Contigo -
Capítulo 6
Capítulo 6:
POV: Alonzo.
A la mañana siguiente vi a Mónica con sus amigos y noté que a todos los chicos de su grupo los trata igual que al tal Sebastián.
“Bro”, dijo Miguel mientras salíamos de la última clase.
“Hoy no hay entrenamiento, pero creo que deberíamos ir a las pruebas de vóleibol, podemos ver a las chicas, el uniforme de vóleibol es tan se%y”
“Eres un enfermo”
“Oh, vamos sé que te encanta verlas también, así vemos que nuevas presas hay en la escuela”
Giré mis ojos, pero accedí a acompañarlo porque sabía que si me negaba no lo iba a callar en todo el día.
Fuimos al gimnasio y me senté en la gradería junto a Miguel, vi a los amigos de Mónica, pero no la vi a ella lo que me pareció extraño ya que ellos van juntos a todos lados, poco después salió con el resto de las chicas que harían las pruebas para entrar al equipo de vóleibol.
Mentira si dijera que algo en mí no se movió cuando la vi salir con ese short tan corto y esa camisa ajustada.
Su torso es pequeño y delicado pero sus pechos son de un buen tamaño, además su redondo trasero se ve muy bien y sus piernas son grandes y torneadas y su cintura el pequeña, me dan ganas de poner mis manos alrededor de ella.
“Oh Dios, la princesa se ve deliciosa”, dijo Miguel
Eso hizo que me dieran ganas de darle una paliza por irrespetuoso, aunque yo en mi mente pensé lo mismo.
“Voy a tener a esa chica si o si”, dijo decidido.
“Ayer casi te rompe el brazo, viejo”, le dije con burla.
“Lo sé, eso es más excitante”
“Eres un enfermo”
“Viejo, es mujer, no solo tiene un rostro hermoso, su cuerpo también lo es y encima es tan millonario como tú, me voy a casar con esa mujer.
“Sigue soñando”
“Ya lo veras, será mía”
Seguí viendo a Mónica y, sin perderla de vista, noté que no solo Miguel la miraba. Ella llama la atención y parece no importarle o no notarlo.
Jamás voy a permitir que Miguel u otro chico se le acerque yo me voy a encargar de eso.
POV: Mónica
No puedo creerlo, mis amigos y yo pasamos las pruebas para las que aplicamos, ahora estoy en el equipo de vóleibol.
Las practicas son los jueves y viernes por la tarde y me alegra porque Rafael y Sebastián también tienen práctica los viernes.
Los días en la escuela son normales, solo las ocasiones cuando me encuentro a Rita son un poco molestos, pero nada que no pueda manejar. Tengo a mis amigos conmigo y eso es genial, siempre nos divertimos juntos, salimos al cine, aunque tenga un cine en casa y vamos de fiesta.
Los viernes mi práctica termina antes, así que voy con Miriam a apoyar a los chicos a su práctica de fútbol. Creo que a Alonzo le molesta porque siempre nos mira serio como si le molestara nuestra presencia, pero a final de cuentas no estamos aquí por él, venimos a apoyar a nuestros amigos.
Estoy en el pasillo de los vestidores con Mirian esperando a que los chicos salgan, tengo mi bolso de gimnasia en el hombro, suena el teléfono de Mirian y se disculpa para ir a otro lado a recibir la llamada.
Estaba perdida en mi teléfono cuando alguien se paró enfrente mío, levanté la mirada y me topé con los ojos azules de Alonzo.
Estaba serio, es demasiado guapo, lástima que no me dé ni la hora, pero ahora estaba parado frente a mí, viéndome
“¿Sucede algo?”, pregunté curiosa por su acción.
“Vienes a todas las practicas del viernes”
“¿Te molesta?”
“¿No tienes tarea que hacer?”
“Yo también tengo práctica los viernes en el gimnasio”
Vio mi bolso de gimnasio y me lo quito, para empezar a caminar hacia la salida.
“Oye, ¿Qué haces?”, dije yendo tras él
“Te ayudo con tu bolsa”
“Puedo sola, además estoy esperando a mis amigos”
Siguió caminando hacia la salida ignorando mis palabras.
“Alonzo”
Oí a alguien gritar su nombre y ahí venia Rita, me sonrió con la sonrisa más falsa que puede haber.
“Bebe vamos, te estamos esperando”
“Pueden irse”, dijo él de manera fría, lo que hizo que Rita frunciera el ceño.
“Voy a ir por un helado con Mónica”
Rita paso de verlo a él a verme a mí, se notaba que estaba furiosa. Alonzo me tomó de la mano y me llevó con él hasta su auto, subió mi bolso y el suyo al asiento trasero y me abrió la puerta del acompañante de su auto.
Lo mire con el ceño fruncido.
“No creo haber aceptado ir contigo a algún lado, además ya tengo planes con mis amigos”
Soltó un gran suspiro y se acercó a mi acorralándome entre él y su auto, acarició mi mejilla y mi corazón comenzó a latir como loco, sus ojos azules se conectaron con los míos, miró mis labios y se acercó.
Justo cuando estaba por besarme mi teléfono sonó, él se separó un poco pero aún permanecía acorralada. Contesté, era Miriam:
“Mónica, ¿Dónde estás?”
“Estoy en el estacionamiento”
“Está bien, ya vamos”
“No, tengo algo que hacer”
Todo el rato que estuve hablando con Miriam, Alonzo no despegaba sus ojos de los míos, cuando dije eso último una sonrisa ladeada se asomó en sus labios.
“Los veo mañana”
“Oh, está bien”
“Así que, si aceptas”, dijo Alonzo.
“No, quiero que me digas que quieres, por qué de la nada actúas así”
“Primero vamos por un helado”, dijo con una sonrisa e indicando la puerta de su auto.
Negué con la cabeza, pero igualmente subí a su auto, puso música e iba conduciendo. Miro su perfil y su perfecta mandíbula cuadrada que hace suspirar a todas en la escuela.
POV: Alonzo.
Al parecer el tal Sebastián solo es amigo de Mónica.
No tuve que investigar tanto, de hecho, Miguel se dio a la tarea de investigar si ella salía con alguno de sus amigos y resultó que no sale con ninguno de ellos.
Cada viernes ella y sus otros amigos van a ver las practicas del equipo de fútbol. Me molesta que anime a Sebastián y a Rafael, no tiene por qué ir a animarlos.
Tomarse la molestia de estar hasta tarde aquí solo por eso, no quiero creer que está interesada en alguno de ellos porque mi sangre hierve.
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