las cosas fueran diferentes, solo te puedo decir que pensé en la mujer que estoy enamorado y en mi hijo, el hecho es que me casé, pero ella no sabe”

Stefany no procesó bien todo lo que él dijo, sólo resonaba en su cabeza la palabra casado, su corazón se comprimió y sus pulsaciones se aceleraron.

“Usted es de lo peor señor Maximiliano, me dejas en claro que es un hombre casado y me trae a esta habitación para declararme su amor, maldita sea mi mala suerte”, dijo molesta.

“Pero déjeme decirle que a mí nadie me convierte en una amante, jamás lo seré, así me esté muriendo por ti, yo jamás seré su amante”

Ella se levantó de la cama nuevamente con la barbilla levantada y de forma orgullosa se paró frente a él.

Maximiliano estaba fascinado por la hermosa mujer fuerte, retadora y altanera que era, controló sus impulsos.

Estaba a punto de saltar sobre ella y hacerle el amor hasta quedar agotado de placer, sin embargo, debía controlarse, no podía empeorar las cosas.

“Yo jamás te tendría de amante, eres una mujer valiente, bella, tierna y sobre todo la mejor madre que puede tener mi hijo”

Suspiro para soltarle.

“Tú eres mi esposa y la mujer con quien me he casado”

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