Contigo -
Capítulo 8
Capítulo 8:
POV: Alonzo.
Traté de hablar con Mónica, sí quería besarla, tengo días con eso en mente. Quería saber cómo sabían sus labios, me he contenido mucho tiempo y hoy lo arruiné, ya no me pude resistir y probé sus dulces labios y al parecer fue un error.
En su rostro se veía lo molesta que estaba por mi acción, eso hizo que me llamara más la atención, cualquier otra chica hubiese estado encantada con mi arrebato, pero ella no, creo que me gusta y no solo para pasar el rato, ella se ve que es todo un reto que vale la pena.
Su guardaespaldas apareció. Lo conozco, ha estado con ella desde siempre, él me saludó, pero me molestó que nos interrumpiera.
Tenía que disculparme con Mónica por mi arrebato, tengo que arreglar esto porque ya probé sus dulces labios que saben a miel y me encantó.
No pienso dejar de besarla, pero para lograr eso primero tengo que ganarme su confianza, ella me ignoro y se subió al auto sin dejarme decir nada.
Frustrado me fui a mi auto, cuando vi mi reflejo en la ventana de este, vi la marca roja en mi rostro. Sí tiene fuerza la pequeña debo admitir, sonreí y me subí al auto.
Al llegar a casa me sorprendió ver a Rita fuera.
Bajé del auto y me dirigí a la entrada.
“¿Qué haces aquí Rita?”
“Alonzo ¿Qué le pasó a tu rostro?”
Puso su mano en mi cara.
“No es nada”
Aparte su mano.
“¿Qué quieres?”
“Estaba preocupada por ti”
“¿Por mí?”
“Sí, habíamos quedado de venir a tu casa todos juntos y de la nada dices que te vas con esa, y ahora mira, tienes el rostro rojo e hinchado”
“No puedo decir que no lo merezca, y solo cambie de planes porque se me antojo”
“Bebe”
Se acercó seductoramente.
“Te ves molesto, sé cómo hacerte sentir mejor”
“Hoy no Rita, solo vete”
La aparté y entré a la casa. Subí a mi habitación y le envié un mensaje a Mónica.
[Me dejaste con la palabra en la boca]
No me respondió.
[Tenemos que hablar]
Siguió ignorándome.
No lo puedo creer, me reí de mí mismo. Mónica me sorprende cada vez más, ninguna mujer me había ignorado antes y ahora ella lo está haciendo como si nada, cada vez llama más mi atención.
Cierro los ojos y lo único en que puedo pensar en sus carnosos labios rojos que saben a miel, sus hermosos ojos azules los cuales puedo ver por horas y no aburrirme.
Bajo a conseguir un poco de hielo y me lo pongo en el rostro, mamá entra a la cocina y me ve.
“Hijo ¿Qué te pasó?”, dice viéndome con preocupación.
“Mónica me dio una paliza”, dije sonriendo y ella me miró interrogante.
“¿Qué le hiciste?”
“Bueno, creo que me lo merecía, la bese sin su consentimiento”
Ahora mamá me ve curiosa.
“¿Te gusta Mónica?”
“No sé, es interesante”
“Hijo, Mónica no es cualquier chica, si estás interesado en ella espero hagas las cosas bien, ella es una niña dulce”
“Sí, ya me di cuenta de que no es cualquier chica, es la primera que me rechaza”
Mamá rio a carcajadas.
“Me gusta, es una chica que se da a respetar”
“Mamá, golpeó a tu apuesto hijo”
“Sí, pero no es que no lo merecieras, aunque sí se ve mal, ponte un ungüento para que no quede marca, me tengo que ir”
Mi relación con mis padres es muy buena, pero está es la primera vez que le digo a mamá que me interesa una chica, porque creo que es la primera vez que encuentro una que vale la pena mencionar.
Ellos obviamente saben que he salido con varias y no se meten en mis asuntos, pero recibir consejos de mamá fue algo interesante. Ella tiene razón, Mónica no es cualquier chica.
Mi objetivo es enamorar a Mónica, no soy de los que tienen relaciones serias, de hecho, todas en la escuela lo saben, más de una a intentado ganarse mi corazón, pero siento que no vale la pena el esfuerzo.
Me aburro rápido de ellas. Es cierto que soy un patán, pero por primera vez una chica llama tanto mi atención que quiero que sea mi novia, no quiero compartirla con nadie y no pienso hacerlo, pero primero tengo que conquistarla.
Ella debe haber escuchado los rumores en la escuela así que debo hacerla entender que no pienso que ella es como las demás.
Es sábado y tengo entrenamiento, pero antes de llegar a la escuela hago una llamada para que Mónica reciba flores al despertar con una nota de disculpa.
Ignoró mis mensajes ayer, estoy seguro de que no responderá a las flores por lo que planeo ir a su casa al salir del entrenamiento.
Durante el entrenamiento, en cada rato libre que tengo reviso el teléfono ya sabía que no diría nada por las flores, pero aún tengo un poco de esperanza, que diga gracias o al menos que le disgusta, cualquier cosa sería suficiente.
Al terminar el entrenamiento voy rápido a los vestidores, las porristas también tienen entrenamiento hoy por lo que Rita comienza a seguirme.
“Oye ¿A dónde vas con tanta prisa?”
“Tengo algo que hacer”
“Ayer me rechazaste, nunca me rechazas no sé qué sucede contigo”
“Rita no tengo tiempo, simplemente me aburrí”
“¿De mí? Debe ser una broma, llevamos en esto como tres años, muchas han venido e ido, pero de mi jamás te aburres”
“Pero lo hice, ahora tengo que irme”
Se pega a mí y coloca su mano en mi p$ne, tomándolo con fuerza.
“Creo que debo hacerte recordar porque siempre vuelves a mí
“Rita, de verdad no es buen momento”
La aparte. Sé que esta irritada y molesta, pero tengo que ver a Mónica, después arreglo el asunto de Rita, tengo que explicarle que ya no quiero nada con ella y que ahora solo hay una chica en mi mente.
Me doy una ducha lo más rápido que puedo y salgo al estacionamiento, subo a mi auto y conduzco a la casa de Mónica.
Me dejan entrar con facilidad porque me conocen, llego a la entrada de la casa y me recibe una empleada.
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