Corazón esteril
Capítulo 72 (FIN)

Capítulo 72: (FIN)

“Muchas gracias”, le respondo.

Él me sonríe y veo acercarse a Leonel con Marisa su prometida y sonrientes me saludan, les pido que pasen.

Detrás de ellos aparece Leonardo.

Me sudan un poquito las manos al verlo.

Se ve sumamente bien en su traje azul marino de tres piezas y no puedo evitar notar que aún cojea un poco la pierna que recibió el impacto de bala.

Pero lo que me emociona es ver un pequeño ramo de rosas.

Me encuentro con sus ojos y trago grueso. ¿No se supone que los flechazos de la niñez pasan rápido?

“Hola Amelie”, dice serio como siempre, pero con calidez en la voz

“Felicidades por tu graduación”, continúa.

Levanta el pequeño ramo y me lo entrega y yo siento que mi corazón se acelera como loco dentro de mí.

“Muchas gracias, pasa por favor”, digo sintiéndome un poco tímida ante él,

Pasa a mi lado llenando mis fosas nasales de su varonil aroma y lucho con mi corazón para que no se salga de mi pecho.

Es un hombre de veintinueve años y aunque sé que jamás me ha dado más de una mirada, ni me miraría.

No puedo negar lo guapo e interesante que es a pesar de lo hermético que es.

La comida transcurre entre pláticas amenas y risas.

“¿Ya sabes a qué universidad irás Amelie? “

“Ira a Harvard”, contesta mi papá con un tono de orgullo.

“¡Increíble!”, dice Leonel

“No nos habías dicho nada Bella”.

“Amelie quiso mantenerlo así y decidimos respetarlo”, contesta mi mamá.

“Tú también estarás en Boston hermano”, dice Leonel entusiasmado a Leonardo y yo levanto la mirada solo para ver un asentimiento por parte de Leonardo.

“Bueno tendremos doble pretexto para ir a visitar la ciudad ¿Verdad amor?”, le dice a Marisa besando el dorso de su mano y Leonardo posa vagamente su mirada en mí.

Bajo inmediatamente la vista, es increíble lo mucho que puede intimidarme.

Generalmente soy una persona que no se intimida fácilmente.

Incluso me considero una persona valiente y que no me atemorizo aún en situaciones difíciles, pero Leonardo y su profunda mirada desde hace algún tiempo que hacen estos estragos en mí.

“¿Dejas a algún novio de preparatoria Amelie?”, pregunta Lily.

“No, ninguno”, contesto amablemente aunque a decir verdad la pregunta me incómoda un poco.

“Es mejor, posiblemente en la universidad encuentres alguna persona que te robe el corazón…

Solo sonrió, mientras mi abuelo se mofa del momento cuando mi papá tenga un yerno.

Y mientras la plática sigue yo poso mi mirada en él que solo me da su perfil ya que está concentrado en la conversación.

Recuerdo las veces que escuche cuando hablaban del secuestro que sufrieron y como salvo la vida de mi mamá y mis hermanos.

Lo veía tan grande y fuerte, como un superhéroe sin capa.

Resoplo y me reprendo a mí misma, debo ya parar con esos sueños de niña y ubicarme.

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FIN

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