Contigo -
Capítulo 74
Capítulo 74:
POV: Alonzo.
“Tengo que buscarla”, dijo Joseph con preocupación.
“Ve, avísale a Antonio y tu…”, dije dirigiéndome a mi guardaespaldas.
“Cierra este lugar e interroga a todos”.
“Si Señor”.
“Más te vale que encuentres a la rata detrás de todo esto, si no, nadie me quitara de la cabeza que es tu responsabilidad”.
“Ahora mismo Señor”.
En cuestión de minutos todos mis hombres y los de Mónica estaban en el lugar.
Los empleados y el gerente del restaurante estaban visiblemente nerviosos pero había uno en particular qué llamo mi atención fue el empleado qué nos recibió.
Estaba más nervioso qué el resto y no dejaba de quejarse por lo que estaba sucediendo, diciendo que no era responsabilidad del restaurante, qué sólo estaba exagerando ningún otro empleado se quejaba solo él.
El gerente se puso a nuestra disposición y Antonio se encargó de interrogar a los empleados una vez termino de interrogar al quejumbroso se acercó a mí y me susurro al oído.
“Él es cómplice”, como si algo se encendiera en mi me a balance sobre el tipo pero Antonio se interpuso en mi camino.
“Cálmate”, me dice.
“Lo voy a matar”, respondo.
“Si lo haces no encontraremos a Mónica”.
“Ese idiota se las entrego”.
“Lo sé, lo llevaré a otro lugar para terminar de interrogarlo”.
Quería destrozar a golpes al tipo ese pero Antonio tenía razón.
Una vez nos de la información que necesitamos me iba a encargar de la cucaracha esta Ahora lo importante es encontrar a Mónica, mi bella prometida no sé dónde puede estar. Juro que los voy a hundir.
Estaba furioso, inquieto, asustado, tenía tantas emociones que no sabía cómo lidiar con ellas, me estaba volviendo loco.
Solo quería encontraría.
Mi teléfono sonó y en la pantalla se mostró el nombre del Señor Harper, maldición como le voy a decir que su hija desapareció en mis narices, conteste la llamada.
“Dime que estas con Mónica”, dijo apenas atendí la llamada.
“Señor yo…”.
“Maldición”, dijo furioso, es la primera vez que lo escucho perder los estribos.
“La estoy buscando”.
“¿Sabes quién fue?”, preguntó.
“No Señor, nos han estado enviando mensajes y cartas anónimas, estábamos alerta pero alguien nos traicionó. Acabo de recibir un mensaje”.
Me lo reenvío y el mensaje era la misma foto que me habían enviado a mí pero el mensaje hizo qué se me erizara la piel.
[Vete despidiendo de tu princesa]
“Maldición”, dije furioso.
“Voy a volver en este momento a Los Ángeles”.
“Claro Señor” responde.
Después de hablar con el papá de Mónica estaba más inquieto, no sé por qué quieren lastimar a Mónica, todo sería más sencillo si nos pudieran pedir dinero, estoy dispuesto a darles todo lo que tengo si me la entregan sana y salva.
Antonio tuvo que usar métodos un poco violentos para sacarle información al empleado del restaurante, entre a la habitación donde lo tenían, estaba hecho una furia y no dude en darle un puñetazo en el rostro.
“Infeliz, dime quien te pago”.
“Una mujer alta y rubia con ojos castaños”.
“Dime su nombre”, le dije.
“No lo sé señor, no me dijo como se llamaba”, aun así su descripción se me hizo familiar, busque en mi teléfono una fotografía de ella y se la mostré.
“¿Es ella?”, dije colocando el teléfono frente a él.
“Si, si es ella”.
“Maldición”, como no pude pensar en ella, estaba furioso.
“Encárguense de él”, les dije a los otros guardaespaldas mientras salía con Antonio del lugar.
“¿Quién es?”, pregunto Antonio.
“Isabel”, marqué el número de ella en mi teléfono no tardó en responder.
“Amor, que sorpresa”, dijo cuándo respondió.
“No estoy para juegos Isabel, dime donde esta Mónica”.
“Tardaste un poco en darte cuenta amor”.
“Isabel, no me quieres ver furioso”, rio a carcajadas.
“Amor, no estás en posición de amenazarme, tengo a tu z%rra aquí, quieres oírla, vamos habla p$rra”.
“Alonzo”, escuche la vez me Mónica en sollozo, mi corazón se hizo trizas.
“Mi vida, prometo que te voy a encontrar, ten paciencia”, le digo.
“Parece que Mónica hizo demasiados enemigos en poco tiempo, hay muchos interesados en lastimarla”, dijo Isabel otra vez al teléfono,
“¿De qué estás hablando?”, pregunto.
“Mmm veras, muchos patrocinaron esta misión”.
“¿Qué quieren?”, pregunto.
“Ellos, lastimarla, yo, a ti, quiero que te cases conmigo a cambio la dejo tranquila”, me dice.
“Isabel…”.
“Alonzo, amor, ya hablamos mucho, cuando decidas firmar nuestra acta de matrimonio volvemos a hablar, pero debes darte prisa porque mis otros socios quieren lastimar a la niña de papi”, dice.
Mientras hablaba con Isabel, Antonio estaba rastreando la llamada lo malo es que no es tan especifico, pero al menos tenemos un área más específica en la que buscar, Antonio me estaba pidiendo que mantuviera la llamada y no la dejara colgar.
“Puedo darte una buena suma Isabel a cambio qué la dejes”.
“No bebe, te quiero a ti, tu eres una fuente ilimitada de dinero, no quiero algo, quiero todo”.
“Isabel, no serás feliz a mi lado”.
“Necesito tu dinero y prestigio, amor”.
Antonio me hizo seña de que ya tenía la ubicación.
“Tendrás que atenerte a las consecuencias Isabel”, le advierto.
“No me amenaces Alonzo, recuerda que tengo al amor de tu vida en mi poder, hablamos después”.
Colgó la llamada.
“¿Lo tienes?”, le pregunté a Antonio.
“Tengo el área donde esta”.
“Eso es mejor que nada”.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar