Cuando nos amábamos
Capítulo 5

Capítulo 5:

Christian se irritó sin motivo al ver llorar a Vivian. Inconscientemente tuvo el impulso de dar un paso adelante para secarle las lágrimas. Pero antes de que pudiera hacerlo, Jessica le había cogido del brazo y se había apoyado en él.

«¡Christian!»

Volvió en sí al instante, despreciándose en silencio por su idea irracional.

¿Quería secar las lágrimas de Vivian? ¿Estaba loco?

Ni siquiera merecía una segunda mirada suya.

«Christian, ¿qué quieres decir? ¿Me pides que demuestre mi inocencia con pruebas? ¿Por qué no demuestras que Vivian y yo no somos inocentes con pruebas?»

Patrick también estaba furioso. La relación entre Vivian y él había sido perfectamente inocente. De repente, se sentía agraviado y su amigo de la infancia intentaba justificar las acusaciones. Qué ridículo.

«Todos sabemos que dar explicaciones equivale a intentar encubrirlo. Olvídate de las pruebas. No quiero sabotear nuestra relación. Sólo tú sabes si tú y mi hermana sois inocentes o no». La voz de Jessica era calmada pero particularmente molesta.

«Te lo advierto, Jessica Joseph. No intentes ponernos en nuestra contra». Patrick dijo con severidad, «He estado en el extranjero todo el tiempo. Christian, de todas las personas, deberías saberlo».

A Jessica no podía importarle menos. Ella insinuó: «Hoy en día los medios de comunicación están tan avanzados, así que no está lejos…»

«Te estás pasando de la raya… ¿Vivian? Vivian, ¿qué te pasa?». Patrick se dio cuenta de que Vivian palidecía mientras hablaba. ¡No!

De repente cayó al suelo. Le gritó a Christian: «¡Llama a la ambulancia!».

Vivian se sentía como si hubiera dormido durante un siglo. El cuerpo le pesaba terriblemente.

Cuando abrió los ojos, oyó la voz feliz de Patrick: «¡Por fin te has despertado! Esta vez ha sido muy peligroso. Si no te hubieran enviado al hospital a tiempo, habrían tenido que operarte de nuevo. ¿No podías cuidar mejor de tu cuerpo?».

Se quedó callada, mirando alrededor de la habitación en busca de algo. Patrick suspiró: «No está aquí. Yo te traje aquí».

Tumbada en la cama, sonreía, pálida y delicada.

Patrick no podía soportar mirarla. Le dijo suavemente: «He sabido todo sobre ti y Christian… te sacaré de aquí si quieres».

«¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Y cómo esperas que crea que eres inocente?».

Una mortecina voz masculina le interrumpió. Christian apareció en la puerta y los miraba como un halcón.

«¿Qué haces aquí?» Cuestionó Patrick, mientras permanecía en silencio frente a ella.

Christian alzó las cejas: «¿Eh? No sabía que podría necesitar el permiso de otro hombre para recoger a mi propia esposa».

«¿Sabes que es tu mujer? ¡¿No tienes ni idea de lo que la has hecho pasar?!».

Christian estaba ahora profundamente disgustado. Ordenó a la mujer en la cama: «Levántate y ven a casa conmigo».

Patrick trató de detenerlo. «No, ella tiene un… El médico dijo que debe descansar bien estos días. O las consecuencias serán graves».

«¿Crees que no tengo ni idea de lo que está haciendo? ¿No son sólo algunos trucos para atraer mi atención? Muy bien, ya estoy aquí». Se acercó a ella, intentando agarrarla de la muñeca para sacarla de la cama: «Es una vergüenza fingir enfermedad».

¿Es así como ha pensado en mí, fingiendo enfermedad? Podría acceder fácilmente a su historial médico si quisiera.

Después de todo, él no la ama, lo que puede neutralizar todos sus esfuerzos y todo el amor que ella sentía por él.

Ella rió suavemente. No discutió con él, se limitó a mirarle y le preguntó con calma: «¿Adónde me llevas?».

Sus ojos claros habían calmado su ira de alguna manera. Intentó sonar lo más duro posible: «Jessica está enferma. Necesita que alguien la cuide. No confío en nadie más. Tú eres la mejor opción».

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