Cuando sus ojos se abrieron
Capítulo 81

Capítulo 81: 

Tammy enviaba frenéticamente señales a Avery con los ojos, pero lo único en lo que podía pensar Avery era en la relación entre Elliot y Jun.

«Señorita Tate, la razón por la que nunca le dije que conocía a Elliot fue porque no quería hacerla sentir turbada», comenzó a explicarse Jun con una sonrisa. «Ustedes no se llevaban precisamente bien antes de esto. No pretendía ocultártelo…

Realmente quiero comprar la empresa de tu padre».

Tammy movió su teléfono por debajo de la mesa y le envió un mensaje a Avery.

Tammy: (¡No le hagas caso, Avery! ¡Elliot Foster es quien quiere comprar Industrias Tate! ¡Es Elliot Foster!)

Avery miró su teléfono sobre la mesa y abrió el mensaje. Lo leyó y miró fríamente a Jun: «¿Le has contado a Elliot tu interés por comprar mi empresa?», preguntó.

La cálida sonrisa de Jun permaneció en su rostro mientras decía: «Lo hice. Le pedí su opinión y me dijo que valía la pena intentarlo. Como te dije antes, he estado buscando oportunidades de inversión desde que me gradué en la universidad.»

Avery recibió otro mensaje de Tammy: (¡Está mintiendo! ¡No es más que un peón de Elliot Foster!).

Su corazón se contrajo mientras seguía interrogando a Jun.

«¿Realmente has conseguido el dinero de tu padre? ¿Tiene tiempo para reunirse mañana? Me gustaría hablar con él».

Jun se puso pálido mientras respondía: «¡He tomado prestado el dinero! No te lo dije porque me daba vergüenza…»

«¿Quién te ha prestado el dinero?» inquirió Avery.

Elliot, que había permanecido en silencio durante toda la conversación, finalmente habló.

«Fui yo», dijo.

Tammy envió a Avery otro mensaje: (¡Los dos mienten! ¡Elliot Foster es el Señor Z! ¡Jun me lo ha dicho él mismo hace un momento! ¡Tienes que desenmascararlos ahora mismo!)

Avery tenía una mano apretada alrededor de su teléfono y la otra agarrando su vaso de agua.

Su cara no tenía color y sus labios estaban pálidos de tanto morderlos.

Elliot era el Señor Z.

Quería utilizar el nombre de Jun para comprar Industrias Tate.

Independientemente de cuáles fueran sus objetivos, las acciones de Elliot le dejaron un mal sabor de boca.

¿Por qué no hizo la oferta él mismo?

¿Estaba despreciando a Industrias Tate?

¿O era su forma de humillarla?

La noche de su primer encuentro con el Señor Z apareció en la mente de Avery. Elliot estaba furioso porque había salido a conocer a un completo desconocido y la había hecho sufrir durante toda la noche.

¿Pensaba él que era una idiota?

¿Era excitante para él tenerla envuelta en su dedo?

Si no hubiera más gente a su alrededor, Avery habría abofeteado a Elliot en la cara.

Sin embargo, aunque lo hiciera, ¿Qué cambiaría eso?

Avery bebió un gran trago de agua, se levantó y se marchó furiosa.

«¡Espérame, Avery!» gritó Tammy mientras recogía su bolsa y seguía a Avery.

Jun se quedó boquiabierto.

¿Qué demonios?

¿Acaso se conocían?

«Elliot… lo siento… ¡No tenía ni idea de que fueran amigas!». Su mente estaba en un frenesí de pensamientos mientras sus mejillas se volvían carmesí.

¡La ha estropeado!

La expresión de Elliot era fría mientras curvaba los dedos para formar un puño.

«Me pareció que tu novia me resultaba familiar cuando me enviaste su foto ayer. Entonces, recordé haberla visto antes cuando estaba en la sala de conciertos con Avery. Me dijo que tenía amigas allí en ese momento».

«Ya veo… ¡Así que trajiste a Avery para conocerme porque sabías que eran amigas!». Dijo Jun con una expresión de estupefacción en su rostro. «¿Por qué te arriesgaste a que Avery se enterara de todo esto y la trajiste aquí?».

«¿Le dijiste algo a tu novia?» preguntó Elliot.

Jun se rascó la cabeza y respondió con sinceridad: «Le dije algunas cosas antes de que llegara. Fue sólo una información para facilitar la conversación contigo… ¿Por qué está Avery tan molesta por esto? ¿No está exagerando aunque fueras tú quien quisiera adquirir su empresa? ¡Es mucho dinero del que estamos hablando! Nadie más que tú estaría dispuesto a soltar esa cantidad para comprar Industrias Tate».

«No puede aceptar el hecho de que soy el Señor Z», respondió Elliot con voz ronca.

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